Miguel, el médico artesano que emigró para negociar su sueldo en Primaria

Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Lo que no sabía Miguel Casalí es que las barreras del Brexit le conducirían hacia "la gran oportunidad de su vida": ser médico de Familia en Irlanda. Además de conseguir un sueldo muy superior al que se ofrece en la Atención Primaria española, lo que realmente le atrae de este sistema sanitario es la posibilidad de emprender y crear su propia empresa como profesional sanitario. Para ello, eso sí, más allá de entender el funcionamiento de este nivel asistencial en pleno desarrollo, Miguel ha tenido que aprender a "negociar" algo más que el salario. 



Después de 3 años y una pandemia de por medio, Miguel reconoce que la Medicina de Familia y Comunitaria en este país eminentemente rural está a "años luz" de la del Sistema Nacional de Salud en términos de evolución y desarrollo, con médicos que, hasta hace poco, llegaban a trabajar hasta 100 horas semanales, una ingente cantidad de burocracia y consultas poco digitalizadas. Sin embargo, la estructura sanitaria irlandesa es "mucho más flexible", permitiendo a los médicos cambiar de régimen laboral "con facilidad", incluso a través de un acuerdo verbal, es decir, sin tener que firmar un contrato. 

En cualquier caso, Miguel ha encontrado en el país el cambio que necesitaba como facultativo, después de llevar más de 20 años en una bolsa de trabajo hasta conseguir una plaza en el centro de salud valenciano donde trabajaba. El pamplonés asegura estar mucho más motivado como profesional a la hora de crear y desarrollar sus propios proyectos sanitarios y disponer de cierta flexibilidad incluso en la organización de trabajo. Y es que en Irlanda la jornada de 4 días para los facultativos lleva años implantada.