Han participado 13 socios de 8 países, y han contado con una subvención europea de 5,3 millones



17 feb. 2014 17:54H
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Redacción. Madrid
Un equipo de investigación integrado por trece socios de ocho países europeos ha desarrollado un sistema de diagnóstico consistente en un lector portátil que permite analizar tarjetas inteligentes y parches cutáneos equipados con un circuito electrónico y varios componentes químicos que reaccionan al entrar en contacto con determinadas sustancias. Los resultados del análisis se envían directamente a un ordenador, una tablet o un Smartphone a través de una conexión inalámbrica. Entre otras posibilidades, este dispositivo permite monitorizar el cáncer de colon o detectar el consumo de cocaína.

Con una subvención de 5,3 millones de la Unión Europea, los trece socios han colaborado en el proyecto Labonfoil “aportando su experiencia en los campos de la microtecnología, la biología molecular, la ciencia de los materiales y la electrónica para desarrollar esta nueva tecnología de diagnóstico rápido y de bajo coste”, ha explicado Jesús M. Ruano López, que ha coordinado el proyecto desde el centro IK4-Ikerlan del País Vasco.

En el caso de la monitorización del cáncer de colon, el grupo ha explicado que se ha diseñado una tarjeta inteligente para realizar controles a pacientes de cáncer de colon. La tarjeta se impregna con unas gotas de sangre del paciente y se introduce en el lector, el cual identifica una proteína que aumenta en caso de recidiva de la enfermedad. Esta técnica no invasiva permite realizar un seguimiento exhaustivo del paciente a un coste menor que con las herramientas empleadas actualmente, ha explicado el grupo en un comunicado.

Tras una batería de ensayos de validación para la que se realizaron más de 600 muestras, y “una vez confirmada su resistencia y fiabilidad”, estos dispositivos están listos para su introducción en el mercado. “Con espíritu de equipo, dedicación y rigor hemos conseguido crear un sistema diagnóstico con un gran potencial social y económico”, ha asegurado Ruano-López.

Así, la empresa española POC MicroSolutions, una spin-off derivada de IK4-Ikerlan creada a resultas de este proyecto, ha emprendido la adaptación a escala industrial de uno de los protipo, que podría venderse en 2015. Otras posibilidades, como el parche subcutáneo o las tarjetas para la detección inmediata de contaminantes alimentarios también están siendo desarrolladas por otras empresas.
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