Julio Acero.
Conocido como el 'bombero' de la
Cirugía Oral y Maxilofacial en todo el mundo,
Julio Acero ha tenido la gran responsabilidad de apagar incendios allí donde se le requería: desde una herida de arma de fuego en la guerra de Libia, hasta el abordaje de un tumor altamente complejo en un territorio de Asia. Un cúmulo de conocimientos adquiridos que compartía como máximo responsable a nivel nacional, europeo y mundial, potenciando los puntos fuertes de cada país en esta especialidad.
Las paredes del
Ramón y Cajal y del
Puerta de Hierro tienen la suerte de contar con Acero como jefe de Servicio de una rama que, pese a ser de las menos longevas, cada vez se agota antes en las convocatorias MIR. Número trece en la lista, él mismo se decantó por ella en este centro en el que la tecnología más puntera ha encontrado su lugar mediante la
navegación en tres dimensiones, la
realidad aumentada o los
hologramas. Y es que, tras conocer los equipos más prestigiosos del mundo, sabe que no hay mejor sitio que su hogar profesional para ejercerla, tal y como contó a los micrófonos de
Redacción Médica en esta entrevista para el pódcast '
Jefatura de Servicio'.
Si hay algo de lo que puede presumir es de haber llevado las riendas de la especialidad desde todos los escalafones y a todos los niveles: nacional, europeo y también internacional...
Sí, estoy muy orgulloso. No me considero alguien presumido, pero algo que me inculcaron mis padres es que debo estar orgulloso de la labor realizada. Efectivamente, sin haberme dado cuenta, he llegado poco a poco a los puestos de dirección de la especialidad. Primero a nivel nacional, con la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (Secom), de la que fui presidente entre 2001 y 2003. Después en la Asociación Europea de Cirugía Oral y Maxilofacial (Eacmfs) fui responsable de educación durante años hasta que finalmente me eligieron presidente, y a nivel internacional fui presidente también de la Asociación Internacional de Cirujanos Orales y Maxilofaciales. Efectivamente, tengo el orgullo de haber servido a la especialidad y a nuestros pacientes a nivel mundial.
Vamos a ir desgranando poco a poco toda esa trayectoria, empezando por ese momento de 2016 en el que se convertía en el primer español en presidir la Asociación Internacional de Cirujanos Orales y Maxilofaciales. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos al llegar a lo más alto, es decir, como máximo responsable?
El mayor desafío en sí mismo es sentirte responsable de la guía de la especialidad a nivel mundial, en un mundo muy variado en cuanto a formación, medios materiales, tipo de patología, necesidades... Por otro lado te sientes un poco como un bombero, de hecho me llamaban firefigthter en inglés, porque tienes que ir 'apagando fuegos' en la especialidad; primero por lo que supone la gobernabilidad de una sociedad mundial, en la que uno no llega a la presidencia de casualidad. Fueron muchos años sirviendo a la especialidad desde el Comité Educativo, en el cual se ven de manera global necesidades educativas. La formación en nuestra especialidad es muy heterogénea: no es lo mismo en América del Norte que en América Latina, que en Asia, que en África... Hay que detectar sensibilidades y ser el presidente de todos. Estuve dos años de responsable mundial de becas de intercambio de ideas. Desarrollamos sistemas de fellowship, en concreto en China y en la India, para ampliar la formación en áreas que no tenían acceso a ella, y después fui elegido presidente. Por lo tanto, cuando llegas ya conoces bien la mecánica.
Yo tenía mi oficina en Chicago y trabajaba allí, pero lo primero y más importante siempre ha sido mi labor como cirujano en mi hospital, creo que hay que cumplir, claro. En aquella época no era jefe de Servicio, pero dedicaba mucho a la asistencia y a la docencia. Cambié toda gobernabilidad de la sociedad buscando una estrategia basada en mirar hacia el futuro, hacia las próximas décadas, y continuar el programa de educación tratando de armonizar la especialidad, sobre todo desarrollando programas en África y Asia. Me tocó realizar un congreso mundial en Hong Kong, en el cual a pesar de haber diferentes sensibilidades, en ese momento paramos bajo el mismo paraguas a cirujanos de Alemania, de América Latina, de Asia... Sintiéndose todos parte de una familia. Yo creo que fue una de las cosas que conseguí y la verdad es que terminé muy contento y de hecho dos años después el siguiente congeso fue en Brasil, y allí me nombraron miembro de honor de la Sociedad Internacional como reconocimiento a lo que hicimos.
