Las sociedades científicas y los colegios de médicos tendrían que involucrarse más en la autorregulación y más en concreto en la revalidación. De cómo lo resuelvan dependerá la pervivencia del ideario profesional y por tanto del estatus de la profesión médica.
Con estas palabras de nuestro añorado y recordado Dr. Helios Pardell como guía, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España (Cgcom) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) han dado un paso al frente de cara a revalidar ante los ciudadanos españoles y europeos, el compromiso de la profesión médica con los médicos y con la sociedad.
El Cgcom ha desarrollado el programa de Validación Periódica de la Colegiación (VPC) destinado a registrar la buena praxis médica, las aptitudes psicofísicas de los médicos, así como su actividad laboral, el Desarrollo Profesional Continuo (DPC) y la Formación Médica Continuada (FMC).
La Separ, en su línea de búsqueda de la excelencia profesional, ha desarrollado un programa de recertificación de las competencias profesionales que se adelanta a la implementación de la normativa de cualificaciones profesionales de la UE y del desarrollo del propio Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
La unión de ambas iniciativas dará lugar al programa denominado VPC-R.Separ, destinado a certificar, mediante una sola credencial los dos componentes (la VPC y la competencia profesional de los médicos especialistas en Neumología y Cirugía Torácica).
En estos tiempos convulsos, si tuviéramos que destacar una iniciativa profesional de los médicos españoles en los últimos diez años, sin lugar a dudas, estaríamos refiriéndonos al denominado Foro de la Profesión Médica.
Tras largos años de distanciamiento en las visiones integrales de la profesión por parte de los principales representantes de los médicos. Tras largos años de luchas estériles para defender territorios o fronteras artificiales sin otro interés que los protagonismos individuales o las cuotas de poder, y cómo no, tras largos años de manejo interesado por parte de los decisores de las políticas sanitarias, una sola voz en defensa de los médicos y de la profesión se ha hecho presente en esta segunda década del siglo veintiuno.
Una sola voz que ha sido posible cuando todas las partes han priorizado los valores y los compromisos del nuevo profesionalismo médico. Valores que se concentran en uno, como así lo marca nuestro propio Código de Deontología Médica: anteponer el interés del paciente y/o ciudadano por encima de cualquier otro interés, incluido el propio de los médicos.
Y compromisos como la integridad en la utilización del conocimiento, la optimización de los recursos, la compasión como guía de acción frente al sufrimiento, la mejora permanente en el desempeño profesional para garantizar la mejor asistencia posible al ciudadano y la colaboración con todos los profesionales e instituciones sanitarias en aras de la mejora de salud y el bienestar de la población forman parte de las principales líneas de trabajo y reivindicaciones del Foro de la Profesión Médica.
Pacto por la Sanidad, registro de profesionales, políticas de recursos humanos, nuevo modelo de regulación laboral del médico y políticas activas de empleo, troncalidad y sistema formativo, desarrollo profesional, gestión clínica y defensa de nuestro modelo sanitario público, universal, equitativo y solidario han sido algunas de las líneas de defensa profesional de los últimos años.
Este nuevo escenario ha facilitado proyectos como el que hoy comentamos, llevado a cabo por el Cgcom y Separ. Cuando más motivos habría para mirar hacia otro lado, minimizar el esfuerzo o articular la presión colectiva, o anteponer los legítimos intereses laborales que han sido duramente castigados por los recortes indiscriminados motivados por la crisis económico financiera, los médicos han revindicado su liderazgo, que les hace estar en vanguardia de la valoración social.
De ello se deriva que la profesión médica ha de ser capaz, una vez más, de encontrarel camino correcto si quiere seguir manteniendo su estatus de profesión en un mundo turbulento, plagado de retos nuevos, cuyos componentes esenciales ha de ser capaz de identificar, al objeto de manejarlos adecuadamente.
A esta iniciativa profesional solo queda unir el interés del regulador principal que es el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Salud de las comunidades autónomas. No podemos, en este nuevo espacio europeo, caminar sin la participación de los profesionales. Juntos, con responsabilidad y asumiendo un escenario de co-regulación compartida, podremos cumplir con nuestros compromisos profesionales.
Medidas que reconozcan el esfuerzo, la renovación y actualización de los conocimientos y las competencias profesionales en un nuevo marco regulador de la profesión médica española facilitarán el camino de la puesta en marcha de los procesos de DPC y Desarrollo Profesional.
Hemos iniciado un camino apasionante, renovador del compromiso social de la profesión médica y queremos hacerlo juntos. Iniciativas como el VPC-R.Separ así lo demuestran.