José Manuel Martínez Sesmero
Si algo ha guiado a José Manuel Martínez Sesmero como jefe de Farmacia Hospitalaria del Clínico San Carlos ha sido la calidad en el trabajo, la digitalización y la cultura del esfuerzo. Su servicio espejo en tele farmacia aplicada en procesos de elaboración y distribución como la fabricación de medicamentos estáticos sin contacto humano, considera que su especialidad no figura entre las prioridades de las administraciones. A diferencia de lo que ocurre en otros países europeos.
Tras casi cinco años como jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria aquí en el Hospital Clínico San Carlos, ¿qué aspectos destacaría de su trayectoria al timón?
Aspectos a destacar son tres fundamentalmente: la gestión de personas, el cómo transformar una cultura respecto a alinear objetivos, hacer un plan estratégico de cambio, definir objetivos compartidos, alineados con la institución del Hospital, del Servicio Madrileño de la Salud (Sermas) y también con las nuevas líneas de avance en el sector sanitario y científico con técnicas propias del farmacéutico de hospital, las de los especialistas médicos y de Enfermería con los que trabajamos y los aspectos también de gestión, eficiencia, etcétera. Por lo tanto, yo creo que las personas que ayudan a transformar es el primer elemento.
El segundo elemento es el de las infraestructuras, el cómo mejorar, decidir, actualizar, renovar ese componente de medios materiales que en el área de Farmacia es muy importante: desde la elaboración de medicamentos, automatización, campanas de flujo laminar, áreas de trabajo, almacenamiento, almacenes inteligentes y muchos otros ejemplos que podríamos poner y que también ayudan al proceso previo de la transformación, de generar ilusión en el equipo.
Y el tercer elemento al final es que si hacemos todo esto bien, pues tenemos unos resultados beneficiosos. Al final si transformamos la cultura poco a poco vamos dotándonos y nos van dotando de esos medios, vamos a conseguir resultados y vamos a tener esos indicadores que previamente hemos definido en estos procesos con las personas y a través de las tecnologías que tenemos para saber si vamos bien o no. Desde aspectos clínicos, asistenciales, de calidad, también de satisfacción, pero también de medición de resultados. Yo lo aglutinaría quizá en el concepto de resultado de salud, porque al final es obtener un resultado clínico, tener un resultado humanístico y también tener en cuenta que aquello que invertimos en lo económico, pues tiene un correlato en esas partes que digo anteriormente. Entonces, para mí son las tres dimensiones que sintetizan un poco lo que es el debut en una jefatura de Servicio de Farmacia en el Clínico San Carlos.
"Si transformamos la cultura poco a poco vamos dotándonos y nos van dotando de medios, vamos a conseguir resultados y a tener los indicadores que previamente hemos definido".
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Dentro de esas tres líneas tan amplias, ¿qué cambios concretos serían los más importantes que ha vivido el Servicio en todo este tiempo?
Hay muchos y esta es una reflexión compleja y seguro que me voy a dejar a aspectos importantes y no quiero que ningún compañero o compañera se dé por menospreciado. Pero a mí me ha gustado mucho, sobre todo, y lo pongo como ejemplo, el trabajar coordinadamente como un miembro más con el área de innovación del hospital, tener una persona en el equipo que es el 'elemento bisagra' entre la Farmacia Hospitalaria y la Unidad de Innovación. ¿Y por qué digo esto? Porque el Clínico San Carlos tenía un camino, un desarrollo previo, con muchos proyectos, con muchas ideas, un grupo diverso con perfiles diferentes: gestor, administrativo, ingenieros, farmacéuticos de hospital... Y nos incorporamos ahí. Entonces yo creo que es un elemento importante porque dinamiza mucho y es parte de la transformación cultural, que es el substrato para que luego el resto de cuestiones y en el resto de áreas de la Farmacia, que son muy distintas, podamos potenciar esos cambios y conseguir objetivos, los tradicionales o los más clásicos, pero también los nuevos que nos vayamos a proponer.