Usted mismo comentaba que cuando asumía este cargo internacional ya había comprobado cómo era la tarea que conlleva ser presidente de un organismo científico. Al menos, lo sabía ya a escala nacional después dirigir la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial. ¿Cuáles eran los puntos prioritarios aquí en España para la especialidad?
Nuestra especialidad es muy rica, porque se define por un territorio anatómico de la cabeza, el cuello, la región cráneo-facial, reflejos cervicales... Lógicamente, el contenido de traumatología, tumores, deformidades, infecciones, cirugía oral... Pero por otro lado es una especialidad muy joven. Por lo tanto, primero tenemos que consolidar nuestro espacio y un conocimiento social mayor, aunque hay que destacar que hemos pasar de una sociedad con los mecanismos de actuación clásicos a una sociedad moderna. En aquella época teníamos un magnífico secretario, pero no teníamos sede, no teníamos un plan de relaciones con la industria... Hicimos planes de reforma de la sociedad con una sede propia, la organización de congresos, establecimos esa relación con la industria, revitalizamos jornadas como nuestro Congreso Nacional, iniciamos también un plan de formación...
Creo que una de las funciones de cualquier sociedad científica para cuidar las preocupaciones profesionales de los especialistas es el desarrollo científico y educativo. Hay muchas cosas que empezaron en aquella época y se siguen haciendo, lo que indica que íbamos en la dirección correcta. Yo siempre he considerado, tanto cuando fui presidente nacional, como europeo e internacional, la preocupación por todos los cirujanos como una gran y única familia, con diferentes sensibilidades. Todos nos estamos sintiendo parte de algo, crecimos mucho también en aquella época, se aumentó la afiliación. También fui presidente también del Comité Científico para seguir con estos programas y la verdad es que contento y orgulloso y siempre muy satisfecho de asistir a estos congresos, ayudando también lo que pueda.
"Creo que una de las funciones de cualquier sociedad científica para cuidar las preocupaciones profesionales de los especialistas es el desarrollo científico y educativo".
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Ya nos adelantaba, efectivamente, que hasta hace poco también le hemos visto como presidente de la Sociedad Europea y continúa vinculado a su comité. ¿Cuál diría que ha sido su mayor aportación en ese cargo?
Siguiendo la misma filosofía, me he ido viendo llevado por las circunstancias y por mis compañeros de diferentes niveles . Cuando era presidente de la Secom representaba a España en el council de la Sociedad Europea. Ahí, por la labor que hacíamos, yo creo que si los responsables de algo identifican que alguien se preocupa y se entrega a algo, enseguida te identifican como posible valor para determinadas actividades. La presidencia de la Asociación Europea, que le corrrespondía en aquel momento a Alemania, identificó que podía darme un papel como responsable de educación europeo. Fue una época complicada, allá por 2002 o 2003, porque todavía no tenía tantas tablas y pasaba de llevar la sociedad española al nivel internacional, aunque había formado parte del council representaba un reto, evidentemente.
Como anécdota, recuerdo que en la primera junta directiva tuvimos en Londres de la Sociedad Europea se planteó abrir la sociedad europea hacia el Este de Europa, traspasando esa barrera que había en el mundo de la Cirugía Oral y Maxilofacial occidental con la de la zona del Este de Europa, que estaba anclada en principios bastante antiguos. Fue difícil, no teníamos presupuesto ni medios, pero conseguí establecer contactos con una universidad en Rumanía y comenzamos programas educativos que se abrían con participación de sus profesores a todo el país, luego a la subregión de los Balcanes, después pasamos a Polonia y fue una época fascinante en la cual conseguimos una integración de todos los cirujanos de Europa desde el Este al Oeste. Esto fue muy apreciado al ver el resultado de los cursos que hicimos, tanto qeu la sociedad incluso me propuso como presidente, pero ya entonces estaba llevando también educación de la sociedad mundial. Todo era muy novedoso. Nunca había habido programas de formación graduada en áreas que ni se conocían, dirigidos por la sociedad científica, llevando profesores, facilitando que los residentes o jévenes especialistas de allá recibieran los mejores profesores del mundo de sus países. Esto no existía. Y todo esto, pues, me correspondió aportarlo a mí, como digo, primero a nivel europeo, luego a nivel mundial.
