Un
electromiograma es una
prueba que se realiza para saber si existe algún daño a nivel de la médula espinal, de los nervios periféricos o de los músculos.
¿En qué consiste un electromiograma?
Un electromiograma sirve:
-
Para conocer si existe afectación de un determinado músculo; evalúa la actividad muscular en reposo y tras una contracción voluntaria.
-
Para conocer si existe o no afectación de la médula espinal o de un determinado nervio; evalúa la conducción nerviosa mediante la emisión de una corriente eléctrica en una determinada zona del cuerpo, midiendo posteriormente el tiempo que tarda en llegar dicha corriente a otra parte del cuerpo, y cómo esta estimula un músculo.
¿Cuándo se solicita un electromiograma?
Un electromiograma se solicita generalmente en personas que tienen dolores sugerentes de ser debidos a la afectación de un nervio, debilidad localizada en alguna extremidad, calambres u hormigueos, alteraciones de la sensibilidad, pérdida de fuerza muscular, atrofia de los músculos, etc.
¿Cómo debe prepararse el paciente?
Se debe evitar fumar, tomar café, té o excitantes en las horas previas a la prueba. Se deben evitar las cremas corporales el día que vaya a realizarse la prueba.
Algunas medicinas como los relajantes musculares y algunos anticolinérgicos (sustancias que pueden estar presentes en algunas medicinas para los catarros),
pueden alterar los resultados, por lo que se debe preguntar al médico si deben o no ser suspendidas unos días antes.
También se debe informar si se están tomando anticoagulantes, como sintrom o heparina, o si se tiene un marcapasos. No requiere realizarse en ayunas.
¿Existe alguna contraindicación?
No suele haber ninguna contraindicación.
¿Cómo debe realizarse un electromiograma?
El electromiograma se suele realizar con el paciente tumbado o, más raramente, sentado. Si se quiere estudiar la actividad muscular, el médico inserta una aguja muy fina en el interior del músculo que pretende estudiar, se trata de un electrodo que capta la actividad eléctrica que existe en ese músculo en reposo. Posteriormente se solicita al paciente que realice alguna actividad con ese músculo. Al contraerlo se estudia de nuevo su actividad con el electrodo que se ha insertado.
Para ver el funcionamiento de los nervios se colocan pequeñas placas pegadas a la piel en diferentes partes del cuerpo, generalmente sobre los nervios que se pretenden estudiar y sobre los músculos que reciben el impulso nervioso de dichos nervios. Tras ello se genera una corriente eléctrica en la zona donde se sitúa el nervio, midiéndose el tiempo que tarda dicha corriente en llegar al músculo y estimularlo. Esto permite valorar la velocidad del impulso nervioso y conocer así si hay algún problema en el nervio.
La prueba es algo molesta, dado que puede doler al insertarse las agujas
(electrodos) y se sienten pequeñas descargas eléctricas al generar los impulsos nerviosos que se pretenden estudiar.
La prueba puede tardar de 15 a 60 minutos en función del número de nervios y músculos que se pretenda estudiar.
¿Existe algún efecto adverso?
En general no suele producir problemas. Es posible que en los días posteriores, el músculo donde se haya hecho la prueba esté algo dolorido. En ocasiones puede producirse un pequeño hematoma (moratón) en el lugar del pinchazo.
¿Existe algún cuidado posterior?
No requiere cuidados posteriores.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.