María López, César Antolín, Elena González, Hilario Blasco y Francisco Ferre.
Si algo ha dejado patente la pandemia ha sido la necesidad de
prestar una mayor atención a la salud mental en todas los segmentos de edad de la sociedad. Y es los problemas psíquicos y psicólogicos derivados de la crisis sanitaria son concebidos por muchos como una
nueva pandemia tras el Covid-19.
Hacer frente a este escenario requiere un
mayor número de herramientas para atender los casos en niños y jóvenes, aumento de las plantillas de profesionales sanitarios, una
mirada a la innovación y una Estrategia nacional de salud mental consolidada que incluya aspectos clave como el análisis de datos para establecer
modelos predictivos. Estas son algunas de las claves que desgraban los expertos del debate impulsado por el
Grupo Ita y organizado por
Redacción Médica sobre los efectos de la pandemia en la salud mental de los españoles y la 'hoja de ruta' que se deberá trazar en un futuro.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental?
|
La Salud Mental, un área en la que es necesario mirar al presente pero también en clave futuro tras lo terriblemente vivido durante la pandemia del Covid-19. En este contexto, ¿cuáles son las consecuencias que ha provocado la pandemia en Salud Mental?
Hilario Blasco Fortecilla, psiquiatra de la infancia y la adolescencia en el Hospital Universitario Puerta del Hierro e ItaSalud Mental: El impacto de la pandemia tiene tres partes. La primera de ellas es cómo afecta a los pacientes, en especial a aquellos con patologías psiquiátricas, que son más vulnerables a la enfermedad del coronavirus. La relación entre el Covid y los trastornos de Salud Mental han sido bidireccionales. Los datos reflejan que un 20 por ciento de las personas que previamente a sufrir el Covid-19 no sufrían ningún tipo de patología psiquiátrica, de repente han sufrido por primera vez en su vida periodos depresivos o ansiedad. Mientras, en los que sí que padecían patologías previas, la gravedad de la misma se ha agravado.
Por otra parte, los profesionales sanitarios también han sufrido un impacto enorme, algo que constata diversos estudios que han permitido comprobar que el un 50 por ciento de los empleados en salud han sufrido el denominado ‘burnout’. También preocupa las elevadas tasas de depresión, ansiedad o insomnio, que rondan en torno al mismo porcentaje.
¿Qué secuelas puede provocar en Salud Mental haber vivido una pandemia de este calibre?
Francisco Ferre habla de la importancia del análisis de datos
|
Francisco Ferre Navarrete, jefe Servicio de Psiquiatría del Adulto y Codirector del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón: Hay un colectivo que ha sufrido mucho, especialmente a raíz del confinamiento y del temor a ser infectado, el de los adolescentes con trastornos en la conducta alimentaria. De hecho, las tentativas de suicidio han aumentado enormemente en España y en otros muchos países. También se han duplicado las tasas de consulta por este motivo así como los casos de autolesiones.
En el caso de los adultos, todos aquellos que han sufrido la pérdida de un ser querido de manera directa o indirecta, ha disparado los casos de trastornos adaptativos. A día de hoy, sin embargo, no podemos confirmar que haya aumentado la incidencia de problemas mentales graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
¿Cuáles han sido los principales efectos que ha provocado enfrentarse a la pandemia en la primera línea?
María López Ibor, catedrática en Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid y presidenta de la Fundación Juan José López Ibor: Lo que ha sucedido con el Covid es un problema de lo que se denomina como salud mental en caso de catástrofes. Afecta a personas previamente sanas pero que, debido a la gravedad de lo ocurrido, no estaban preparados para afrontarlo. Esto es lo que ha sucedido con los profesionales en primera línea, que carecían de formación. Los estudios sostienen que, al igual que en otras pandemias como la del MERS o el Ébola, se constata que entre los profesionales sanitarios aumenta en torno a un 30 por ciento los síntomas o trastornos en salud mental, como el estrés, la ansiedad o la depresión.
No obstante, muchos de los profesionales que necesitan ayuda no la solicitan por el estigma que ello supone y sobre los que hay que insistir que acudan al psicólogo o al psiquiatra. Nadie estaba preparado para algo así.
Una vez que se haya controlado al virus del Covid-29, ¿cómo se pueden abordar todos estos problemas derivados?
