En un informe, pide integrar de forma "inmediata" los cribados de fumadores en la "práctica estándar" de atención

 El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.


23 ago. 2024 7:00H
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia del acceso a la terapia antirretroviral en el aumento de la esperanza de vida de las personas que viven con VIH. No obstante, en un reciente informe advierte de que las altas tasas de tabaquismo “están socavando esos avances”. Frente a ello, el organismo llama a “tomar medidas inmediatas” a nivel nacional para integrar el cribado del consumo de tabaco “en la práctica estándar de atención del VIH”.

No es la única medida que se pone sobre la mesa al respecto. En el documento, titulado Tabaco y VIH, que la OMS ha elaborado en colaboración con la Universidad de Nueva York, la Escuela de Salud Pública Global y la Red Mundial de Personas que Viven con el VIH, se resume la evidencia científica actual sobre la asociación entre el consumo de tabaco y el VIH, y se enumera una serie de recomendaciones para promover la integración de la detección del consumo de tabaco, la evaluación de la voluntad de dejar de fumar y el ofrecimiento de asesoramiento breve y apoyo para el inicio de la farmacoterapia como parte de la práctica habitual de atención del VIH.

La OMS advierte en el informe, el décimo que elabora de esta clase, de que la prevalencia en el consumo de tabaco entre las personas con VIH es más del doble que en la población general. “La muerte prematura entre los fumadores que viven con VIH se debe a tasas más altas de enfermedades tanto transmisibles como no transmisibles –incluyendo tuberculosis, neumonía, cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva crónica– en comparación con sus pares no fumadores”, se explica en el documento.

En base a ello, desde la OMS se recomienda, además de la inclusión del cribado de consumo de tabaco en las terapias contra el VIH, aumentar el acceso a la terapia de reemplazo de nicotina en esos tratamientos e integrar los sistemas de derivación a líneas de ayuda para dejar de fumar en los programas de salud de VIH.

Más investigación sobre tabaco y VIH


Entre los pasos potenciales a seguir en este sentido, el organismo asegura que se necesitan más estudios sobre la incidencia de los factores socio-comportamentales y ambientales que pueden dificultar el abandono del tabaco entre personas que viven con VIH en países de ingresos bajos y medios.

También pide más investigación que sirva para diseñar intervenciones que aborden las adicciones concurrentes y las comorbilidades comunes entre las personas que viven con VIH y fuman, para evaluar si la evidencia actual para tratar el uso de cigarrillos se aplica a otros productos de tabaco como la pipa de agua, el tabaco sin humo, los cigarrillos electrónicos y los bidis, y para evaluar la efectividad de las intervenciones digitales para personas con VIH.

“Los programas de VIH tienen un papel importante en la prevención y evaluación del estado de consumo de tabaco, así como en la iniciación de intervenciones para dejar de fumar. Las políticas basadas en evidencia pueden apoyar la integración y ampliación de los servicios para dejar de fumar mediante la capacitación y los cambios en el sistema que aprovechen la infraestructura de atención del VIH existente”, sentencian en la OMS.
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