- Jaquecas o migrañas. Es, tras la cefalea tensional, un tipo muy frecuente de cefalea. Suele iniciarse en niños o en jóvenes y se caracteriza por dolor intermitente, con una duración que va desde pocas horas o hasta dos o tres días, en un lado de la cabeza, de características pulsátiles (como notando los latidos) y asociada a náuseas y molestias en relación con la luz y los ruidos. Suele producirse varias veces al mes, denominándose migraña crónica cuando aparece más de 15 días al mes.
- Cefalea tensional. Es la causa más frecuente de dolor de cabeza en personas adultas y en adolescentes. Se trata de un dolor sordo y persistente alrededor de toda la cabeza.
- Cefalea en racimos o paroxística y otras cefalalgias autonómicas del trigémino (hemicránea paroxística y SUNCT/SUNA). Son episodios muy dolorosos de dolor profundo, generalmente detrás del ojo, acompañados de moqueo y lagrimeo. Suelen darse varios episodios al día, durante semanas o meses, y pueden luego desaparecer, para volver a aparecer años mas tarde.
- Hemicránea continua.
- Diversas cefaleas no asociadas con alteraciones estructurales, como la cefalea asociada al frío, a la altitud, a la tos, a la actividad sexual o al ejercicio.
- Cefaleas asociadas a traumatismos en la cabeza: son cefaleas que aparecen semanas, meses o incluso años después de un daño a la cabeza. Pueden deberse a un traumatismo (golpe) pero también a una infección (como una meningitis vírica o un cuadro gripal). Pueden acompañarse de vértigos, atontamiento y alteraciones de la memoria, pudiendo desaparecer tras varios meses o años. Todas las pruebas que se realizan para su estudio son normales. Se tratan con antidepresivos o anti-epilépticos como gabapentina, topiramato o ácido valproico.
- Cefalea asociada a enfermedades vasculares: ictus, hemorragias cerebrales, hemorragia subaracnoidea, hematoma subdural, malformaciones o arteritis de la temporal.
- Cefalea asociada a enfermedades cerebrales no vasculares: tumores cerebrales, infecciones (meningitis), epilepsia, hidrocefalia, etc.
- Cefalea asociada con determinadas sustancias o con su retirada, como la cefalea por sobreuso de analgésicos. Se produce por la toma continuada de analgésicos, sobre todo analgésicos que llevan en su composición barbitúricos o codeína. Requiere la eliminación progresiva de los analgésicos y, tras su retirada, la adición de medicación preventiva, generalmente antidepresivos.
- Cefaleas asociadas con infecciones: una de estas cefaleas sería la asociada a problemas en los senos (cefalea sinusal, generalmente debida a sinusitis) con dolor en la frente, el puente de la nariz y las mejillas que suele aumentar al mover la cabeza y se puede asociar con fiebre, descarga de mocos por la nariz y ensación de presión en la cara.
- Cefaleas asociadas a otras enfermedades: diálisis, retención de carbónico en los pacientes con EPOC u otras enfermedades pulmonares, hipoglucemia, glaucoma, etc.
- Neuralgias craneales: neuralgia del trigémino y neuralgia del glosofaríngeo.
- Cefalea no clasificable.
- Que duran más de 4 horas al día. Suelen ser:
-Migraña crónica.
-Cefalea tensional.
-Hemicránea continua.
- Que duran menos de 4 horas al día. Suelen ser:
-Cefalea en racimos crónica.
-Hemicránea paroxística crónica.
-SUNCT/SUNA.
- Post-traumática.
- Post-infecciosa.
- Inflamatoria (arteritis de la temporal).
Es importante realizar un diagnóstico adecuado del tipo de cefalea dado que el tratamiento puede ser muy distinto entre unas y otras. Para llegar a su diagnóstico puede ser suficiente una adecuada historia clínica y una exploración. En otras circunstancias, sin embargo, es necesario realizar pruebas complementarias como análisis de sangre, TAC o RMN cerebrales, punción lumbar, u otras pruebas más complejas.
- Por sobreuso de analgésicos.