Lo de la 'tele' a veces se hace cansino. Publicidad, autopromoción, contraprogramación, repetición de capítulos y programas. Hartan y aburren, igual que los discursos políticos.
Y entre programa y tertulia de la 'tele', un flash. Consulte a su farmacéutico. Presto atención y enseguida otro anuncio de medicamentos. Ahora lo escucho y lo veo claro. ¡La publicidad anima a la automedicacion!
¡Que si!. ¡Ya me contarás si no!. Atractivos colores de fondo, música que incita a la lujuria y una seductora voz de anuncio de colchones para la tercera edad y se hace visible el milagro. "Lea las instrucciones de este medicamento y consulte con su farmacéutico".
Me entran ganas de comprar el laxante aunque no esté estreñido. ¿Cómo me voy a resistir? Sólo falta que me hagan una oferta 3x2 y salgo con el laxante y dos cremas de noche que esas sí que me hacen falta.
¿Debería consultar con el farmacéutico sobre el laxante? Aunque sería lo mismo que contarle los secretos de mi tránsito intestinal, pero con un mostrador entre medias y medio barrio de clientes habituales, atentos a la retransmisión de la jugada. Lo de la protección de datos aquí no debe de valer. Me lo estoy pensando mejor...
Pregunto a una amiga enterada de todo. No le ha gustado lo del "farmacéutico", me planta un: "evita el lenguaje excluyente. Es mejor decir consulta en tu farmacia". ¡Que no lo digo yo!, ¡que lo dice la tele!. Ya no pregunto más...
Como no quiero preguntar por ahí, me hago la reflexión para dentro. Porque no es un planeamiento de género sino de mi salud y de sentido común. Imagino que voy a la farmacia y pregunto qué puedo tomar para el dolor de cabeza o de garganta y alguien que esté ahí me vende cualquier medicamento. La apuesta está en el mostrador, ¡este!. Miro raro, saca dos más. Amago al de la derecha, pero me quedo con el del medio. Parece un trile en plena Calle Larios. De los tres me quedo con el más caro. Ya me parecía a mí que esa mueca y sonrisa de tahúr, no apuntaba a diagnóstico y tratamiento científico. Bueno imaginaciones mías, sin mas.
Este asunto podía quedar aquí si no fuera porque hace un par de años, se reguló la prescripción enfermera. Ahora no he tenido mejor idea, a pesar de los antecedentes previos, que preguntar a una enfermera si podía indicarme algún medicamento para el dolor de cabeza. Y me fuí con otra en la frente. No, me responde, porque no estoy acreditada pero puede ir al médico o pedirlo en la farmacia.
¡A ver! ¡Que me he vuelto a perder! ¿Acreditada? ¿Entonces lo de la indicación enfermera dónde queda? ¿Acreditada para prescribir o indicar un medicamento que puedo comprar libremente en la farmacia? Menos mal que no la he pedido que me haga una receta, que lo mismo tampoco tiene. ¿Cómo estamos aún así? Que alguien me lo explique, por favor. Si lo sé, no pregunto....O sí, ¿sobre los test rápidos y ponerme la vacuna en la farmacia?, aunque lo mismo me llevo otra sorpresa….