La Sociedad Española del Dolor defiende el consenso entre los médicos, las autoridades sanitarias y los pacientes para un uso correcto de los opioides en el tratamiento del dolor.
La adicción a las drogas constituye un grave problema para la salud, cuyo principal peligro, además del componente psicológico involuntario asociado al proceso de dependencia, es el
síndrome de abstinencia que producen a largo plazo. Los últimos años, han sido años de alta prescripción por parte de diversas especialidades médicas y de hallazgo de efectos no deseados en pacientes con cuadros de dolor
Cuando hablamos de opioide nos referimos a un tipo de medicamento, estos narcóticos incluyen fuertes analgésicos recetados por prescripción médica para
aliviar un dolor muy intenso a los pacientes. El principal riesgo de estos tratamientos, además de los efectos secundarios que provocan tales como somnolencia, estreñimiento, vómitos, diarrea, piloerección, sudoración, taquicardia o hipertensión, entre otros; es la
adicción que generan, por lo que se deben recetar solo en casos específicos y nunca superar las dosis recomendadas.
Existen distintas pautas de deshabituación de estos fármacos. La desintoxicación rápida de opiáceos dura 24 horas y puede ser una
técnica eficaz y segura. Las posibles complicaciones de este método, por el elevado riesgo intrínseco que conlleva puesto que se realiza bajo sedación profunda, requieren que este tratamiento sea instaurado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La necesidad de suprimir la dependencia
La Clínica HLA Montpellier ha llevado a cabo el tratamiento de desintoxicación rápida de opiáceos con un exitoso resultado. Se ha sometido a una paciente que padecía dolores de cabeza incapacitantes desde hacía diez años y que tomaba dosis medias-altas de Tramadol, un derivado de la morfina que se utiliza para aliviar el dolor de moderado a severo, perteneciente al segundo escalón del dolor que establece la OMS. Este fármaco era lo único que le aliviaba sus fuertes dolores de cabeza. Fernando Salgado, médico especialista en Neurología de la Clínica HLA Montpellier, valoró este caso debido a la necesidad de
suprimir la dependencia de opiáceos de la paciente para que pudiera optar a una terapia novedosa experimental que eliminaría su cefalea.
Tras el alta médica, el paciente cuenta
con un seguimiento
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Este procedimiento cumple con un doble objetivo: suprimir el efecto de los opiáceos sobre los receptores del organismo y a su vez
eliminar la causa subyacente de la dependencia, imprescindible para iniciar la abstinencia del paciente. "En primer lugar se seda profundamente al paciente durante 24 horas con una serie de fármacos, en base a la respuesta de cada uno, para que pierdan la querencia por el opiáceo. Cuando lleva despierto y sin necesidad de consumir más de 24 horas se le coloca un gotero con el antídoto para eliminar los receptores del opiáceo. Si vuelve a recaer en el consumo de este se le vuelve a sedar y se repite todo el proceso. Si no, se le da de alta y se puede decir que el paciente ya
está deshabituado", explica Manuel Montañés, médico anestesiólogo de la UCI de Clínica HLA Montpellier.
A raíz de someterse a este tratamiento, los deseos de consumo de la paciente han desaparecido y su estado de ánimo ha mejorado de forma significativa, pues no presentó síndrome de abstinencia en las 24 horas que pasó posteriormente ingresada en planta. Una vez finalizada la estancia hospitalaria, se le
realizará un seguimiento en el que contará con apoyo médico, psicológico y farmacológico en función de sus necesidades.
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