Por lo tanto, para mí ese es el mejor signo, es decir, conseguir primero, ser aceptados por la Unidad de Innovación como un elemento más, tener esa persona que tiene esa doble vertiente, que comprende la Farmacia Hospitalaria, que comprende el concepto de metodologías de innovación y que nos ayuda a impulsar no sólo la Farmacia, sino también la colaboración con otras áreas. Entonces no sólo es la innovación, pero la innovación también al final hace de elemento conector con otros servicios, áreas de conocimiento del hospital, grupos de investigación... Y para mí es la joya de la corona. Es algo conceptualmente sencillo, no es haber comprado la última tecnología, no es haber hecho el gran rediseño de un proceso complejo que los tenemos y que también podríamos poner algún ejemplo al caso, pero para mí es importante porque creo que eso genera cultura y además difunde y atomiza con toda la Farmacia y con todo el hospital, incluso puertas afuera. i
"La innovación hace de conector con otros servicios, áreas de conocimiento, grupos de investigación... Y para mí es la joya de la corona."
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También de cara al futuro, ¿qué propósitos le gustaría ver cumplidos antes de pasar el testigo como jefe de Servicio?
Aquí tendríamos que hablar de horizontes temporales, ¿no? Yo creo que generar cultura, mantenerla y mejorarla, es una constante, siempre lo tenemos que tener presente. ¿Objetivos en el corto plazo? Probablemente para mí ahora el principal reto es trabajar con el resto de compañeros en el paso a una historia clínica electrónica útil, práctica, que esté al servicio de la institución y sus profesionales y ahí la Farmacia como servicio central con vocación clínica tiene mucho que decir. Que eso cambie también nuestra manera de trabajar, de coordinarnos con con otros equipos de otras áreas. En el medio-largo plazo sí que destacaría disponer de más personal, de más profesionales. Para mí es un reto persuadir a mi dirección y persuadir al Sermas para que confíe en los farmacéuticos de hospital, para tener más plazas y para poder demostrar que trabajando en equipo, con la Dirección, con los médicos, con Enfermería, con otras áreas del hospital, con laboratorio...
De nuevo vuelvo al resultado en salud, es decir, que podemos mejorar la salud de la población, las expectativas, la calidad de vida, aumentar la satisfacción y siempre intentando ser eficientes, que es siempre un elemento que no nos gusta perder de vista. Pero para eso necesitamos personas, es verdad que tenemos proyectos de investigación, esta Farmacia también ha mejorado respecto a unirse no al concepto de las intensificaciones de los profesionales para permitir que investiguen, que innoven. Esto es muy muy importante, pero si no tenemos personas no podemos acometer ninguno de los objetivos generales o específicos que nos vayamos a poner, que decidamos, o también que nos llegue de las instituciones que están por encima, de las direcciones gerencia tanto de nuestro hospital como de las áreas asistenciales del Sermas. Entonces es importante tener un equipo bien armado, tener un equipo alineado, tener un equipo contento... Es lo mínimo para poder llegar al resto de cosas.
¿Y a qué cree que se debe esta falta de personal o esa falta de confianza por parte de las administraciones?
A ver, aquí hay una mezcla, esto es algo multidimensional y habrá muchas causas potenciales. Yo creo que muchas veces no se invierte en profesional porque es un gasto consolidado para el sistema , y esto es tradicionalmente así nos guste o no, me gustaría que cambiara esta perspectiva porque vincula también con las potenciales eficiencias. Pero en el ámbito concreto de mi profesión, del farmacéutico del hospital, creo que muchos de los indicadores, de las áreas que se consideran importantes, de los resultados finales que las instituciones de alto nivel miden, no se considera que el farmacéutico de hospital tenga una corresponsabilidad. Se ha analizado a los hospitales y a sus profesionales por un concepto que más bien tiene que ver con productividad que con calidad asistencial, y eso ha dificultado muchas veces el vincular a la Farmacia Hospitalaria con esos indicadores clásicos de productividad, como digo, asociados a a la actividad del hospital.
