“Podemos gastar todos los recursos que queramos, pero sin coordinación no cubriremos las necesidades de los ciudadanos”, asegura



22 oct. 2013 17:55H
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Enrique Pita. Madrid
Cerca de 500 personas se darán cita los próximos días 29 y 30 de octubre en Barcelona en el IV Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida organizado por la Fundación Edad&Vida, que en esta ocasión pone el foco en las necesidades de coordinación sociosanitaria. En este sentido, el director general de la Fundación, Albert Vergés, ha señalado que desde su organización entienden que esta coordinación debe ser integral y tener un marco estable. Así, y para debatir sobre este futuro, gestores, representantes de las administraciones y profesionales del sector encontrarán un punto de encuentro en este congreso.

El eje de este congreso es la coordinación sociosanitaria. ¿Por qué esta decisión?

Hemos optado por una temática que consideramos que es muy actual, la coordinación sociosanitaria, y que está muy relacionada con el planteamiento que considera Edad&Vida de la reorganización sanitaria y social. Entendemos que esta coordinación debe ser integral a futuro y con un marco estable que permita ofrecer a un conjunto de pacientes la mejor respuesta para su atención e intentando analizar el marco de lo sanitario la cronicidad, la dependencia y la interdependencia que hay entre el conjunto de perfiles de personas que padecen estas situaciones y que creemos que puede dar un gran aporte tanto en la creación de servicios como en la optimización de los escasos recursos económicos que tenemos.

Albert Vergés.

Esto requiere valentía y voluntad política para hacerlo, pero el tema de la coordinación sociosanitaria está en la agenda del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y nos parece que este IV Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida está en la línea más actual al objeto de ver que esta coordinación sociosanitaria será a futuro una respuesta que el país da para la atención a las personas mayores.

¿Se está circulando a la velocidad adecuada en los avances hacia esa coordinación?

En este momento hablar de cuál es la velocidad adecuada es complicado. Una cosa es la velocidad querida y otra la adecuada. Para todas aquellas personas que llevamos tiempo luchando en un conjunto de temas que se relacionan y dependen de un marco más claro y más estable, este tiempo es largo. Aunque la coordinación sociosanitaria no es un tema nuevo, sí se ha abordado recientemente por parte del Consejo Asesor de Sanidad y por diferentes elementos que confeccionan el interés del Ministerio y por lo tanto parece que existe un interés, aunque también es cierto que las competencias tanto en Sanidad como en Servicios Sociales están en manos de las autonomías, y en definitiva serán ellas las que apliquen este planteamiento, esta nueva fórmula.

Lo que pretendemos en el Congreso es conocer diferentes experiencias que se están llevando a cabo en el conjunto del Estado y, por otro lado, ver si somos capaces de poner en valor de una vez y hablar de lo mismo cuando hablamos de coordinación sociosanitaria, porque no creo que en el conjunto del Estado entendamos lo mismo acerca de esta coordinación, y por tanto, lo primero que hemos de hacer, y ya lo ha hecho el Ministerio a través del Consejo Asesor, es definir de qué tipo de perfiles de pacientes estamos hablando, qué tipo de personas y qué necesidades tienen.

Por otro lado hay un conjunto de acciones que ponen en valor tanto el papel del personal de enfermería y del médico, como el papel que puedan tener las residencias acreditadas por Sanidad para tener módulos sociosanitarios que liberen camas hospitalarias de agudos, primero porque no son dispositivos adecuados, y segundo porque es extremadamente caro en relación con la plaza sociosanitaria, que es cinco veces menor. Hay una clara optimización de los recursos, e incluso se estima que reorganizando bien el sistema sanitario, tanto primaria como hospitalaria, como las camas que puedan ofrecer en módulo sanitario las residencias, el ahorro podría estar en torno a 1.500 millones de euros anuales, y si contamos la reorganización completa, incluyendo primaria y la reorganización completa de todo el aspecto de fármacos, etc, el ahorro podría estar en torno a 3.102 millones de euros. Todo esto es lo que queremos poner en valor para hablar de lo mismo.

Sabemos que es complicado, que estamos proponiendo cambiar cosas que están relativamente consolidadas, pero se podría entrar en un gran ahorro en las arcas públicas sin perder un solo ápice en la atención a las personas.

¿Viendo el programa, cree que el Congreso puede convertirse en un punto de encuentro desde el que la coordinación sociosanitaria salga impulsada?

A nosotros nos gustaría que así fuera. Edad&Vida no monta un congreso y después desaparece del mapa, sino que siempre está ahí aplicando y proponiendo fórmulas que mejoren la calidad de vida de las personas mayores, y es evidente que en el tema de la coordinación sociosanitaria pocas instituciones han sido tan claras desde el principio de cómo debía ser.

