Tomás Cobo, presidente de la OMC; y Vicente Matas, coordinador del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada.
La reciente intervención de una
médica intensivista de Salamanca que estaba de vacaciones en Gandía resultó fundamental para salvar la vida a un hombre que había entrado en
parada cardiaca en la playa. Fue uno más de los casos de esta índole que han tenido lugar en más de un verano. En el episodio de Gandía, la vocación de servicio de la facultativa se impuso a su descanso vacacional, pero ¿y si el suceso hubiese ocurrido en el extranjero? ¿Tiene un médico español la obligación de intervenir en una emergencia mientras está de vacaciones en el extranjero o existen marcos legales que limitan su margen de actuación? La respuesta es clara: por encima de todo está el
deber de socorro.
Según publicó La Gaceta de Salamanca, la médica, que trabaja en el hospital salmantino, vio cómo los socorristas sacaban del mar a un hombre inconsciente. Como la
reanimación cardiopulmonar no estaba resultando efectiva, ella decidió prestar su ayuda practicando una
intubación al individuo para mantener una vía respiratoria abierta y facilitar la reanimación. Cuando se revirtió la parada cardiaca, el hombre fue evacuado al
Hospital Francesc de Borja, de Gandía, en una ambulancia.
En el caso de que los hechos se hubieran producido en un territorio foráneo, la médica habría tenido la misma obligación de intervenir. “Es el deber de socorro. Los médicos estamos obligados en cualquier parte del mundo a atender a alguien si se nos solicita”, explica a
Redacción Médica Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (
OMC) de España.
En ese sentido, añade que, de hecho, en el caso de que un facultativo niegue esa ayuda, “puede ser demandado por la profesión”. “Otra cosa es que, cuando lleguen los sanitarios de ese país, ya se les deje trabajar a ellos”, aclara.
Vicente Matas, médico jubilado y coordinador del
Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, coincide en el diagnóstico: “Todos tenemos el deber de auxiliar a cualquier persona en peligro, y en el caso de los médicos, más aún porque es un
deber deontológico”. Para Matas, en el caso de que ya haya otros sanitarios interviniendo en una situación de emergencia, el médico extranjero “simplemente tiene que ofrecerse por si necesitan alguna ayuda”.
El presidente de la OMC recuerda el caso de un médico británico que viajaba en un avión en el que uno de los pasajeros sufrió un
neumotórax: “Tuvo que ponerle un
drenaje torácico, y lo hizo con un colgador porque no había otra cosa. Hubo mucha polémica, pero le salvó la vida”.
¿Qué responsabilidad hay si la intervención médica sale mal?
Pero, como en cualquier actuación médica, máxime si se hace en unas condiciones ajenas a una
consulta o un
quirófano, es posible que a la persona atendida le queden secuelas o incluso que muera. “Si salen mal las cosas y el paciente o su familia pone una denuncia, el médico tendrá que explicar qué fue lo que hizo ante las autoridades, para saber si se cometió una
negligencia”, asegura Cobo.
Al respecto, Matas apunta que los
seguros de responsabilidad profesional de los facultativos “suelen cubrir estas actuaciones que se denominan de ‘buen samaritano’”.
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