Esperan reducir el número de inyecciones que reciben los pacientes
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST, por sus siglas en inglés) han publicado en la revista 'Regenerative Medicine' una investigación sobre un nuevo tratamiento que frena drásticamente la progresión de las enfermedades retinianas que causan la ceguera.
La institución ha anunciado que Maesoon Im, del Instituto de Ciencias del Cerebro, junto con el profesor Seung Ja Oh, de la Universidad Kyung Hee, y Kangwon Lee, de la Universidad Nacional de Seúl, han incorporado con éxito fármacos antiinflamatorios a un hidrogel para suprimir la inflamación en la retina y administrar eficazmente los fármacos a la zona inflamada.
La degeneración macular asociada a la edad y la retinosis pigmentaria son enfermedades oculares incurables que causan ceguera debido al daño gradual de las células fotorreceptoras, que convierten la luz en señales biológicas en la retina, el tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo.
La degeneración macular asociada a la edad es una enfermedad que daña la mácula, la parte central de la retina, y es la primera causa de ceguera en personas mayores de 65 años. La retinosis pigmentaria, por su parte, es un trastorno genético que provoca la muerte gradual de las células fotorreceptoras de la retina y afecta a 1 de cada 4.000 personas en todo el mundo.
En la actualidad, no existe una cura eficaz para ninguna de las dos enfermedades, y uno de los tratamientos consiste en inyectar fármacos antiinflamatorios en el ojo para ralentizar el grado de daño retiniano. Sin embargo, estas inyecciones sólo funcionan mientras el fármaco permanece en el ojo, lo que obliga a los pacientes a acudir a una clínica para recibir inyecciones intraoculares cada cuatro o doce semanas, dependiendo de cuánto dure el efecto del medicamento.
Ahora, por primera vez, el equipo utilizó una sustancia que inhibe el factor inflamatorio EZH2, que contribuye a la degeneración de la retina, junto con un agente antiinflamatorio. Cuando se inyectó el fármaco antiinflamatorio a ratones con degeneración retiniana, se ralentizó la progresión de la degeneración retiniana.
A TRAVÉS DE UN HIDROGEL
Los investigadores han desarrollado con éxito un hidrogel que se degrada lentamente al encontrarse con la enzima catepsina, que suele estar sobreexpresada en entornos inflamatorios, para administrar fármacos antiinflamatorios. Al inyectar el hidrogel antiinflamatorio cargado de fármacos en los ojos de ratones que sufrían degeneración retiniana, los factores inflamatorios de la retina se redujeron aproximadamente un 6,1 por ciento.
El equipo también descubrió que el efecto protector sobre las células fotorreceptoras, que se sabe que son destruidas por la degeneración de la retina, era unas cuatro veces mayor que en el grupo de control, lo que retrasaba eficazmente la pérdida de visión.
Cabe destacar que el hidrogel a base de ácido hialurónico, que tiene propiedades mecánicas y ópticas similares a las del humor vítreo del ojo, permite diferentes tasas de degradación del hidrogel en cada paciente, lo que minimiza la necesidad de repetir las inyecciones.
MENOS VISITAS AL HOSPITAL
Se espera que esta tecnología de nuevo desarrollo reduzca la carga económica y el riesgo de accidentes durante las visitas ambulatorias de pacientes con dificultades de movilidad debido a deficiencias visuales. Además, para los pacientes en las primeras fases de los síntomas, la reducción de la frecuencia de las visitas al hospital puede aliviar las molestias en la vida cotidiana.
"Para la futura comercialización, tenemos previsto digitalizar la cantidad de fármaco e hidrogel utilizados, así como el periodo de tratamiento, en función de la progresión de la enfermedad. También nos proponemos evaluar la estabilidad a largo plazo del sistema de administración de fármacos", ha afirmado afirmó Maesoon Im, del KIST.
"Además de las enfermedades degenerativas de la retina, investigaremos los niveles de inflamación en otras enfermedades de la retina para ver si nuestro sistema de administración de fármacos sensible a la inflamación funcionaría en esas condiciones", ha señalado el profesor Seung Ja Oh, de la Universidad Kyung Hee.