Pongo un ejemplo: las listas de espera de consulta, lista de espera quirúrgica... No hay que olvidar que si aumenta la actividad en las consultas de los oncólogos, de los digestivos, de los hematólogos, de los neurólogos... La actividad en Farmacia Hospitalaria en consulta también va aumentar, luego va paralela, pero siempre se nos ha visto como a fiscalizadores, a veces figura de
stop, de parar determinadas decisiones de los convenios médicos. Esto no es así. Hay unas labores que son de gestión y control, estamos de acuerdo, pero lo que un farmacéutico especialista en un área de conocimiento concreto, en colaboración con todo un equipo, con los médicos, por supuesto, y otras profesiones sanitarias, puede hacer desde la perspectiva de calidad asistencial, de seguridad, de trazabilidad, de evitar problemas relacionados con la medicación, de evitar errores... Es mucho, pero esto no se mide o si se mide, a veces no se mide bien y por lo tanto el impacto de esos resultados quizá es menor.
También podemos hacer un análisis comparativo internacional de cómo un hospital donde yo trabajo en otro país puede tener tres veces más farmacéuticos, pero claro son farmacéuticos que no están en una farmacia físicamente, sino que trabajan en las unidades de atención, pasando visita con médicos, Enfermería, decidiendo a pie de cama, por así decirlo, controlando dosis, interacciones. Esto es lo que nos gustaría ver a los farmacéuticos de hospital y al final es verdad que nuestra actividad está muy diseminada, nos gustaría que se hiciera incluso más, esa atomización que yo decía antes, porque estamos convencidos que sobre todo, mejoramos los aspectos de calidad, seguridad y trazabilidad y en ello estamos.
"Se ha analizado a los hospitales y a sus profesionales más bien por la productividad que por la calidad. "
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Pero es verdad que también tenemos que tener estrategias para visibilizar el trabajo, el real, el que ya existe, pero también saber transmitirlo. Y en un mundo competitivo, es decir, los compañeros médicos tienen sus demandas de personal, tecnológicas y al final también la Farmacia del hospital de alguna forma compite por los recursos que son limitados. Entonces, esto también es una de las responsabilidades que tiene un jefe de Servicio como yo a la hora de poner sobre la mesa la importancia de lo que hacemos o lo que podemos llegar a hacer teniendo personas, teniendo también recursos y beneficiando nosotros también de forma directa, indirecta, mejoramos y ayudamos a mejorar la actividad de los compañeros de otros servicios, con lo cual al final es una inversión que se amplía o se amplifica en muchas áreas del hospital. Yo estoy convencido de ello, es lo que trato de defender.
La digitalización ha sido una tónica muy presente en su Servicio. Un claro ejemplo es la plataforma de enfermedades singulares. ¿Cómo surgió exactamente este proyecto?
Es un proyecto que nació en el Clínico San Carlos unos meses después de incorporarme como jefe de Servicio, como una actividad de concienciación de la problemática que tienen los pacientes con enfermedades raras o minoritarias con tratamientos de alto impacto presupuestario y que comenzaban a ser cada vez más frecuentes con la toma de decisiones compartidas entre las comisiones de Farmacia, las direcciones médicas, direcciones de gestión y gerencias de hospitales y era una manera de difundir la problemática. Tras tres años en esta actividad de difusión, sobre todo en el área de Gestión de la Salud y de la Farmacia Hospitalaria de esta problemática, decidimos transformar el proyecto en el concepto 'Singulares'.
Esta plataforma lo que implica es que queremos seguir haciendo esta actividad, pero enfocada en el aporte de valor a pacientes y familiares que tienen problemas en el acceso a la información, en el acceso a lugares donde se facilita el diagnóstico, que es uno de los principales problemas del retraso diagnóstico, donde quizá no hay una información muy adecuada en determinados lugares respecto a qué alternativas terapéuticas hay y qué características tienen. Somos un equipo de profesionales del Clínico San Carlos, la doctora Lucía Galán, del Servicio de Neurología y el doctor José Carlos Tallón de Farmacia y lo tenemos una reunión cada año donde intentamos aprender y compartir con distintas áreas y personas que tienen algo que ver con este sector: desde pacientes, el área de Gestión, el área de derecho, compañeros que saben mucho sobre cómo se está cambiando la legislación europea para facilitar el desarrollo de medicamentos huérfanos del acceso a ese screaning, especialistas médicos que prescriben y cuidan de la salud de pacientes con esta problemática...
