De forma casual llegó a mi ordenador esta referencia y cita reflexiva sobre nuestro día a día en la práctica asistencial en Primaria. Puede ser aplicada tanto a la Primaria como a la Hospitalaria, pues se podría decir que es de adaptación plena.
Me refiero al artículo titulado La muerte de la clínica y el malestar del médico que vi en la red. En este corto, contundente y directo escrito, se nos hace de una forma muy simple una semblanza de nuestro día a día. Ese predominio de direccionar todos los objetivos hacia la bajada de costos al precio que sea, el acortamiento de la consulta y su contextualización pretendida hacia la protocolización férrea de nuestra forma profesional de actuar, es algo a lo que muchos estamos abocados en el día a día.
Otro de sus puntos que me ha impactado ha sido la generalización de la rutina mecánica y poco estimulante, que se intenta hacer pasar con la vaselina que supone un pírrico aumento de salario. Es una nueva forma de venderse por las monedas de plata a las que aluden las sagradas escrituras y que, tanto en aquella época como ahora, tan poca rentabilidad nos da y que tan cara nos salen. En definitiva, todo se supedita a la figura del burro tras la zanahoria: más gráfico es imposible.
Pero en este maremágnum profesional, también podemos ver como la gran mayoría de nuestros pacientes tan solo se guían por intereses particulares y personales. El bien común les trae al pairo, y si hablamos de tu interés profesional o personal tuyo, se podrían contar con los dedos de una mano los que te tienen en cuenta algo. Si no, fijémonos en la gran mayoría que tienen por objetivo sacar la receta que les interesa; o ver cómo pueden eludir su olvido en sellar la tarjeta paro y paliar su mala cabeza con un certificado tuyo que, mintiendo con una supuesta enfermedad en esos días, sea la forma de poder eludir pérdidas económicas y poder ser utilizado por un funcionario que ha sido el que le ha dado “la idea” a ese paciente.
Tan solo cambiaría en el artículo el concepto de seguro popular que utiliza por el del “clientelismo votante”. Nuestra cruda realidad es que se podrían obtener mejores resultados en salud y satisfacción de los profesionales si los enfoques y objetivos de la sanidad se gestionaran por los profesionales y no por políticos. Si tan justos fuéramos para aplicar una sanidad gratuita para todos, pero con sistemas de control estricto para todos aquellos que vemos en nuestro día a día abusan y hacen mal uso de la sanidad en formas tan generalizadas como la ausencia a la cita obtenida (en mi consulta hasta el 20 por ciento de las citas) y acudir solicitando asistencia urgente para auténticas banalidades y mentiras groseras, los gastos y objetivos en salud serían mucho mejores. Ténganlo por seguro....