De ser un término ligado a la política de ajustes del PP -sobre todo, al controvertido Real Decreto 16/2012, que sentó la respuesta del Gobierno Rajoy a la crisis en el ámbito sanitario-, la sostenibilidad ha cambiado de apariencia en un abrir y cerrar de ojos. Ahora es un concepto puramente socialista, tras ser elevado a la categoría de ley en la primera decisión de alcance del flamante nuevo Gobierno andaluz de Susana Díaz. Eso sí, el PSOE quiere cuidarse muy mucho de que sostenibilidad, en su lenguaje, signifique otra cosa muy diferente. Si con el PP, sostenibilidad implicó recortes, menos derechos y menos recursos con el propósito último de salvar el Sistema Nacional de Salud, ahora el PSOE quiere que la sostenibilidad se identifique con gestión pública, con más porcentaje del PIB para el sistema y con ningún copago. De hecho, los socialistas ya trabajan en la posibilidad de que la nueva ley andaluza sea una hoja de ruta para las próximas autonomías que estrenarán gobiernos de izquierdas. Extremadura, Castilla-La Mancha, Baleares, Aragón y, sobre todo, la Comunidad Valenciana podrían ser muy notables piedras de toque para entender que la sostenibilidad, con los socialistas, va a querer decir otra cosa muy diferente a lo que se le atribuyó al término cuando gobernó el PP.