Hablábamos antes de que se trata de una especialidad que en función del país cambia completamente, y después de haber cubierto con tanta amplitud de rango todos estos años y ser miembro de Honor de Sociedades de Cirugía Maxilofacial de países como Argentina, Bulgaria, Croacia, Grecia o Macedonia... ¿Cuáles diría exactamente, concretando, que son las mayores diferencias que nos separan del resto de sistemas sanitarios en la especialidad? ¿Sobre qué cosas concretas deberíamos tomar nota?
Yo creo que más que por países hablamos de áreas y tradiciones históricas. La Cirugía Maxilofacial en Europa es una especialidad muy fuerte que tiene dos grupos de países, unos con formación doble de Medicina y Odontología y otros solo con formación médica. Lo que define a la especialidad es el ámbito de actuación, se define con el término anatómico. Cuando tienes una formación tan potente, se llega a cubrir el espectro de especialidad desde lo más básico, como la cirugía oral que compartimos con los odontólogos, hasta la cirugía más compleja de malformaciones, cáncer, reconstrucción, base de cráneo... Todo esto en Occidente o países asiáticos como China se cubre bien. Por ejemplo hemos tenido un intercambio de conocimiento muy grande con nuestros hermanos de Latinoamérica, en el cual la tradición es más de base odontológica y ellos han incorporando formación más avanzada y la cobertura de áreas como el cáncer ahí es menor. Ahí es donde tenemos que seguir trabajando porque hay muchos focos en los cuales se va desarrollando para incluir esta parte de la patología. Ahí hacen más bien Traumatología, deformidades, y son muy buenos en eso. Se trataría de ir armonizando la atención oncológica y reconstructiva. Aquí en el Ramón y Cajal tenemos, por ejemplo, visitantes constantemente de todas partes del mundo y creo que la forma correcta es esa.
En África tienen muchísimos tumores maxilofaciales, o en la India el cáncer más frecuente no es el cáncer digestivo, el de pulmón, el de mama... Es el cáncer de boca por los hábitos que tienen de masticar nuez de betel, que es cancerígena, y tienes el cáncer más frecuente. A base de colaborar, yo por ejemplo en casi todos congresos de la India, estoy invitado de ponente, de hecho me hicieron Miembro de Honor para hablar de cáncer de boca y de reconstrucción allá en donde es el sitio que más tienen. Y en África hicimos programas, por ejemplo en Nigeria, hace pocos años, cuando estaba, como digo, en la sociedad mundial, país con una tasa amplia de gente joven como tumores maxilares tremendos, no tenían posibilidad reconstruirlos. Los sábados y domingos y íbamos a hacer cursos y luego a operar con ellos durante un programa. Por ejemplo, los cirujanos latinoamericanos son muy buenos en deformidades, pues los invitamos a nuestros cursos aquí... Y un amplio etcétera
Lleva concretamente una década siendo el responsable de este servicio del Ramón y Cajal, que es uno de los que tienen mayor desarrollo técnico e investigador. Además de todas estas visitas internacionales, ¿qué otros proyectos concretos avalan este prestigio?
Efectivamente, en mi historia personal la jefatura de Servicio del Ramón y Cajal es entrañable, porque yo fui residente aquí hace muchos años. Tuve la posición número 13 en el MIR, en aquella época que éramos 25.000 examinándonos, y elegí Maxilofacial. A la gente le chocaba mi decisión y que no hiciera especialidades médicas más populares. A mí me gustaba porque es una especialidad regional y puedes ser un poco cirujano oncológico, traumatólogo, tratar deformidades... Un poco de todo.
Después de ser residente aquí se abrió un Servicio en el Hospital Gregorio Marañon en el que colaboré para empezarlo de cero y se hizo uno los servicios más trascendentes de España con el trabajo de todos. Bueno, una vez que alcanzñó la madurez, por oposición obtuve la plaza en mi antiguo hospital, el Ramón y Cajal, con grandes especialistas de gran tradición. Y bueno, identificamos todos conjuntamente que había que revitalizar la tradición en el área científica, dar a conocer todo lo bueno que se hacía técnicamente, incorporar nuevas tecnologías de imagen más novedosa tridimensional, navegación... Era el área ideal para ello. Entonces rápidamente nos dimos cuenta de eso, lo incorporamos, entramos a la Universidad Alcalá, en la cual tengo el honor de ser profesor titular y responsable de toda el área de Cirugía. Y bueno, pues el Servicio floreció de nuevo. Comenzamos a realizar cada año un simposio internacional que era muy bien acogido, venía gente para un día de todas partes de Europa.
