Nuria Fernández Gámez. Madrid
Un encuentro organizado por la empresa farmacéutica Pfizer y el Hospital La Paz de Madrid ha reunido a varios especialistas para abordar la repercusión clínica de la inmunogenicidad y el papel fundamental de los especialistas a la hora de tomar las decisiones terapéuticas. Los expertos han concluido que es vital un estudio exhaustivo de cada paciente para que los tratamientos no supongan un coste tan elevado y sean más personalizados y que la inmunigenicidad sea clave para la coste-efectividad en gestión clínica.
Juan Álvarez, director Médico de Pfizer, Alejandro Balsa, jefe de la Sección de Reumatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid y Pedro Herranz, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz.
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Las terapias biológicas existentes han supuesto un avance significativo en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias como son la artritis reumatoide, artritis psoriásica, artritis idiopática, psoriasis y colitis ulcerosa. Estas terapias biológicas han demostrado ralentizar la progresión del daño articular, una reducción del número de bajas laborales y los costes asociados y un progreso en la calidad de vida de los pacientes.
Especialistas del Hospital Universitario de La Paz de Madrid, de los servicios de Reumatología y Dermatología hacen especial hincapié en el elevado coste de los fármacos biológicos. Demandan vigilar bien los medicamentos y utilizarlos correctamente a cada uno de los pacientes. Utilizar los medicamentos en función de los resultados para que no haya una repercusión negativa en el coste-efectividad de las terapias biológicas.
Inicialmente cualquier tratamiento biológico da una respuesta satisfactoria. Pero se ha observado que en un pequeño porcentaje de pacientes, los fármacos comienzan a dar problemas. La administración de estos medicamentos no supuso, en estos casos, una mejoría sino que los niveles de anticuerpos que el organismo producía frente a esos agentes exógenos, aumentaba.
“Nosotros tenemos que gestionar nuestros recursos y una forma de gestionarlos, la más sencilla que tenemos a nuestro cargo es de controlar la eficacia en los fármacos que estamos utilizando, porque no son precisamente baratos”, declara Pedro Herranz del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Y es que el bloqueo de los fármacos condiciona una pérdida de eficacia a nivel de las diferentes manifestaciones de las enfermedades.
En definitiva los expertos señalan que a la hora de elegir el tratamiento se debe valorar la posible respuesta inmunogénica del paciente. La medición de los niveles de fármaco y de anticuerpos anti-fármaco durante el tratamiento puede ayudar a definir los protocolos de optimización, evitando la pérdida de eficacia del medicamento a largo plazo.
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