Por lo tanto, sí nos gustaría que ese marco de diálogo se mantenga una vez termine el Congreso, sobre todo intentando buscar las sinergias y las connivencias con las distintas organizaciones y la administración pública, y esperamos que eso sea posible, pero esto también forma parte de un espacio que es complejo y al que accedemos de forma indirecta, que es el espacio político, diferentes autonomías, etc, y todo esto da un resultado distinto en cada sitio y hay que ver cómo va.

Veremos qué liderazgo va a querer asumir el Ministerio en este sentido, porque aunque lo parece, competencialmente no lo tiene, pero veremos cómo respira esta situación. Muchas de las cosas que se han podido determinar en un determinado momento en un conjunto de decisiones, después desgraciadamente la complejidad de nuestro mapa competencial ha hecho que las cosas sean complicadas.

Esto supone un doble objetivo: que haya una doble confianza entre el departamento de sanidad y el de servicios sociales, y que haya una clara apuesta por atender a la persona en función de sus necesidades y no de los dispositivos, y ante esta situación dar respuesta clara a quién aporta los recursos adecuados, sean económicos o técnicos, para dar respuesta a estas necesidades. Unir dos departamentos que nunca han ido de la mano se hace complicado, pero esperemos que no nos encontremos que la propia idiosincrasia de cómo están montadas estas áreas no impida que las cosas se creen. Si cada departamento cree que va a solventar la situación desde su área sin tener en cuenta a la otra, podremos gastar todos los recursos que queramos que seguro que no cubrimos las necesidades de los ciudadanos.

La gente tiene unas necesidades que deben ser cubiertas por unos o por otros, pero lo que es importante es que se cubran las necesidades, no poner a disposición las necesidades en base a los dispositivos. Los dispositivos deben poder cambiarse si no cubren las necesidades para las que fueron creados.

¿Hay más apoyo institucional y de patrocinio que en ocasiones anteriores?

No es uno de los años más felices en este sentido, pero no nos podemos quejar. Tenemos un patrocinador principal, Medirest, y tenemos la colaboración de todas las instituciones públicas, tanto a través del Imserso como la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de la ciudad. Además, hay siete entidades que colaboran con una cantidad inferior, pero que también es importante por su apoyo: Coca-Cola, Sanofi Pasteur MSD, Roche, Personalia, iSS, Obra Social la Caixa y Mémora. Entre todos intentamos llevar a cabo un congreso que por el número de ponentes es costoso, pero que esperamos que sea un éxito como lo han sido las anteriores ediciones.

¿Qué diferencia este congreso de los anteriores?

Desde un punto de vista organizativo y de contexto, no deja de ser un congreso orientado al bienestar de las personas mayores y sus necesidades, y por lo tanto, todos tienen ese perfil como común denominador. La diferencia con respecto a los anteriores es que en el primero que hicimos en Valencia lo fundamental era conocer cómo se desarrolla la Ley de Dependencia, porque se celebró muy cerca de la fecha de aprobación de la norma, mientras que el segundo fue más una evaluación de cómo iba después de dos años la evolución de la ley.

En el tercero avanzamos ya en el tema de la coordinación sociosanitaria y además poníamos en valor las dificultades que se estaba encontrando a nivel autonómico la interrelación de las prestaciones de los servicios respecto a las personas.

Por último, en el que vamos a celebrar la diferencia es que ya damos por sentado que hay una Ley de Servicios Sociales y una de Dependencia encima de la mesa, pero hay un elemento clave que es cambiar el planteamiento: ponemos en el eje a la persona y vemos qué necesidades tiene, entonces hay dos dispositivos que son claramente lógicos en el ámbito de las personas mayores, que es lo que justifica la creación de ese espacio sociosanitario. Lo primero que pretende este estudio es que hablemos de lo mismo en el conjunto de España cuando nos referimos a coordinación sociosanitaria, cosa que no ocurre; y el segundo elemento que diferencia este congreso respecto a los anteriores es que damos por evolucionada una ley como la de Dependencia y ahora lo que queremos es que se una a la sanitaria y además, cubra un espacio sociosanitario que ya debería estar cubierto, aunque a veces hace falta una ley.

Estamos hablando de algo que está a caballo de los dos departamentos, porque hay un espacio que es común. La dependencia está muy ligada a lo social y lo sanitario, y a veces lo hemos querido desligar, pero desgraciadamente si vas a las residencias o centros de personas mayores verás que en muchos de ellos se está dando una respuesta tanto social como sanitaria, y eso hay que cambiarlo porque es así, porque ahora la gente va a la residencia en edades más avanzadas, con necesidades especiales mucho más complejas y con un componente sanitario mucho más elevado. Esto es lo que queremos poner en valor, y es por eso que en este Congreso no solo hay consejeros de servicios sociales, sino que también los hay de sanidad, y lo que pretendemos es que entre todos nos demos cuenta de que este espacio es absolutamente necesario para el ciudadano.

Creo que el avance es dependencia sí, pero relacionada con una serie de ámbitos de carácter sanitario que en este momento son claros en el mapa de este país.
 

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