El consejero de Salud, Fernando Domínguez, la jefa de Epidemiología del Instituto de Salud Pública y Laboral, Nieves Ascunce, y Jon Ariceta, subdirector de procesos quirúrgicos del CHN.
El
Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) comenzará a realizar
densitometrías óseas en el primer trimestre de
2017 tras la adquisición del equipamiento técnico correspondiente y la contratación de personal facultativo y técnico. Se trata de una prueba indicada en pacientes con
cáncer de mama que pueden sufrir osteoporosis a consecuencia del tratamiento oncológico.
Las densitometrías óseas se realizarán en el
Servicio de Medicina Nuclear, en la primera planta del Pabellón B, donde se instalará el densitómetro adquirido, con un coste de 68.000 euros, y para lo que está prevista la contratación de un facultativo especialista y un TCAE.
Hasta el momento, estas pruebas se realizaban en la
Clínica Universidad de Navarra. En concreto, en 2015 se llevaron a cabo 2.400 (promedio de 200 al mes), con un coste de 184.439 euros. En lo que va de 2016, la cifra es de 2.080, lo que supone un promedio mensual de 231 y 135.493 euros.
Así lo han dado a conocer en rueda de prensa el consejero de Salud, Fernando Domínguez, la jefa del Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, Nieves Ascunce, y Jon Ariceta, subdirector asistencial de procesos quirúrgicos del CHN.
El cáncer de mama, el más frecuente
Domínguez ha detallado que, según los últimos datos del Registro de Tumores de Navarra, el cáncer de mama
es el más frecuentemente diagnosticado en las mujeres navarras, aunque la introducción de los programas de cribado y el avance en los tratamientos están haciendo que la mortalidad vaya disminuyendo. En los cinco último años analizados, h
an fallecido de media 67 mujeres.
Cada año se diagnostican alrededor de
400 nuevos casos de cáncer de mama en Navarra, de ellos un 1% en hombres. Se dan diferencias muy significativas según grupos de edad. Así, la tasa más alta se registra en las mujeres mayores de 70 años con una tasa de 273,3 por 100.000, ligeramente mayor que la que se observa en el grupo de 45 a 69 años (259,2), pero más de siete veces superior a la observada en mujeres jóvenes (37,3 por 100.000 mujeres menores de 45 años).
Domínguez ha resaltado que actualmente la mejor estrategia para minimizar su impacto es la
detección precoz en el marco de programas organizados de carácter poblacional, "ofreciendo la realización de mamografía periódica a las mujeres, programas que ya han demostrado su beneficio neto, con la disminución de mortalidad frente a los efectos adversos producidos".
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