César Antolín Diego, psiquiatra director de la unidad de Psiquiatría general del Hospital de Día de Ita Moscatelar: A corto plazo conocemos lo que está sucediendo, que este aumento de problemas en salud mental, aunque a medio y largo aún hay que seguir estudiando cuál es el impacto del Covid-19. La pandemia ha ‘desregulado’ a muchos de los profesionales sanitarios. El trastorno adaptativo consiste en no saber manejar la situación y verse desbordado
El pronóstico incierto del Covid-19, el hecho de que el contagio pueda derivar en un ingreso hospitalario o la propia muerte; poder ser portador y contagiar a personas cercanas; los cambios en los estilos de vida y en la forma de trabajar; o el impacto socioeconómico causado por las restricciones suponen grandes inconvenientes. En especial a aquellas personas con patologías previas o a colectivos concretos como el de los adolescentes. Todas estas circunstancias desbordan a las personas.
Hilario Blasco Fontecilla: El impacto de la primera ola, sumado a la consecución de hasta otras cuatro olas pandémicas más, ha propiciado los problemas en Salud Mental. No graves, pero sí han planteado muchas dificultades de adaptación a la nueva realidad. La literatura científica señala que el Covid-19 es un virus muy neurotrófico. La pieza endeble de nuestra sociedad han sido los jóvenes y la gran necesidad que tienen de socializar. Algunos estudios apuntan ya a deterioros cognitivos secundarios. En el caso de las personas mayores de 65 años, la consecuencia es que la enfermedad los empuja hacia cuadros predemenciales.
María López desgrana los efectos psicólogicos del Covid-19 en sanitarios
|
María López Ibor: Informes del año 2020 ya vaticinaban que la segunda pandemia iba a ser de Salud Mental. Es un poco exagerado, pero prestar la atención a estos problemas nos va a ayudar a prevenir muchísimos trastornos que pudieran llegar a aparecer.
Francisco Ferre Navarrete: Ha cambiado la relación con el paciente. El miedo a contagiarse ha reducido las consultas en los hospitales, fomentando la teleconsulta. Quién nos iba a decir en 2019 que esto iba a ser así. Ahora, en torno al 60 por ciento de las consultas ya son telemáticas. La relación médico-paciente ha tenido que aceptar la modalidad de la teleconsulta. El Covid ha traído algo que parecía del futuro para hacerlo una realidad. Y a esta nueva realidad se le añadirán nuevos recursos digitales más allá de la consulta telemática.
Hilario Blasco Fontecilla: Este es un cambio que no tiene vuelta atrás. Vamos hacia un modelo de asistencia mixto. Es una oportunidad con un vínculo terapéutico bien construido y que están estables clínicamente a los que les viene muy bien estas novedades porque en la mayoría de los casos son consultas rápidas que no requieren desplazamiento. En términos de sostenibilidad también es una ventaja porque se evitan muchos desplazamientos innecesarios. Esto redunda favorablemente en la eficiencia del sistema sanitario habida cuenta de que los recursos disponibles son muy limitados.
Los ratios de psicólogos y psiquiatras en España están muy por debajo de la media en Europa. Hablamos de seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de la media europea. ¿Cuántos profesionales sanitarios habría que incorporar teniendo en cuenta el aumento de los casos de trastornos mentales que hay que abordar a raíz de la pandemia?
Hilario Blasco Fontecilla: Necesitamos el doble de profesionales. España está en la cola de Europa. Tan solo tres países tienen el peor ratio. A ello hay que sumarlo, como algo positivo, la reciente aprobación del real decreto de las especialidades de Psiquiatría en la adolescencia y la infancia. Esto es un hito porque algo por lo que se llevaba más de 20 años y que mediante el sistema de formación especializada se puede otorgar un número elevado de psiquiatras infanto-juveniles en formación para acercarnos a la media europea.
María López Ibor: Aunque dispongamos de herramientas telemáticas, en España sigue habiendo un importante déficit de psiquiatras y psicólogos, así como de otras especialidades relacionadas con la Salud Mental. La pandemia viene bien para que las autoridades sanitarias presten un poco de atención a esta cuestión y tomen medidas cuanto antes. Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ponen el acento sobre estos aspectos. Lo ideal es alcanzar una ratio de en torno a 20 profesionales por cada 100.000 habitantes.
César Antolín Diego: El número de especialistas en Psiquiatría en la convocatoria MIR de este año es de 288. En ocasiones el número de plazas de formación ofertadas es menor que la cantidad de personas que se jubilan. Si la demanda aumenta y los equipos siguen siendo similares, hay que optimizar los recursos. La pandemia ha puesto a la psiquiatría en primera línea, pues hace mucha falta fomentarla.
