Enrique Pita. Innsbruck
Desde que naciera en los años 70 en la Universidad Tecnológica de Viena, la trayectoria de Medical Electronics (Med-El) ha estado ligada a la apuesta por la innovación en el campo de la audición. “Siempre quise trabajar en algo que supusiera un avance para las personas”, ha señalado a este periódico su fundadora y actual consejera delegada, Ingeborg Hochmair, ganadora en 2013, junto a Graeme Clark y Blake Wilson, del Premio Lasker-DeBakey a la investigación médica por el desarrollo del implante coclear moderno.
Ingeborg Hochmair, fundadora y CEO de Med-El.
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Esta apuesta por la I+D se ha visto reflejada en múltiples dispositivos para sustituir o mejorar el sentido del oído cuando está dañado. El último, el sistema Rondo, un procesador de audio de pieza única indicado para la pérdida auditiva unilateral, tanto en adultos como en niños. En esta senda de la innovación y el desarrollo, Med-El ha levantado un nuevo centro de I+D en su sede de Innsbruck, un edificio en el que cerca de 400 personas desarrollan su labor de investigación y montaje de nuevos dispositivos con destino a un centenar de países. La filosofía que transmite Hochmair es sencilla: “ayudar a superar las barreras que puede provocar en la vida diaria la pérdida de audición o su ausencia”. Para ello, la compañía que dirige invierte el 15 por ciento del total de sus ganancias en I+D.
Hasta ahora la fórmula para sustituir el sentido del oído cuando está dañado ha pasado, por ejemplo, por los implantes cocleares, la estimulación eléctrico acústica (EAS) o los implantes de conducción ósea. Sin embargo, desde Med-El también se advierte un futuro en la terapia celular. Como ha apuntado su jefe de Investigación en el área del desarrollo de electrodos, Claude Jolly, “quizá en unos años estas terapias logren curar los daños funcionales que producen la pérdida de audición”. En este sentido, Jolly ha resaltado que “para que eso fuera posible es necesario que se preserve la estructura del oído, puesto que si fuera dañada al ser implantado un dispositivo, los pacientes no podrían beneficiarse de futuras terapias”.
Este punto de vista entronca con una perspectiva global de la compañía que desde Med-El definen como ‘Triformance’, y que supone la combinación de tres factores que aplican en el desarrollo de sus implantes cocleares: la ya mencionada preservación de la estructura del oído; deben aportar una cobertura coclear completa y, por último, deben permitir lograr una audición adecuada.
Hacia unos implantes cocleares más cómodos
Mientras llega esa posible terapia celular, el presente pasa por diseñar implantes cocleares que sean más cómodos para el paciente. Tal y como ha explicado a este periódico Ingeborg Hochmair, hasta hace unos años los saltos que se producían en este campo eran destacados, se aportaban novedades que podían suponer un gran avance con respecto a generaciones anteriores, pero ahora esos saltos son más infrecuentes, y lo que viene por delante es mejorar los diseños para que se adecúen más a las necesidades anatómicas del paciente, es decir, mejorar sus características de comodidad.
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