María Jesús Montero y Meritxell Batet.
La
OPE nacional de Sanidad se encuentra descabezada desde que Función Pública se ha desligado del Ministerio de Hacienda y ha pasado a formar parte del ministerio que dirige
Meritxell Batet, Política Territorial y Función Pública, según lo aseguran fuentes de Hacienda a
Redacción Médica.
Además, también han confirmado que están esperando el
nombramiento del nuevo Secretario de Estado de Función Pública, un cargo que hasta ahora ocupaba
Elena Collado Martínez, del Ministerio de Hacienda del Gobierno de Mariano Rajoy. Este hecho provoca que la OPE nacional se encuentre sin rumbo y en un momento de parálisis, tras la
moción de censura y la formación del
nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Este parón institucional puede poner en duda la realización de los exámenes de la
OPE nacional, que fue acordada entre las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad. Las pruebas, que en principio tienen fecha de inicio en el cuarto trimestre de 2018 se alargarán hasta finales de 2019.
100.000 empleos sanitarios en juego
La parálisis de la Función Pública pone en jaque a las más de 100.000 plazas que han sido convocadas y que deben
rebajar la tasa de temporalidad al ocho por ciento en el sector sanitario español.
En concreto, se anunciaron
plazas para: matrona, fisioterapeuta, celador, auxiliar administrativo, TCAE, Enfermería, Médico de Familia, Pediatra de AP, técnico superior en Radiodiagnóstico, técnico superior de Laboratorio y pinches de cocina.
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