Este lunes se celebra el Día Nacional de la Atención Primaria y como es habitual en este tipo de celebraciones, la jornada se convierte en un día de reivindicación de los afectados, en este caso de los profesionales médicos que desarrollan su labor profesional día a día en el centro de salud más cercano al ciudadano, el de Atención Primaria. Si se atiende exclusivamente a las cifras de inversión en AP, es cierto que los presupuestos destinados a AP se han visto reducidos en los últimos años en la totalidad de las Comunidades Autónomas y que actualmente el gasto sanitario destinado a esta partida dentro de presupuesto global supone un 14 por ciento del total, muy por debajo del objetivo ideal, que los profesionales estiman en un 25 por ciento. Hay razones, por tanto para reivindicar.
Pero el tema de las cifras y la inversión no es tal vez la mayor reivindicación. La AP puede tener un papel más importante en nuestra sanidad al margen de esas cifras. Por eso, tal vez la mayor de las reivindicaciones que hacen los profesionales es la de pedir a las administraciones que den un paso adelante. Un paso real, entendiendo por real aquello de que ‘el movimiento se demuestra andando’ y que por tanto, el reconocimiento verbal a la AP se transforme en un reconocimiento efectivo, con medidas que otorguen a la AP un papel más preponderante.
Ese papel puede comenzar por una mayor interconectividad con el resto del sistema sanitario, algo en lo que todavía hay mucho margen de mejora. La idea se ha puesto de manifiesto en el último Encuentro de Directivos de la Salud organizado por Sanitaria 2000 en Extremadura. “La distancia entre Atención Primaria y Especializada u Hospitalaria es muy grande. La integración debería desarrollarse mucho mejor”. Lo decía Juan José Garrido Romero, director general de Asistencia Sanitaria del Servicio Extremeño de Salud. O lo que es lo mismo: escuchar más a la AP. Ese es el primer paso y para ello no hacen falta grandes alardes económicos.