Según un estudio de la revista Biological Psychiatry, se debe de reducir la presión sobre los residentes

Los MIR multiplican por 5 su ritmo de envejecimiento durante la formación
"La investigación muestra como los telómeros de envejecimiento se activan durante la residencia".


26 oct. 2019 15:00H
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Son numerosos los estudios que demuestran que durante el tramo de formación por el que pasan los MIR repercute de forma negativa en su estado físico y mental. Según la revista Biological Psychiatry, en los MIR los telómeros se reducen de forma estrepitosa acelerando por cinco su envejecimiento celular.

Dicho estudio se ha encargado de medir la longitud de los telómeros antes y después de que los residentes asumieran una situación intensa, frecuente y prolongada. Para llegar a estas conclusiones, la investigación ha contado con 250 MIR de Estados Unidos y un grupo de comparación de estudiantes de Medicina de la Universidad de Michigan.

"La investigación muestra como los telómeros de envejecimiento y el riesgo de enfermedad se activan durante esa exposición de estrés, pero estos hallazgos longitudinales avanzan en la posibilidad de que la longitud de los telómeros pueda servir como un biomarcador que rastree los efectos del estrés, para ayudar así a comprender cómo funciona el estrés”, señala Srijan Sen, autor principal del estudio y director del Intern Health Study.

"La residencia MIR aumenta el estrés de los alumnos, lo que afecta su salud mental y su bienestar. Estos resultados son los primeros en demostrar que el estrés llega hasta el nivel biológico, lo que repercute en el marcador de envejecimiento”, prosigue  Srijan Sen.

Reducir su carga asistencial


En este estudio, los autores pidieron a los estudiantes de Medicina recién egresados una muestra de ADN antes de comenzar su año de residencia. Posteriormente, hicieron un seguimiento de dichas muestras para obtener un resultado a final de año.

Los resultados muestran que algunos MIR acabaron la residencia con un envejecimiento celular mayor que al de otros compañeros. El perfil de estos ‘MIR envejecidos’ coincidía casualmente con los que respondieron en un test que su estilo de vida era demasiado estresante. 

Otro factor que se analizó era el número de horas que el MIR dedicaba a su formación. De  media, todos los internos afirmaron que trabajaban un promedio de 64.5 horas a la semana. Pero conforme más aumentan esas horas de trabajo más rápido se contraían sus telómeros. 

Con estos resultados, la autora del estudio subraya que el siguiente paso es buscar una receta con la que se pueda proteger a los telómeros de envejecimiento, y así poder “estimular la reparación de esas células”. De momento, concluye, "los tutores MIR deben hacer todo lo posible para controlar las horas de trabajo y la carga asistencial de los MIR hacia el extremo inferior de la media actual”
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