Imagen sala de espera de un hospital.
Una
sala de espera bien cuidada aumenta la satisfacción de los pacientes. Así lo concluye un
último artículo de la publicación FPM de la
American Academy of Family Physicians (AAFP) que ha enumerado qué cosas se deben hacer para conseguir de manera significativa que la experiencia de los enfermos y de sus acompañantes sea más llevadera.
Según se explica en el escrito, las salas de espera cumplen un papel importante en el
control del flujo de la atención clínica en la mayoría de los hospitales y centros de salud. Es por ello que con determinados
tips relacionados con el aspecto, las sensaciones que se llegan a percibir y la función de
estas zonas contribuyan a mejorar la espera de los pacientes y hacer un ambiente más
humanizado.
Aunque cada centro desarrolle su propio estilo, se detalla que hay algunos factores universales que llevándolos a cabo consiguen que cualquier espacio así sea más "funcional". Algunas cosas simples y que contribuyen a crear un clima de calidez y comodidad son:
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Limpieza
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Muebles que no sean viejos
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Decoración interesante
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Plantas (tanto reales como artificiales)
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Colores agradables
Una sala de espera limpia y bien acondicionada causa una primera impresión positiva en los pacientes y genera más confianza
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En el artículo se especifica que
una sala de espera limpia y bien acondicionada causa una primera impresión positiva en los pacientes y genera más
confianza en ellos.
Otro de los trucos que se añade al listado es la incorporación de
folletos,
cartelería actualizada y
vídeos educativos porque pueden ser muy útiles para los usuarios.
Avances en tecnología
Incorporar
tecnologías que puedan permitir a los pacientes registrarse a su llegada al centro o que puedan
introducir su propio historial médico electrónicamente o que reciban alertas de sus próximas citas al salir de la clínica y sobre cuándo es el momento de volver para su examen son algunos factores que ayudan a mejorar su estancia.
Un básico: los asientos
Si algo se menciona en este artículo es uno de los elementos más comúnes de las salas de espera: las
sillas. En torno a este mueble se hacen algunos matices interesantes sobre cómo deberían ser. En primer lugar, se especifica que una
distribución abierta con múltiples opciones de asientos que se pueden ver fácilmente puede ayudar a los pacientes a seleccionar un lugar centrado en sus propias preferencias. En este sentido, se ejemplifica que, si hay un
televisor en la habitación, los pacientes pueden seleccionar el asiento que les proporcione la mejor vista o, por el contrario, el más alejado por si no quieren distraerse.
Las salas de espera deben tener suficientes sillas para sentarse. No solo hay que contar con los pacientes que estén citados sino también de otras personas que les puedan acompañar. Por otro lado, debe haber suficiente espacio para las piernas delante de cada silla para permitir que las personas se estiren mientras otros pasan. Esto también mejora la
accesibilidad para quienes utilizan una silla de ruedas o un andador. La disposición de los asientos debe permitir que los pacientes con alguna minusvalía puedan sentarse sin tener que apartar otro elemento del mobiliario.
Entre otros, se propone que las sillas tengan un
acolchado con una superficie que sea duradera y fácil de limpiar, y deben ser lo suficientemente grandes para acomodar cualquier tipo de condición física. También que incorporen unos
apoyabrazos porque mejoran la comodidad y ayudan a los pacientes a conservar el espacio personal incluso cuando la sala de espera está llena.
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