Y bueno, al final compartir ideas y si es posible hacer propuestas de valor para seguir avanzando. El siguiente paso fue crear la plataforma, que no es más que un lugar de encuentro para pacientes, médicos, legisladores, industria...Profesionales de la salud también de cualquier tipo que tengan interés. Pedimos ayuda a asociaciones de pacientes teniendo dinamismo y con actualización, porque ¿qué es lo que sucede? Bueno, pues que afortunadamente en los últimos diez años se ha avanzado mucho. Se pueden identificar y diagnosticar y además tratar muchas enfermedades que hasta ahora eran invisibles, que no tenían tratamiento. Y esto lo que genera es mucha información, pero a veces desinformación, por lo tanto 'Singulares' lo que trata es de ofrecer información de calidad actualizada por distintas metodologías y canales, contenidos que sean de utilidad, sobre todo para pacientes y familiares, pero que también aquel profesional que no es experto pero que tiene alguna duda, que puede tener algún paciente que puede ser sospecha diagnóstica tenga un elemento de ayuda.
En esta misma línea, su Servicio ganó el año pasado el Premio Ruta de la Innovación, ofrecido por la Sociedad Madrileña de Farmacia Hospitalaria, por su proyecto de digitalización y seguridad en la elaboración de fármacos citostáticos. ¿Qué aportan las nuevas tecnologías a la elaboración de este tipo de medicamentos?
La aplicación de estas tecnologías lo que mejora sobre todo, es la seguridad y la trazabilidad del producto terminado cuando hablamos de productos que son de riesgo y peligrosos, como son los citostáticos, esto es muy importante. Mejora también los procesos de elaboración por parte del personal de Enfermería que trabaja en la campana del Servicio de Farmacia porque mejora todo el circuito, técnicas... Y aparte también aumenta la eficiencia. Entonces en Clínico San Carlos afortunadamente se comenzó una estrategia de automatización-robotización, somos el único hospital de Madrid con robots funcionando y elaborando citostáticos, sin manipulación externa humana salvo la persona que carga la máquina con los productos farmacéuticos, medicamentos, sueros... Que eso ya es un plus de seguridad. Pero luego, al adquirir estos dos sistemas de digitalización y de acompañamiento al personal humano que elabora, conseguimos prácticamente cerrar un círculo donde el error potencial se reduce muchísimo y de hecho hemos podido comprobar cómo durante muchos meses, después de digitalizar el proceso, no hemos tenido errores a ese respecto y para nosotros es una garantía de calidad muy, muy importante, porque son productos de riesgo, productos que también tienen un impacto económico alto para la institución. Hay que controlarlos, hay que trabajarlo, hay que dar las máximas garantías. Entonces bueno, para nosotros fue un orgullo, pues que la Sociedad Madrileña de Farmacia Hospitalaria decidiera darnos un premio al trabajo de un equipo que es un equipo múltiple, los farmacéuticos responsables de área, pero también muy importante el personal de Enfermería que trabaja en campana y que son los expertos también en manipulación de este tipo de medicamentos.
¿Estas técnicas podrían llegar a aplicarse a otros medicamentos en un futuro?
De hecho, uno de los planes objetivos que tenemos dentro de la farmacia San Carlos es mejorar y dotar una unidad en mezclas intravenosas centralizada, donde productos de otro tipo, no citostáticos, pero sí con otras características que a veces no sólo son las de seguridad, impacto económico, pero sí individualización o estandarización de dosis, generan un producto listo para administrar y evitamos la manipulación en condiciones no asépticas por parte del personal de Enfermería en las plantas. Todo lo que se pueda centralizar en cuanto a elaboración e individualización de dosis en el Servicio de Farmacia Hospitalaria creemos que le da un plus de de calidad en seguridad y trazabilidad, pero esto requiere de recursos materiales, humanos, de organización... Y el hospital está en este proceso, pero es un proceso que es lento.
"Todo lo que se pueda centralizar en la elaboración e individualización de dosis en en Servicio de Farmacia Hospitalaria da un 'plus' de calidad, seguridad y trazabilidad".
