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3 oct. 2023 14:15H
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MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

El consumo general de bebidas azucaradas ha aumentado casi un 16 por ciento en todo el mundo durante 28 años, es decir desde 1990 hasta 2018, según un estudio realizado por investigadores de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad de Tufts en Boston (EEUU), que muestra además que la ingesta regional varió ampliamente.

Los investigadores señalan que las bebidas azucaradas son un "problema de salud pública" porque se han asociado ampliamente con la obesidad y las enfermedades cardiometabólicas, que se encuentran entre las principales causas de muerte y años perdidos por discapacidad a nivel mundial. Muchas directrices nacionales recomiendan limitar los azúcares añadidos a menos del 5 al 10 por ciento de las calorías diarias y, como los refrescos no añaden valor nutricional, algunos países gravan su consumo para ayudar a sus residentes a alcanzar este objetivo.

El estudio es la última instantánea de cómo los adultos en 185 países consumen bebidas azucaradas, específicamente: refrescos, bebidas energéticas, zumos de frutas, ponches, limonadas y aguas frescas, y en general bebidas que contienen más de 50 calorías por porción (236,5 Cc).

Lo cierto es que las ingestas variaron ampliamente según la región del mundo. Por ejemplo, en 2018, la persona promedio consumía 2,7 porciones de bebidas azucaradas por semana (aproximadamente un litro), pero esto oscilaba entre 0,7 porciones por semana en el sur de Asia y 7,8 porciones por semana en América Latina y el Caribe.

Se observó que la ingesta global era mayor en hombres que en mujeres y en personas más jóvenes que en personas mayores, pero el papel de la educación y la residencia rural/urbana estuvo más influenciado por la región de origen. El consumo de bebidas azucaradas fue más probable entre los adultos con mayor educación que con menor educación en África subsahariana, el sur de Asia y América Latina y el Caribe, mientras que se observó lo contrario en Medio Oriente y África del Norte.

En general, algunas de las ingestas más altas de bebidas azucaradas en el mundo se dieron entre adultos urbanos con alto nivel educativo en África subsahariana (12,4 porciones por semana) y en América Latina y el Caribe (8,5 porciones por semana).

A nivel nacional, los países donde las personas consumieron el mayor número de porciones de bebidas azucaradas por semana fueron México (8,9), Etiopía (7,1), Estados Unidos (4,9) y Nigeria (4,9), en comparación con India, China y Bangladesh (0,2 cada uno).

"Nos sorprendieron las amplias variaciones por regiones del mundo en 2018; que América Latina y el Caribe tuvieron las mayores ingestas en todos los momentos a pesar de una disminución general con el tiempo; y que el África subsahariana tuvo los mayores aumentos en todos los momentos", señala la primera autora Laura Lara-Castor, candidata a doctorado en el programa de Epidemiología de Nutrición y Ciencia de Datos de la Escuela Friedman.

"Estos resultados sugieren que se necesita más trabajo, especialmente en torno a intervenciones exitosas como regulaciones de comercialización, etiquetado de alimentos e impuestos a los refrescos", añade.

La información de la Base de datos dietética global, que agrega cientos de resultados de encuestas sobre lo que come y bebe la gente, también reveló una relación entre las bebidas azucaradas y el estatus socioeconómico. Entre 1990 y 2018, el mayor aumento del consumo se produjo en África subsahariana (+2,99; +81,9%). Las ingestas aumentaron, luego disminuyeron en los países de altos ingresos y disminuyeron y luego aumentaron en América Latina y el Caribe, y en 2018 ambos regresaron a niveles cercanos a los de 1990. Otras regiones del mundo tuvieron aumentos más modestos y constantes a lo largo del tiempo.

Si bien el estudio no identificó las razones de estas tendencias, los investigadores plantean la hipótesis de que los cambios podrían estar relacionados con la efectividad de las tácticas de marketing dirigidas de la industria alimentaria y de los refrescos, la asociación de las dietas occidentales con un alto estatus, así como el acceso al agua. "Los refrescos pueden llegar a los lugares más lejanos, y en países donde el agua potable es menos accesible, estas bebidas pueden ser a veces lo único disponible para beber", afirma Lara-Castor.

"El consumo de bebidas azucaradas ha aumentado en las últimas décadas a pesar de los esfuerzos por disminuir su atractivo. Algunas poblaciones son especialmente vulnerables y nuestros hallazgos proporcionan evidencia para informar la necesidad y el diseño de políticas nacionales y más específicas para reducir su ingesta en todo el mundo", afirma Dariush Mozaffarian, cardiólogo y profesor Jean Mayer de Nutrición en la Escuela Friedman.

No obstante, los investigadores señalan que se necesita más trabajo para evaluar la ingesta de bebidas azucaradas en niños y adolescentes, medir el impacto de los impuestos a los refrescos a nivel mundial y comprender mejor las diferencias entre las subpoblaciones de cada país.

El equipo también quiere explorar cómo otras bebidas dulces, como la leche, el café y el té, influyen en los hábitos de consumo.

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