Así lo indica Fenin, que avisa de que hay equipos que emiten radiaciones más elevadas de lo necesario

El parque tecnológico del SNS es el más anticuado de las últimas décadas
Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin.


4 jun. 2018 10:55H
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POR REDACCIÓN
La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), en colaboración con las empresas del sector de tecnología y sistemas de información clínica, ha elaborado el segundo estudio bajo el título Perfil tecnológico hospitalario y propuestas para la renovación de tecnologías sanitarias, con información actualizada a lo largo del 2017 donde se ha analizado el nivel de obsolescencia de 11 familias tecnológicas sanitarias del conjunto de hospitales públicos y privados de España.

Las cifras de tecnología sanitaria instalada en las comunidades autónomas muestran que el parque global es el más antiguo de las últimas décadas, en un entorno de creciente demanda y justo cuando la inversión y la innovación en sanidad deberían ser un elemento de la prestación sanitaria, además de un incentivo para la recuperación económica.

Ante esta situación, Fenin entiende que Gobierno y comunidades autónomas deben afrontar conjuntamente el elevado nivel de obsolescencia de España facilitando la innovación y la incorporación de las nuevas tecnologías de forma más urgente antes de que sea muy difícil de recuperar.

Además, deben considerarse el mantenimiento y la renovación de los sistemas digitales de perfusión de medicamentos, por el riesgo que representan para la seguridad del paciente y su correcto diagnóstico.

Incidencia directa en la seguridad

“Se trata de un proyecto que está previsto se mantenga a lo largo de los años como observatorio del estado de conservación y antigüedad de estos equipos”, ha indicado Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin.

La obsolescencia es relevante porque incide directamente en la seguridad del profesional y el paciente. En la actualidad hay equipos que están emitiendo radiaciones más elevadas de lo que sería necesario. Además, un equipo obsoleto aporta mucha menos información de la que puede proporcionar uno de última generación, algo que puede verse claramente en el terreno del diagnóstico por imagen. 

Gráfico sobre la antigüedad de la tecnología sanitaria del SNS. Fuente: Fenin.


Alta tecnología

Para realizar este informe la Federación ha solicitado a las empresas información sobre el parque instalado en hospitales públicos y privados para poder elaborar con rigor un estudio muy completo en el que se constatan algunos datos importantes sobre 11 equipos de alta tecnología: TAC (Tomografía Axial Computarizada), RM (Resonancia Magnética), HEM (Sala de Hemodinámica), ASD (Angiografía vascular intervencionista), ALI (Acelerador Lineal de Partículas), PET (Tomografía por emisión de positrones), MAMO (Mamógrafo), ECO (Ecógrafos), RCO (radiología Convencional), MON (Monitorización de pacientes críticos), SVI (Soporte Vital) y TEC (Terapias de Calor).

Algunos de los datos que se reflejan en el mismo señalan que el 70 por ciento de los TACs, el 69 por ciento de los ecógrafos, y el 81 por ciento de los equipos de soporte vital superan los 5 años de antigüedad. Estos datos no cumplen con las reglas de oro marcadas por Cocir (Comité de Coordinación Europea de la industria Radiológica, Electromédica y Sanitaria) en cuanto a obsolescencia. Esas reglas señalan, entre otros aspectos, que el 60 por ciento de los equipos debería tener menos de 5 años.

Recomendaciones

Por último, el estudio sugiere una serie de recomendaciones: abordar un plan de actualización tecnológica del equipamiento existente, establecer criterios de valor en los procesos de adquisición y renovación, establecer criterios de valoración de las inversiones en tecnología que tengan en cuenta el ciclo de la vida, la calidad y el servicio, evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en la eficiencia de los procesos asistenciales e inventariar los recursos tecnológicos disponibles.

Del mismo modo, propone asegurar un proceso de mantenimiento adecuado y cualificado que se ajuste a los protocolos del fabricante, designar y reforzar las funciones del responsable de vigilancia en los centros sanitarios, disponibilidad en cada centro superior a 200 camas de un técnico especialista en electromedicina, promover en colaboración con la industria la formación continua de los profesionales e implicar a los diferentes profesionales sanitarios en el proceso de decisión.
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