Julio Armas y Carlos del Pozo explican que mucha gente que está sola en sus casas acude al hospital esa noche

Julio Armas, médico de Urgencias del Hospital Universitario de Vinalopó, en Elche., explica los retos a los que se enfrenta un hospital en Nochevieja
Julio Armas, médico de Urgencias del Hospital Universitario de Vinalopó, en Elche.


31 dic. 2024 11:20H
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La noche del 31 de diciembre suele ser una de las más especiales. La gente celebra el cambio de año y este final de 2024 no será diferente. Sin embargo, es una noche que no todo el mundo puede disfrutar en familia, ya que son muchos los que deben acudir a su trabajo.
 
Entre ellos se encuentran Carlos del Pozo Vegas, jefe de Servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y Julio Armas, médico de Urgencias del Hospital Universitario de Vinalopó, en Elche. El segundo de ellos cuenta a Redacción Médica que ya está acostumbrado: “La he trabajado tantos años que parece una guardia más”.
 
Sin embargo, sí que se diferencia del resto en una serie de factores. Según del Pozo, “es un día muy ajetreado en el que existe un aumento de la frecuentación de las Urgencias debido a vacaciones en otros dispositivos sanitarios como Atención Primaria o las consultas de Atención Hospitalaria”. Pero no solo influye la situación en el propio hospital, sino también la forma de celebrar la entrada del nuevo año de las personas.
 
Lo que más le llama la atención a Armas es que mucha gente busca ser atendida por patologías mínimas con un simple objetivo: estar acompañados en Nochevieja. “Quieren compañía durante las campanadas porque están solos en sus casas”, afirma a la vez que añade que, aunque dé algo de pena, es una realidad.

Intoxicaciones de alcohol en Urgencias

 
Pero mientras unos buscan a alguien con el que estar, otros disfrutan de la fiesta hasta elevadas horas de la madrugada. La fiesta, el alcohol y las drogas forman parte de la cara B de la noche del 31 de diciembre. De hecho, ambos facultativos aseguran que las patologías más comunes, entre otras, son las intoxicaciones alimentarias y de alcohol y las agresiones.
 
“Desde unas horas antes de la media noche hasta el amanecer, existe un goteo continuo de casos de pacientes intoxicados (por una o más sustancias de abuso) a los que se asocian traumatismos, agresiones, etc.”, explica el jefe de Servicio vallisoletano. Incluso Armas es más conciso: “Desde la 1 de la mañana hasta el día siguiente, eso es un desfile de pacientes con intoxicaciones etílicas y otras drogas”.
 
Para del Pozo, son datos preocupantes, sobre todo “en menores de edad”. De hecho, anota que el acceso al alcohol es fácil, aparte de "existir una aceptación social de su consumo, lo que provocan que sea un problema creciente”. Por ello, va más allá y asume que esa noche existe un aumento de la carga laboral en detrimento de otras patologías graves y “un incremento de casos de agresiones al personal sanitario”, unos hechos que le transmiten “una gran sensación de falta de colaboración que resulta desmotivante”.
 
Es verdad que no son las únicas patologías atendidas en Urgencias. Armas destaca que, si la epidemia de la gripe se adelanta, “pueden ser atendidas muchas personas mayores con problemas respiratorios”. De hecho, añade que el atragantamiento por uvas también es común, sobre todo en niños pequeños.
 
Por todo ello, se preparan para vivir un nuevo 31 de diciembre. Una noche que los servicios de salud autonómicos incentivan económicamente al tratarse de un “festivo especial”. Aun así, no es suficiente. “La mayoría de los compañeros, si no les toca por la rueda de turnos, no lo buscan”, puntualiza Armas. Y es que la familia, en estas fechas, “es lo primero”.
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