Un instante durante el debate de Redacción Médica
|
Francisco Ferre Navarrete: El Covid-19 ha tenido impacto en los recursos humanos y ha provocado un gran trasvase de personal de Enfermería hacia todo lo que era la atención a pacientes Covid. Eso ha generado un déficit de enfermeras muy importante. Otra cuestión independiente de la pandemia, es que ahora nos cuesta encontrar un psiquiatra. Me consta que hay provincias y lugares de España que hay plazas vacías porque no hay psiquiatras. Espero que la especialidad de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia permita que este grupo poblacional, que es muy vulnerable y tenemos unas grandes necesidades, se vea cubierto.
Hilario Blaco Fontecilla: Hay que enmarcarlo en que ahora mismo hay una lucha feroz por los profesionales, particularmente por los psiquiatras en Europa. Somos profesionales realmente escasos en toda Europa. En España estamos en torno a once psiquiatras por 100.000 habitantes y la mayoría de países de Europa están en torno a un ratio de 18, 20 o superan esta cifra. Esto se va a magnificar. El impacto del Covid-19 ha provocado que la gente se replantee cómo está trabajando. Esto es un drama porque el sistema de especialización y todos los españoles estamos invirtiendo mucho dinero en formar adecuadamente a estos profesionales que luego se van a ir a otros países. Es un gasto que realmente no nos lo podemos permitir.
¿Cómo se podría subsanar esa fuga de cerebros?
Francisco Ferre Navarrete: Llegamos tarde para subsanar la fuga de cerebros. Un especialista tarda cuatro años en formarse. Es un problema actual, a día de hoy no es fácil cubrir las necesidades de psiquiatras.
María López Ibor: Hay que planificar bien ahora, aunque lleguemos tarde y tratar de motivar e ilusionar a aquellos profesionales que se han formado con nosotros para que no se vayan. Muchas veces son profesionales que tienen contratos muy precarios y eso les desmotiva. Esperemos que después de la pandemia aquellos que tengan que tomar decisiones se lo planteen seriamente.
César Antolín Diego: Estamos hablando de Psiquiatría, pero lo hacemos extensivo a Psicología y a terapia ocupacional. Hay muchos profesionales de salud mental que pueden incrementar los equipos. Creo que es una cuestión presupuestaria y económica. Mayor inversión y entender la inversión, no como un gasto, sino como una inversión en salud.
Hilario Blasco sitúa la innovación como uno de los puntos clave de la estrategia nacional
|
Hilario Blasco Fontecilla: Creo que en el ámbito de la sanidad y de la salud debería haber un Pacto de Estado independientemente del grupo político que esté al mando. Es un tema tan relevante que hay que pensar a medio/largo plazo, para mínimo seis u ocho años. Hay que aumentar el número de profesionales y también hacer políticas de retorno del talento. Ofrecer unas condiciones económicas y de desarrollo profesional a personas que huyeron por las condiciones que se les ofrecieron en el pasado. También de captación de talento, intentar atraer talento.
¿Cómo se preparan las clínicas ante la oleada de casos relacionados con la pandemia?
César Antolín Diego: Diseñando protocolos específicos para acoger a la población. Teniendo una comunicación aún más cercana con otros dispositivos asistenciales y poniendo mucha ilusión y voluntad. Y, si podemos, más personal.
María López Ibor: Oleadas no van a llegar. Sí que creo que todos los temas relacionados con la salud mental y con la Psiquiatría no los podemos seguir tratando como lo hacíamos. Los recursos de telemedicina nos están ayudando mucho a planificar, gestionar y prestar esa atención. Es algo que se está potenciando en todas las clínicas y servicios de psiquiatría, también dar seguridad a los pacientes de que esta herramienta es útil, eficaz y segura para ellos y trabajar en que los profesionales se sientan cómodos en prestar el servicio de telemedicina.
Hilario Blasco Fontecilla: Hay cosas que realmente pueden dotar a nuestro sistema de mayor eficiencia como la implementación de programas de psicoterapia de grupo. En estos casos es más eficiente un abordaje grupal mediante uno o dos profesionales que traten a ocho o diez pacientes al mismo tiempo. Creamos hace años una iniciativa para que familias con hijos con TDAH pudieran compartir información. Es una cosa extremadamente bien valorada y que ha resistido muy bien durante la pandemia
¿Qué herramientas y qué escudo debe tener a nivel legislativo nuestro sistema para poder hacer frente a la salud mental?
