La mayoría de las regiones apuestan por realizar las interrupciones de los embarazos en los centros privados

Las CCAA eligen concertar los abortos del SNS por "razones organizativas"
La ministra de Igualdad, Irene Montero.


27 may. 2022 12:50H
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POR MARÍA TERESA FERNÁNDEZ | DAVID PUNZANO
La recién aprobada Ley del Aborto contempla el derecho de todas las mujeres de interrumpir su embarazo de forma voluntaria en un hospital público. Una garantía que a la hora de hacerla realidad se contempla más complicada debido a las políticas internas de los Servicios de Salud regionales, quienes en su mayoría apuestan por derivar estas intervenciones a centros privados y concertados para que no afecte a la saturación propia de los centros públicos.

Esta derivación se refuerza a la hora de contabilizar a los objetores de conciencia, que en Castilla-La Mancha suponen la totalidad de los facultativos de los centros públicos. En el resto de comunidades autónomas, la cifra concreta no está disponible debido a que, como destaca la Comunidad Valenciana “el número de profesionales inscritos en el registro no es estático, puesto que el derecho se puede ejercer en cualquier momento, tanto para realizar la objeción, como para retirar la misma”.

Desde Extremadura, la cifra de objetores queda también sin revelar debido a que la “ley vigente no lo contempla”, siendo la recopilación de estos datos “una disposición de los Colegios de Médicos de Extremadura”.

Por su parte, Cataluña si abre esta información al conocimiento público,destacando las cifras consolidadas de 2020, últimas en registrarse. En ese año, en la Departament de Salut un 23,79 por ciento de los facultativos manifestó ser objetor solo por lo que respecta a la interrupción voluntaria del embarazo por petición de la mujer, mientras que un 20,85 por ciento manifestó ser objetor por cualquier causa.

Intervenciones en la privada


En la línea de Castilla-La Mancha, la mayoría de las regiones optan por derivar las intervenciones de las interrupciones del embarazo voluntarias a centros concertados o privados. Una solución que busca aliviar la presión asistencial “por el volumen de actividad que estas intervenciones representan, la realización de estas intervenciones en los hospitales públicos dificultaría atender otras prestaciones”, aseguran desde Aragón.

Esta fórmula no dispensa a los hospitales público de prácticas abortos, pues en todas en todas las regiones se realizan por urgencias cuando hay riesgo para la vida de la madre. 

Así, la opción de externalizar las interrupciones voluntarias del embarazo se viene llevando a cabo desde 2010. Tal y como destacan desde Andalucía “ es una opción que se tomó desde que salió la anterior Ley en 2010”, misma decisión llevada a cabo en Extremadura. Una derivación a la que las regiones añaden la “mayor intimidad y comodidad” que ofrece a las mujeres.

Aunque mayoritaria, la derivación no siempre se realiza en todos los sistemas sanitarios. Así, en Galicia, el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo está garantizado en todas las áreas sanitarias del Servicio Gallego de Salud dentro de la atención sanitaria pública. También Cataluña se apoya en sus centros públicos “garantizando que todas las mujeres tengan acceso a la prestación de la interrupción voluntaria del embarazo, a través de las unidades de atención a la salud sexual y reproductiva (Assir), los hospitales de la red pública y los centros concertados para prestar este servicio, todos ellos atribuidos por todo el territorio”.
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