Petra Sanz, portavoz del Consejo de Expertos de la FEC en Factores de Riesgo Cardiovascular.
17 oct. 2016 13:00H
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La Fundación Española del Corazón (FEC) ha alertado de la relación entre la precariedad laboral creciente y el riesgo de enfermedad cardiovascular, una realidad social que ha dado a conocer una revisión científica reciente.
La investigación prueba el vínculo que liga la inestabilidad laboral con los hábitos de vida que propician la diabetes tipo II, el sobrepeso y la hipertensión arterial, que se consideran factores de riesgo cardiovascular indirecto.
El metaanálisis, publicado en CMAJ y realizado por investigadores de las universidades de Bristol y College London de Reino Unido, ha analizado 19 estudios con una muestra de 140.825 adultos de Europa, Estados Unidos y Australia. Todos ellos tenían trabajo y no padecían diabetes cuando entraron en los estudios, y a todos se les preguntó por su situación laboral y su preocupación por perder el empleo.
Según se deduce de este trabajo, las personas que dieron muestras de inseguridad laboral al inicio fueron un 19 por ciento más vulnerables a desarrollar diabetes tipo II durante el largo periodo de seguimiento (de nueve años y medio).
Cuando se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo asociados a la diabetes en el análisis multivariable, la preocupación en el trabajo siguió suponiendo hasta un 12 por ciento del riesgo de diabetes.
Como ha explicado Petra Sanz, portavoz del Consejo de Expertos de la FEC en Factores de Riesgo Cardiovascular dentro del Programa de Empresas Cardiosaludables (PECS), la vinculación entre el miedo a perder el trabajo y la diabetes se debe a que “se desencadena un proceso de estrés y de estilos de vida menos saludables, de forma que las personas comen más y peor, en especial más dulces y más grasas, como vía para conseguir la felicidad que no encuentran en el trabajo mediante la comida”.
Si esta situación se extiende en el tiempo, conduce a obesidad que, a su vez, está directamente relacionada con la aparición de diabetes.
Sobrepeso y obesidad, factores de riesgo adicionales
El aumento del índice de masa corporal (IMC) al que hacen alusión los firmantes del meta-análisis resulta preocupante en personas que padecen diabetes o que presentan un alto riesgo cardiovascular de base cuando se ven sometidas a un estado de inseguridad laboral.
“Se ha demostrado que un estrés excesivo empeora el control adecuado del azúcar en sangre en personas diabéticas, y es un peligro para la salud en general, porque aumenta directamente la frecuencia cardiaca y el riesgo de hipertensión arterial y de infarto de miocardio”, ha remarcado la Sanz.
La situación personal de los individuos que acuden a consulta por cualquier cuestión de salud debería ser, por tanto, un factor a valorar por el profesional médico a la hora de prever el riesgo cardiovascular, antes de que se desencadenen procesos metabólicos que conduzcan a desarrollar una patología cardiaca.
“Los resultados de este metaanálisis son muy interesantes, ya que confirman la experiencia que se vive en las consultas médicas en los últimos años en relación con la crisis económica que estamos atravesando. Vemos a pacientes que, en relación con la inseguridad laboral (trabajos precarios, mal remunerados, paro, etc...), presentan síntomas de estrés, comen peor, fuman más y, secundariamente, presentan mayor incidencia de hipertensión, diabetes y eventos coronarios”, ha recalcado.
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