Jesús Vicioso Hoyo. Madrid
Muchas de las agresiones que padecen los médicos por parte de pacientes violentos se ejecutan, paradójicamente, con elementos del propio facultativo. Para evitar situaciones de este tipo, el presidente de la Asociación Nacional para la Seguridad Integral en Centros Sanitarios (Ansich), Pedro Gómez, afirma que hay lecciones “muy sencillas” para ordenar la consulta y evitar facilidades ante este tipo de situaciones.
Pedro Gómez, presidente de la Asociación Nacional para la Seguridad Integral en Centros Sanitarios (Ansich).
|
De entrada, la colocación de la mesa del médico es clave. Gómez recomienda específicamente que el espacio desde el que el profesional sanitario pasa consulta esté lo más cerca posible de la puerta de la dependencia. Y, por el contrario, que el mobiliario donde se siente el paciente, lo más lejos del acceso.
“Esto es de sentido común. Hay que pensar en que el agresor, si está más cerca que el médico de la puerta, va a bloquearla, con lo que queda a merced del paciente”, explica el director de seguridad. “Porque si uno ve que la cosa va a mal, sale por la puerta y se pone fin al conflicto”, añade.
Otro aspecto trascendental es la colocación del material del médico sobre su mesa a la hora de pasar consulta. El presidente de la asociación pide encarecidamente que los profesionales sean conscientes de que todos los elementos que ponga al alcance del posible agresor. Por ejemplo, la grapadora o las tijeras, a menudo sobre las mesas, han de estar guardadas en un cajón o, al menos, fuera de la vista del usuario.
Asimismo, Gómez señala otro artículo imprescindible que, en una agresión, es más que peligroso: el bolígrafo. “Cuando hay una agresión, el que la protagonice va a utilizar cualquier tipo de elemento arrojadizo que esté por la mesa y por el resto de la consulta. Por eso, hay que procurar que estén controlados, siempre fuera del alcance del paciente. Hasta un simple bolígrafo es muy peligroso, puesto que se puede utilizar de punzón”, agrega el experto.
De igual manera, invita a que los médicos guarden en su puesto, pero en un lugar de rápido acceso para ellos, bocinas de aire comprimido, las que habitualmente utilizan los hinchas en los espectáculos deportivos, para que, en caso de complicación, avise al resto de personas que hay en el centro sanitario, tras la puerta de la consulta.
Cursos específicos con ensayos prácticos
Para aprender de primera mano y con ensayos prácticos lecciones de este tipo, la Ansich realiza con el Colegio de Médicos de Madrid un curso de defensa personal para la prevención de agresiones. En principio se dirige a facultativas mujeres, aunque posteriormente se extenderá al resto de colegiados.
Según Gómez, se trata de una iniciativa impulsada por la vicepresidenta del ente, Ana Sánchez Atrio, que está acompañada de otras acciones, como la puesta de largo de un teléfono de atención al médico agredido. Éste funcionará las 24 horas del día y servirá para dar asistencia en vivo al facultativo mientras una persona del servicio se dirigirá hasta el lugar de los hechos, por si tiene que ayudar al médico o preservar alguna prueba.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.