En cuanto a líneas de investigación, nos incorporamos al Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaia (IRYCIS) en el grupo de Regeneración Tisular y ahí comenzamos hacer proyectos de reconstrucción. Ahora entre las líneas en el desarrollo de investigación se plantea la cirugía en la cual estamos participando con proyectos como la posibilidad de que haya una área de simulación en el hospital, se está revitalizando la cirugía experimental y ahí participamos en la universidad, hemos enviado un proyecto de imagen intraoperatoria para verificación de resultados de Cirugía, que es totalmente innovador. No existe ninguno en el mundo, lo hemos remitido para su posible aprobación por el Instituto Carlos III (ISCIII). Tenemos proyectos también de márgenes de cirugía oncológica con navegación, vamos a incorporar navegadores con realidad aumentada para estudiar nuestros casos como hologramas... Al final se trata de conseguir mejores resultados con los pacientes, verificar lo que hacemos. Creo que en Medicina ahora se habla mucho de planificación personalizada y menos de comprobación de lo que se está haciendo entre operatoria y chequeo final. Y es lo que estamos líneas de investigación entre cabeza y cuello en cuanto a control entre operatorio de lo que hacemos ahora.
"Hemos enviado un proyecto de imagen intraoperatoria para verificar resultados de Cirugía totalmente innovador, no existe otro en el mundo".
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¿De qué técnicas innovadoras podrán hablar usted y sus compañeros en el quirófano mirando hacia el futuro, dentro de unos años? ¿En cuáles hay puestas ahora mismo mayores esperanzas?
Siendo coherente con lo anterior, las líneas de investigación que uno emprende son tratando de avanzar en los caminos que se supone que van a ser la Medicina del futuro. Cuando doy clases a estudiantes de Medicina les digo: "lo más importante enseñaros a aprender y a estudiar, que es algo que necesitaréis toda la vida, porque muchos de los conocimientos que vamos a dar ahora, dentro de unos años ya no van a valer". Por lo tanto, tenemos que ser conscientes de esto y preguntarnos qué estamos haciendo y qué queremos hacer mejor, y de ahí vendrán las mejoras. En general, en Medicina se tiende a la Medicina personalizada, a conocer el patrón de cada perfil, de cada paciente para darle lo mejor en cuanto a fármacos, tratamientos, diagnóstico... De hecho también entre nuestras líneas de investigación está la introducción de la Inteligencia Artificial para el manejo de los datos que tenemos, ya que la conjunción de datos clínicos con imagen nos puede dar mejores diagnósticos y a partir de ahí a tener un consejo quizá automático, sobre qué mejor tratar a un paciente cuando vayamos manejando nuestros datos de diagnóstico.
Tenemos también en marcha otro proyecto sobre imagenes clínicas de los pacientes que se puedan enviar por Internet, que el que el sistema analice si hay una lesión de riesgo, o sea, diagnóstico a distancia. No creo mucho ahora mismo la Medicina a distancia y la teleconsulta. Creo que todavía en el trato personalizado, hay que ver y palpar cabeza y cuello. Hasta que no tengamos en el futuro métodos de comunicación informática en los que se pueda también adquirir tacto, esto sería algo que se podría pensar. El futuro en la Cirugía sería la navegación con realidad mixta que te permita dirigirte y ejecutar tu planificación de una forma más segura.
"El futuro en la Cirugía sería la navegación con realidad mixta que te permita dirigirte y ejecutar tu planificación de una forma más segura".
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Otro campo es la reparación de tejidos: hoy por hoy, aunque los biomateriales tienen lugar nuestra especialidad, por ejemplo en implantología dental, para reparar huesos faciales, normalmente el mandíbula y maxilar, hace falta hueso microvascularizado. Bueno, quizás hace falta conseguir, aunque hemos conseguido reparaciones personalizadas, guías de corte de navegación, pero también trasladar por ejemplo un peroné desde una cresta ilíaca con cirugía planificada y hacer una mandíbula artificial. Hoy en día eso no funciona, pues por ahí puede ser otras vías materiales nuevos, por ejemplo, la cirugía orbitaria y el cráneo facial.
Comentaba el peso de las cirugías de tumores, que es una de las áreas en las que mejor se desenvuelve. ¿Qué es lo más complicado en este tipo de procedimientos?
