Jair Bolsonaro

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vuelve a situarse en el centro de la polémica tras asegurar que la vacuna china de Covid-19, la única aprobada hasta el momento por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, no será obligatoria, puesto que "no se sabe los efectos secundarios que tendrá". El dirigente ha llegado a asegurar que su eficacia, cercana al 50 por ciento, es como "tirar una moneda al aire", sin aportar ninguna prueba que avale dichas afirmaciones. Además solo recomienda su administración en aquellas personas que todavía no han sido diagnosticadas de Covid-19, contradiciendo así el mensaje lanzado por las autoridades sanitarias a nivel mundial. "La vacuna es sólo para aquellos que aún no lo han cogido", aseguraba el mandatario, tras defender el uso de otros "tratamientos" para combatir el virus.  "No renuncie a los tratamientos previos. No se rindan", defendía Bolsonaro, 48 horas antes del inicio oficial de la campaña de vacunación contra el coronavirus en todo el país. No es la primera vez que el mandatario hace públicas sus dudas acerca del virus y sus tratamientos, a pesar de haber dado positivo y estar al frente de uno de los países más golpeados de la pandemia.