Los facultativos se preparan para dar un nuevo golpe de efecto a su campaña por el Estatuto propio

Así viene la huelga médica: gestos salariales, presión interna y un temor
Imagen de la manifestación médica celebrada en Madrid.


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Bien es cierto que el colectivo médico no es homogéneo, y que el modo en que cada uno afronta la huelga prevista para el 23 de mayo puede variar. Pero muchos tienen, a grandes rasgos, inquietudes semejantes sobre un parón que esperan que suponga un golpe de efecto aún mayor que el de la reciente manifestación contra el Estatuto Marco que tuvo lugar en Madrid. Las fuentes consultadas por Redacción Médica convienen en que el mayor ‘enemigo’ de los facultativos es la falta de movilización, así como el alto grado de servicios mínimos que se prevé que impongan las administraciones. En cualquier caso, la maquinaria ya está en funcionamiento, y el mensaje es unísono: “Nos van a escuchar”. 

Si nada cambia, los médicos pararán en aproximadamente un mes a modo de protesta contra el Estatuto Marco del personal de salud que les ha presentado el Ministerio de Sanidad, en el que advierten retrocesos (o al menos falta de avances) en cuestiones como la reclasificación profesional, el control de las horas de guardia, la ‘no’ cotización de las mismas y la ausencia de medidas para implantar la jubilación anticipada por coeficientes reductores. La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), convocante de la huelga junto al Sindicato Médico Andaluz (SMA), exige al gabinete de Mónica García una reunión bilateral para abordar el conflicto, exigir un Estatuto específico para los facultativos y, quién sabe, tal vez incluso poner freno a la protesta, “que es un último recurso”. “Habrá una línea de negociación y lo que esperamos no es otra cosa que no tener que llegar a la huelga”, apunta, en declaraciones a Redacción Médica, el secretario general de CESM, Víctor Pedrera.

A la espera de servicios mínimos para la huelga médica


Los sindicatos, en cualquier caso, siguen engrasando la maquinaria de la huelga, que se espera que tenga un “amplio seguimiento”. Desde la Comunidad Valenciana, el pediatra del Hospital San Juan de Alicante Martín Ferrando asegura que a nivel interno “hay mucha unión entre médicos y también muchas ganas de hacerse escuchar”. A nivel interno, avanza, se está trabajando en campañas de concienciación entre el propio personal para dar a conocer los motivos de las protestas y sumar apoyos. En este sentido, niega que los ánimos se estén enfriando por la lejanía de la manifestación (“el hospital es una olla a presión”, asevera), pero sí teme que el mensaje se diluya en parte por una elevada tasa de servicios mínimos.


"Los hospitales son una olla a presión, hay muchas ganas de hacerse escuchar"



“Pueden establecerse un 100 por ciento en UCI y Urgencias y un 80 por ciento en consulta externa -indica-. Son servicios mínimos abusivos, porque en cualquier día de Semana Santa o de verano hay aún menos personal”.

¿Oleada de bajas laborales?


Iniciativas ‘duras’ como la petición en masa de bajas laborales “no son una buena idea”, subrayan las fuentes de CESM consultadas por Redacción Médica, que indican que estos trabajadores incurrirían en fraude y podrían enfrentarse a duras sanciones. No obstante, los médicos barajan otras opciones de protesta como llevar batas con mensajes reivindicativos o informar activamente a los pacientes de su situación, incluso en las puertas de los centros.

También se planean también otro tipo de ‘gestos’, incluidos algunos de naturaleza económica, como que los liberados sindicales dejen de tener esa condición para los días de huelga “para sumarse a ella como cualquier otro trabajador y le quiten la parte de sueldo que corresponda”.

Otra de las claves para el éxito de la huelga es que no decaigan los ánimos entre los propios médicos, como se teme en algunos sectores del colectivo dada la lejanía de la manifestación nacional. Las redes sociales y las campañas a nivel interno, apuntan, son grandes aliados para mantener el espíritu reivindicativo. Por otro lado, los organizadores han preparado ya guías con recomendaciones para reforzar el impacto de la huelga en las redes sociales, en las que se pedirá el apoyo de personalidades públicas (el cantante Pablo Alborán ya se ha posicionado en televisión a favor de ‘escuchar’ las demandas de los médicos y mejorar sus condiciones laborales).

Un 'problema' para los gestores de sanidad


Evidentemente, el llamamiento a la huelga no ha pasado desapercibido entre los gestores sanitarios, que reconocen que los médicos tienen ‘fuerza’ suficiente como para frenar la actividad de un hospital. Fuentes de la Sociedad Española de Directivos Sanitarios (SEDISA) indican, en este sentido, que el principal problema estaría ligado a un aumento de las listas de espera de intervenciones no urgentes.

“Al final, nuestro trabajo es el de organizar para que todo funcione correctamente, pero son situaciones para las que un hospital tiene que estar preparado”, resumen desde la organización que dirige José Soto, que esperan aún que Sanidad y sindicatos logren acercar posturas para evitar el ‘choque’. En todo caso, apuntan que será necesario esperar a conocer la metodología de la huelga, pues lógicamente una protesta mantenida en el tiempo puede agravar las consecuencias.

Desde CESM tienen varias opciones sobre la mesa, aunque avanzan que no habrá una única jornada de huelga. Se piensa, por ejemplo, en alternar días de protestas con paros parciales, de forma que no se perjudique en exceso a los pacientes. “No hay que descuidarlos, lo primero son ellos”, recalcan.
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