Pues sí, efectivamente, yo me considero cirujano maxilofacial en general, cultivando áreas como deformidades. Pero sí, efectivamente, recibir tumores muy complejos nos ha hecho dedicarnos cada vez más a este campo y el campo de la reconstrucción, en el cual nuestro servicio, que aparte del Ramón y Cajal también incorpora el Puerta de Hierro, es de referencia mundial. En general todas las áreas de la especialidad de España tienen un nivel altísimo y de referencia, en concreto en nuestro campo. Me dedico mucho a la parte reconstructiva y el mayor reto ahora mismo es cuando identificas que estás en los límites de que un paciente es operable todavía o ya, por desgracia, no admite ningún tratamiento.
Otra de las grandes bazas de su campo es el desarrollo de la ingeniería celular y del cultivo de tejidos, ¿verdad?
Correcto. Sí. De hecho, tenemos proyectos para generar hueso, pendientes de encontrar financiación. Ciertamente esto está ahí, pero no se ha avanzado tanto como se podría esperar hace unos años, henerar una mandíbula con ingeniería tisular todavía no se ha conseguido. El problema es la vascularización de los proyectos. Nosotros tenemos el Laboratorio Nacional de Referencia de la Plasticidad Facial, pero siguen haciéndose artesanalmente las prótesis, por ejemplo para el auricular, que la reconstrucción, pues es compleja, que está muy especializado o la construcción nasal se puede hacer con tejidos halógenos, pero a veces no quedan bien y hay pacientes que no se pueden operar. Todas ellas de forma artesanal y es una de las joyas del Servicio, pero con impresión 3D hacer una nariz que tengamos cartílago y piel, pues hay intentos pero todavíano se ha conseguido realmente en clínica, eso está todavía en desarrollo. Hay que seguir trabajando, combinando la diseño, imagen 3D y la ingeniería tisular, biompresoras... Hay que seguir desarrollándolo.
¿Esto quiere decir entonces, que en un futuro el grueso de las intervenciones se realizarán con la tecnología como mano derecha?
Ya ocurre en el presente. En un futuro se tiene que seguir desarrollando, pero en el presente ya muchas intervenciones deben hacerse con el apoyo de la informática. Evidentemente, si no dispones de los medios tendrás que ir a lo tradicional, y hay cosas que se siguen haciendo de manera tradicional, la cirugía oral, por ejemplo. Pero en Traumatología Facial, por ejemplo, si tú puedes en una fractura de órbita, corregirla guiándote con una planificación virtual, con un implante personalizado y una comprobación con navegación, disponiendo de esos métodos, el no hacerlo no sería correcto. Es decir, hoy en día grandes áreas de la Cirugía Cráneo-Maxilofacial como es la reconstrucción de los maxilares, órbita, Traumatología Cráneo-facial... Van asistidas por ordenador. De hecho, uno de los éxitos del Servicio es que al hospital vienen estudiantes de Máster en Ingeniería Biomédica de la Politécnica y les encanta rotar por el Cirugía Maxilofacial. Hoy la tecnología y la Cirugía tienen que ir de la mano, pero no estamos hablando solamente de sofisticaciones o procedimientos sofisticados, sino simplemente en los dispositivos eléctricos, como las sierras. Todo esto ha evolucionado a través de cortes piezoeléctricos por vibración que dañan menos tejido blando.
La tecnología y la Cirugía van de la mano. De hecho, la Cirugía es la parte de la Medicina que se ejecuta por métodos instrumentales y el primitivo cirujano tenía como método experimental el bisturí y una pinza, que es lo que le diferencia del médico del área de Medicina Interna y sus especialidades. Pero ahora hay que ponerle con el bisturí y con un ordenador, y con un robot. Y con laboratorios y con ingenieros al lado. Ese es el cirujano del presente.
"El cirujano del presente debe tener un bisturí, un ordenador, un robot e ingenieros al lado".
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Ya como especialista en la materia, también recurren a usted aquellos casos complicados de cirugía reconstructiva por armas de fuego. ¿Esto sucede más a menudo de lo que pensamos?
Afortuadamente en España las heridas por armas de fuego no son tan frecuentes y puede ser por accidentes de caza, intentos autolíticos, y afortunadamente ha disminuido mucho. Yo me he tenido enfrentar a los atentados tan graves que ha habido como el 11 M o atentados terroristas en la época del terrorismo de ETA, que nos ha tocado explosiones, heridas por tiros, etc. Actualmente seguimos aplicando los conceptos generales de estética, reconstrucción... Pero hemos tenido también pacientes lamentablemente de áreas de mundo en guerra. Recientemente nos ha correspondido operar a un de la guerra de Ucrania que ha traído el gobierno, en el cual venía con una herida por bomba que le había destrozado la cara y le reconstruimos la mandíbula, la boca, los labios, con técnicas de ayuda reconstructiva Efectivamente las heridas con armas de fuego son un reto, sobre todo aquellas con pérdida de sustancia. También recibimos pacientes antes de la guerra de Libia y antiguamente de Angola. Tratamos de ayudar en la medida de lo posible.
