Albert, el radiólogo que hizo un 'segundo MIR' en la mejor sanidad mundial

"¡Lo conseguí!" Con este mensaje, mitad eufórico, mitad exhausto, Albert Prat comunicaba a Redacción Médica la plena homologación de su título como especialista en Radiología Pediátrica en la sanidad australiana pocos días después de grabar la entrevista. La emoción no es para menos teniendo en cuenta la cantidad de meses y exámenes -tres escritos y siete orales- que ha tenido que superar para poder ejercer como facultativo en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros de hospital. 



Su experiencia en Australia como 'fellow', el equivalente a los primeros años de médico adjunto en Sidney, nada más acabar la residencia en España, le haría regresar años más tarde al país "más consciente y con más miedo", pero con ganas de retos, al saber que este segundo 'round' abandonaría el tratamiento de experiencia temporal y supondría un mayor esfuerzo ante el periplo de pruebas que establece Australia para aquellos médicos españoles que quieran reconocer su título de especialista. 

Más salario y más tiempo de formación

Una especie de 'segundo MIR' que ha mantenido a Prat atado a los libros durante su última etapa cuando no estaba trabajando de forma parcial en la red de hospitales infantiles de Sidney. Aún así, se ha sentido arropado por el sistema de salud australiano, considerado uno de los mejores del mundo y con mayor diversidad cultural, desde el primer día, al comprobar lo bien valorados que están los profesionales y la apuesta formativa que ofrece tanto a facultativos en activo como médicos en formación.

De hecho, todos los facultativos disponen de un mes al año para desarrollar actividades fuera del ámbito asistencial, tal y como explica en esta entrega del pódcast 'Sanitarios en...'. Esto, sumado a un sueldo muy superior al que presenta el Sistema Nacional de Salud, le permite disfurtar intelectualmente de su actividad sin tener que buscar 'extras' alternativos fuera de la sanidad pública.