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En su trayectoria profesional ahora mismo convergen, además de la jefatura de Servicio, otras vertientes de la Farmacia hospitalaria, como la investigación o la docencia. ¿Qué supone para ustedes compaginar estas tres perspectivas en su día a día
Pues supone lo primero, un reto personal que va acompañado de la pasión que uno tiene por su profesión y al final invertir muchas horas del día en estas actividades. Las asistenciales, las gestoras y de dirección de equipo y luego las de investigación, innovación o también divulgación. Yo lo hago contento, me hace feliz, me hace sentirme útil, me hace sentirme activo, poder compartir y aprender de otros compañeros y compañeras del área de Farmacia, del área de la investigación básica, por ejemplo en la Facultad de Farmacia tenemos ya varios proyectos con el área de tecnología farmacéutica que tengo que recordar que uno de los insignes jefes del Clínico San Carlos, el profesor Cadorna, era catedrático de Tecnología Farmacéutica, con lo cual revitalizar esa relación también es un objetivo para mí. También trabajar desde la Real Academia Nacional de Farmacia con compañeros con mucha experiencia, farmacéuticos o biólogos, químicos, veterinarios, médicos que también son académicos... Enriquece mucho. Yo creo que es una suerte, me considero afortunado por poder disfrutar y trabajar en lo que me gusta y generar y difundir esa ilusión también por la profesión y lo que podemos aportar como farmacéuticos de hospital. También me llena mucho, entonces me considero un privilegiado. Sé que invierto mucho tiempo, en esto la familia y amigos son los que a veces te dicen: "oye, frena un poco", pero bueno, yo estoy contento, estoy feliz. Es una etapa vital, profesional y personal, muy bonita. Y ya digo, me considero privilegiado y ahí seguimos, intentando mejorar y hacer fuerte y más útil a la profesión farmacéutica
Con esa visión multidisciplinar de la especialidad, ¿cómo augura el futuro de la Farmacia Hospitalaria en España?
El futuro es complicado siempre de predecir. No, no hay ninguna bola de cristal, pero sí que me considero un optimista, veo un futuro positivo. Creo que la profesión ha crecido, se ha fortalecido y avanzado mucho en los últimos 20 años, que son los que yo tengo de experiencia. Hemos avanzado pero queremos más, somos ambiciosos y sabemos que podemos y debemos aportar y mejorar en muchos aspectos donde nuestra competencia, nuestro bagaje, a veces es indispensable y otras veces es complementario. Creo que seguimos con algunos problemas en el ámbito de la integración o en el trabajo, me gusta más hablar del trabajo colaborativo con los equipos médicos, y ahora mismo con la plantilla que tenemos yo no puedo poner un farmacéutico en todos los servicios, que es lo que me encantaría. Es como decía anteriormente, es decir, necesito personas y compañeros para poder seguir creciendo y demostrar que aportamos en resultados en salud. Ahí creo que es un área donde tenemos que trabajar, vamos por el buen camino. Yo de hecho siempre recuerdo que soy de la primera promoción del cuarto año de especialistas en Farmacia Hospitalaria y ese cuarto año se creó con vocación clínico asistencial, han pasado más de 15 años y seguimos trabajándolo y hemos avanzado y ahí tenemos que estar. Tenemos retos y debemos mejorar y el futuro va a estar en las nuevas terapias, las terapias avanzadas celulares, genómicas... Son medicamentos. Las agencias reguladoras, los sistemas normativos y políticos han decidido que ese medicamento, en tanto que medicamento, el farmacéutico se tiene que adaptar, formar y tener un cierto grado de responsabilidad, no solo en la gestión de la compra o en el suministro y dispensación, sino también, por qué no, en la elaboración con equipos mixtos, con genetistas, biólogos, médicos de distintas especialidades...
"Ahora mismo, con la plantilla que tenemos, yo no puedo poner un farmacéutico en todos los servicios del hospital, que es algo que me encantaría".
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Creo que esto es un reto que tenemos, es un área de crecimiento y hay algún ejemplo en este en este país para eso yo creo que tenemos que formarnos sobre todo y ahí va a haber y mucho futuro. Creo que también tenemos que seguir avanzando en los aspectos de la automatización y mejora de procesos. Hoy auguro también un futuro que nos ayude a gestionar mejor nuestros tiempos y a liberar ese tiempo que yo decía que ahora mismo no tenemos para poder ofrecer al pacientes a otros compañeros como consultores del medicamento. También en el posicionamiento y evaluación de medicamentos, en la evaluación económica va a ser importante la figura y seguirá siendo importante. Pero siempre con un ánimo colaborativo, no únicamente monopolio farmacéutico, sino colaborando con el resto del equipo. Y al final creo que la Farmacia de Hospital vive un momento de transición, porque el programa formativo está obsoleto, es de 1999, es con el que me formé yo. Hay un proyecto de transformación, de avance, de no ser sólo de hospital, sino del sistema de salud que vincule la atención hospitalaria a la primaria pero también lo sociosanitario, es algo que nos va a ayudar a evolucionar en el mejor sentido.
