Redacción. Madrid
Al menos el 70 por ciento de las personas con trastorno psiquiátrico fuma, según la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que estima que estos pacientes consumen el 40 por ciento del tabaco en España. Además, en gran medida, la gravedad de la situación de estos pacientes se agudiza debido a que suelen fumar cigarrillos de manera compulsiva, lo que acelera los daños en pulmón y aparato cardiovascular.
“Necesitamos atender de manera correcta este fenómeno, ya que nuestros pacientes son un colectivo particularmente vulnerable al desarrollo de adicciones como el tabaquismo. Tratamos a nuestros pacientes de esquizofrenia, psicosis o trastorno bipolar, entre otros, pero es de enfermedades asociadas al tabaquismo lo que los mata”, ha revelado Nestor Szerman, presidente de la SEPD, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Enfermedad Mental este sábado 10 de octubre.
Nestor Szerman preside la SEPD.
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A su juicio, resulta indispensable “comprender la doble dificultad que implica luchar contra una adicción como el tabaco y otra enfermedad mental”, para lo cual resulta necesario disponer de apoyo psicosocial con herramientas terapéuticas como el cigarrillo electrónico u otras alternativas y con profesionales expertos que comprendan ambos problemas como un todo. “Esta es la clave para lograr una mejora en la calidad de vida de los pacientes y sus familias”, ha advertido.
Se ha detectado que los pacientes psiquiátricos que intentan abandonar el tabaco sin que se les haya prescrito una fuente sustitutiva de nicotina, presentan un mayor índice de rechazo al consejo médico. En cuanto al cigarrillo electrónico y otras alternativas como los parches, chicles o sprays de nicotina, son candidatos razonables a funcionar como instrumento terapéutico clave en el tratamiento de la patología dual.
Mitos del tabaco y de la enfermedad mental.
Mitos sobre la enfermedad y la adicción
Desde la SEPD han señalado que existe una serie de falsos mitos sobre la patología dual y el tabaquismo que es necesario desmentir; por ejemplo, es por completo falso que los enfermos mentales fumen para mantenerse ocupados. “Su adicción puede estar reforzada por los efectos positivos que produce la nicotina en el cerebro sobre los sistemas emotivos, perceptivos y cognitivos”, han explicado.
Se piensa que, debido a su trastorno mental, no tienen interés en dejar el tabaco y que no tienen la voluntad necesaria para dejar de fumar; sin embargo, desde la Sociedad destierran estas afirmaciones y recuerdan que resulta clave incluir la adicción al tabaco en el tratamiento global del paciente con trastornos mentales.
También es falso que el tratamiento del tabaquismo interfiere con el de la otra patología, “ambos tratamientos pueden y deben coexistir siempre que se articulen de manera correcta”; y es mentira que los problemas causados por el tabaco no sean tan graves como los psiquiátricos en los pacientes con un trastorno mental, “incluidas otras posibles adicciones, tienen más posibilidades de morir por el tabaquismo que por su otro trastorno adictivo o mental concurrente”.
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