Aunque ahora, con la confirmación de la fecha de las elecciones vascas, es cuando
Alfonso Alonso ha dado el paso de
renunciar a ser ministro en funciones, hace meses que tenía puesta la cabeza en otras cosas alejadas de la cartera de Sanidad. Alonso ha sido un político puro al mando del ministerio. Así
ha enfrentado cuestiones como la financiación de la hepatitis C, la vacuna de la varicela u otros temas que pudieran salpicar a La Moncloa o a Génova. Él ante todo es un hombre de partido, y con esa misma máxima ha estado actuando desde que el Gobierno está en funciones. Sus fuerzas han estado concentradas en
servir al PP en la misión que le han encomendado en País Vasco y en formar parte del coro 'popular' que está siguiendo al pie de la letra el argumentario para que
Mariano Rajoy pueda formar otra vez un ejecutivo. Mientras, el día a día en el ministerio lo ha delegado en el secretario general
Javier Castrodeza. Por eso, aunque Alonso se vaya en unos días, poco se va a notar su ausencia por la sede del Paseo del Prado.