Los investigadores Silvia Zaragoza y Julio Bobes.
Investigadores de la
Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con la
Universidad de Oviedo y el
Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), han diseñado una prueba que determina las
capacidades cognitivas de los pacientes con
esquizofrenia. La prueba consta de un grupo de test seleccionado por los investigadores que permite, en solo
veinte minutos o menos, según el caso, examinar en la
esquizofrenia la capacidad de memoria a corto plazo, de rapidez mental, así como las capacidades organizativas.
La investigación, que forma parte de la tesis doctoral de
Silvia Zaragoza, del Departamento de Psiquiatría de la UAB, es fruto de un estudio pionero de seis meses de duración en el que han participado 257 profesionales con un panel de 700 personas representativo de la población diagnosticada de esquizofrenia en España. Esta investigación, que se conoce bajo el nombre de
Epicog-SCH, ha validado una batería de
cuatro pruebas para realizar el test.
Una de las principales novedades de la batería de pruebas que han seleccionado los investigadores radica en que, además de ser breve, incluye
test conocidos que están a disposición de los médicos y psicólogos expertos en salud mental. Además, las pruebas ya existen traducidas a muchos idiomas por lo que pueden ser utilizadas en pacientes de diferentes procedencias. Otra ventaja de la batería es su
fácil administración, lo que facilita su utilización por parte del personal sanitario para evaluar a pacientes con esquizofrenia. El test permite al personal sanitario evaluar, estudiar y comentar síntomas de la enfermedad que normalmente no se tienen en cuenta y que facilitan tratar cada caso del mejor modo posible.
Mejora la adaptación del paciente a su vida
“En la esquizofrenia, es deseable que el paciente alcance la
máxima funcionalidad e independencia posibles, aunque no siempre acaba siendo así. Esta prueba permite mejorar la adaptación del paciente a su vida. Por ejemplo, si un paciente está mentalmente enlentecido, pero no tiene afectada la memoria a corto plazo, tendrá más posibilidades de tener una vida independiente que si la memoria está también afectada”, explica Zaragoza.
Según los investigadores, esta batería de pruebas constituye un paso muy importante para poner a disposición de pacientes un
examen específico, que puede realizarse a través de los centros de referencia (CSM) o de centros privados. Después de un examen inicial, los clínicos también pueden realizar un seguimiento de cómo evolucionan los pacientes a lo largo del tiempo o también confirmar si los cambios en la medicación empeoran la atención o la memoria, quejas que son frecuentes en las visitas de rutina.
El trabajo ha sido publicado en la revista
Schizophrenia Research-Cognition. En él han colaborado los investigadores
Julio Bobes y María Paz García-Portilla, catedráticos de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo y miembros del Cibersam.
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