Precisamente las guerras mundiales fueron el acicate para la integración y reconocimiento de esta especialidad en España. ¿Por qué a día de hoy todavía no goza de la misma visibilidad que el resto de ámbitos de la Medicina?
Pues es una buena pregunta, porque cubre un área que es muy frecuente de muchos pacientes. La patología es prevalente, desde algo tan corriente como las simples muelas del juicio, que a veces el odontólogo decide que debe ser quirúrgico por el cirujano maxilofacial, hasta la cirugía de los tumores que son los sextos en frecuencia de nuestro país. Yo creo que la especialidad es menos conocida quizá por falta de formación en algunos países en los que otras especialidades cubrían esa función sin tener la formación específica que tenemos nosotros. Pero también hay muchas universidades españolas que todavía mantienen muchas inercias con los programas y tratamos de actualizarlos, pero es muy difícil. Áreas que tenían mucha prominencia anteriormente, que ahora son partes de otra siguen teniendo cabida, en cambio otras áreas nuevas hay que implementarlas porque se explican mucho menos. No voy a hablar de la mía sino con otras. Pero bueno, yo creo que a nivel social la especialidad se conoce ya mucho más que hace 20 años, quizá esta es una de las labores que hemos hecho en las sociedades científicas y debemos seguir haciendo.
"Hay muchas universidades españolas que todavía mantienen inercias con sus programas formativos y habría que actualizarlos".
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Aun así, en la última convocatoria ha sido una de las diez primeras especialidades en agotarse...
Efectivamente, a pesar de los cambios de perfil de selección que se relacionan mucho también con los nuevos criterios o principios que tienen en su vida los los médicos más jóvenes, como la conciliación con una vida más humana que la que hemos tenido sus predecesores. Nosotros estamos, pues, en una de las más elegidas, claro. Nos consideramos satisfechos.
¿Qué aporta hacer la residencia en las paredes de este hospital, como hizo también usted mismo?
Hacer la residencia en Cirugía Oral y Maxilofacial, en el Hospital Ramón y Cajal - Puerta de Hierro, aporta primero un equipo humano de especialistas con tradición que cubre todas las áreas de la especialidad. Tenemos una pequeña desventaja que era que no había Maternidad, pero ahora, al incorporar el Puerta de Hierro en alianza sí que la hay. Ya estamos comenzando a hacer deformidades por fisurados de labio, es decir, cubrimos todo con equipo muy especializado y a la vez cuidados de aspectos generales que conjuntan los tres aspectos que considero que un cirujano debe tener hoy en día, que son asistencia, docencia e investigación.
Docencia al máximo nivel universitario y en el máximo nivel de posgrado: nuestros residentes suelen ser de los primeros números todos los años. Por otro lado, incorporamos las técnicas más novedosas. Tenemos la dotación tecnológica que envidian en muchos países europeos. Luego líneas de investigación con grupo de investigación que es muy difícil conseguir. Sinceramente creo que es un sitio muy atractivo. Es decir, si yo volviera a ser residente, elegiría este Servicio de nuevo. Y por otro lado, nuestra relación y nuestra interacción con los mejores cirujanos maxilofaciales y de otras especialidades afines a nivel mundial, facilita a nuestros residentes rotar si lo desean por los servicios punteros en todo mundo, son recibidos como 'los residentes de Julio Acero'.
A modo de cierre, con este extenso currículum, todos estos logros a sus espaldas, ¿tiene algún deseo aún por cumplir como médico?
Continuar en mi línea. Yo tengo el mismo entusiasmo, se lo digo a mis residentes, hay que seguir con entusiasmo y con nuevas ideas. Me gustaría en estos años venideros el seguir aportando en investigación algo que quede en la historia de la Medicina, al menos de nuestra especialidad, el conseguir que la presencia en la Universidad de nuestra especialidad se consolide y que sigan los pasos para armonización a nivel internacional. Si podemos conseguir logros que den más el bienestar y más supervivencia de nuestros pacientes, pues sería una satisfacción. También que te recuerden los residentes, que haya futuros especialistas que me vean como alguien que les aporta algo.
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