Pero en un mundo que va a la ultra especialización y donde una de las bondades del farmacéutico siempre ha sido también esa transversalidad, tendremos que saber buscar los equilibrios entre figuras de farmacéuticos ultraespecialistas que existirán porque ya existen y seguirán proliferando y aumentando y diversificando, pero también con la bondad de tener un profesional que une determinados puntos que el sistema difícilmente hace a pesar de vivir en una era tecnológica. Y yo creo que Farmacia es conectora de ellos, entonces perfiles de farmacéuticos generalistas, especialistas, ultra especialistas harán que mejoremos, tengamos un crecimiento. Y este valor inicial que yo decía que tenemos que saber transmitir, vender para que se confíen, en en nuestra profesión, pues irá mejorando. Es lento, a veces los cambios cuestan. El sistema se sigue gestionando de una manera muy similar a hace 20 años y no ayuda, necesitamos más dinamismo, flexibilidad, más implementación de tecnología ... Pero bueno, es corresponsabilidad nuestra, no es culpa solo del sistema, no es culpa de los jefes, no es culpa de los pacientes. Y siempre podemos hacer algo por aportar nuestro granito de arena, por avanzar y yo creo que en este caso lo estamos haciendo. Las sociedades científicas ayudan mucho como portavoces de la profesión, elementos de debate, de innovación y aportación de ideas. Y en eso estamos. Y yo ya digo, contento de estar en este mundo de la farmacia hospitalaria, sentirme útil y bueno, trabajar para los pacientes y los compañeros.
A nivel individual como profesional, ¿existe algún otro objetivo por añadir a esa lista de tareas pendientes o se resume más o menos en la misma tónica?
Mi objetivo fundamental hoy por hoy es mejorar la prestación farmacéutica, la actividad del farmacéutico en el Clínico San Carlos y alinearnos con los objetivos de la Dirección del centro es fundamental, porque eso es lo que nos va a catapultar a mejores resultados dentro y fuera del hospital como profesión y en este caso yo como responsable de un equipo
¿Qué diría usted que es lo más difícil de su trabajo? Y en cambio, ¿qué sería lo más gratificante?
Lo más complicado es la gestión de las personas. En la Farmacia trabajamos más de setenta personas con distintas categorías profesionales, tenemos un pull que es el de los farmacéuticos, pero hay Enfermería, auxiliares de clínica, técnicos de Farmacia, celadores, administrativos, auxiliares administrativos... Y cada persona es cada persona, y los sistemas de gestión de personas en el ámbito de la gestión pública clásica son como son, entonces esto es lo más complejo. Y yo siempre recuerdo, antes de llegar al Clínico San Carlos como jefe, pues bueno, recibes formación, escuchas a compañeros que han pasado por ello, pero bueno, hasta que no lo vives en primera persona no terminas de creer que la gestión de personas es lo más difícil, pero tiene sus puntos gratificantes, porque cuando consigues que una persona se alinee contigo, cuando consigues hacer feliz a esa persona en su puesto de trabajo, cuando ves que se implica, cuando ves que disfruta, que es capaz de cambiar y verse copartícipe en la definición de un objetivo, en su medición y en el resultado, eso es gratificante, con lo cual es ambivalente, pero cuesta entonces. Yo lo mezclo, es decir, es complicado pero gratificante. Y al final ejemplifica lo que he dicho, es decir, como a mí me gusta y me encanta lo que hago como farmacéutico de hospital, es lo que me motiva y esto es lo principal: ser jefe de Farmacia en el Clínico San Carlos es un privilegio, con lo cual trato de disfrutarlo al máximo todos los días. Tenemos días malos, pues sí, pero siempre hay algo bueno en el día a día de un jefe o jefa de Farmacia.
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