María López Ibor: España lleva años trabajando en la estrategia de salud mental. Es una herramienta fundamental y necesaria. Se debe diseñar una estrategia que cumpla con todas las expectativas para los próximos quince o veinte años porque si no, no vamos a funcionar bien. Sin esa estrategia no habrá escudo de protección para la salud mental.
Francisco Ferre Navarrete: Mientras la estrategia sea una declaración de frases, yo creo que no sirve para nada. Debe haber capacidad del Ministerio de Sanidad para que se aplique una acción consensuada, presupuesto y buscar un lenguaje común. Hay iniciativas autonómicas que creo son maravillosas y son totalmente compatibles y portables. Creo que la estrategia está para dar cohesión al Sistema Nacional de Salud y que realmente favorezca una solución de los presupuestos acorde con las necesidades. Si no tenemos esa capacidad, no lo veo fácil.
Hilario Blasco Fontecilla: Me parece que el plan podría estar bien documentado pero poco reflexionado, esa es mi impresión. La línea estratégica décima que hace referencia a la innovación es extremadamente vaga. Es fundamental construir un plan que sea disruptivo. La documentación que se ha filtrado es muy continuista y no hay nada novedoso. En innovación hay muchísimas cosas que se pueden hacer. De lo que se trata, además de aumentar esos recursos en la medida de lo posible, es que aquellos recursos que ya tengamos los hagamos lo más eficientes posibles. Se habla en el plan en una atención centrada en el paciente, pero no se habla nunca de Psiquiatría o salud mental personalizada. Hay ya herramientas de farmacogenética para saber qué fármacos van a ser más eficientes en algunos pacientes y eso podría suponer un ahorro inmenso. Podríamos implementar medidas también como psicoterapias basadas en la evidencia. Hay que introducir la creatividad y buscar las maneras de que podamos acceder a nuestros pacientes. Se debe innovar y ser disruptivo, hay muchas cosas que se pueden hacer con no demasiado dinero.
César Antolín advierte del problema del relevo generacional en Psiquiatría
|
César Antolín Diego: Al final los grupos más desfavorecidos, que a lo mejor son los que más necesitan atención, son los más desatendidos en cuanto a cantidad y calidad. Se están haciendo cosas para optimizar el rendimiento de las unidades.
Hilario Blasco Fontecilla: Vivimos en la era de los datos y hay una masa indigente de datos que están ahí esperando para ser explotados con beneficio de toda la población. Nos pueden dar un acceso al conocimiento brutal, pero es que además se le puede sacar un rendimiento económico que luego revierta positivamente en el sistema a través de las fundaciones de investigación. Los registros epidemiológicos de los países nórdicos han permitido una serie de publicaciones que son fundamentales para demostrar científicamente como algunos trastornos aumentan la mortalidad y por qué es importante tratar determinados trastornos. Es importante que se llegue a un pacto de que los ciudadanos pudiéramos ceder nuestros datos sanitarios gratuitamente para que puedan ser explotados y se les saque un rendimiento asistencial o incluso económico que revierta en que se puede invertir en investigación.
Hilario Blasco Fontecilla: No tener una historia clínica e informatizada a nivel europeo es un desatino que tenemos en nuestro país. Solo en la Comunidad de Madrid tenemos diferentes sistemas informáticos, que se multiplican por las 17 comunidades autónomas. Un auditor externo que venga por ejemplo de EEUU pensaría que somos “súper ricos”, porque estamos desperdiciando el dinero. No es posible generar una historia clínica que no solo sea útil en España, sino que sea paneuropea, o por lo menos con los registros básicos para cuando viajes a otro país o en otra comunidad autónoma te puedan atender. Es el caso de un paciente bipolar o esquizofrénico, al que muchas veces no tienes acceso para ver su información, y eso implica una desprotección del ciudadano.
Una de las conclusiones que deja el debate sobre Salud Mental: "No tener una historia clínica e informatizada a nivel europeo es un desatino que tenemos en nuestro país".
|
¿Y esto se podría cambiar a corto plazo? ¿Es viable?
Francisco Ferre Navarrete: El Ministerio está para eso. Las iniciativas que estamos comentando de compartir un mismo lenguaje y unos mismos datos corresponden a la autoridad, incluso a la europea. Sí, creo que es una labor que hay que hacer.
Hilario Blasco Fontecilla: He tenido la suerte de colaborar asesorando en un H2020 sobre la transferencia de datos entre diferentes clínicas y hospitales europeos para asegurar la confidencialidad. Estamos invirtiendo mucho porque es un tema al que no nos vamos a poder negar. Muy probablemente nos veremos obligados a implementar estos sistemas. La movilidad es una necesidad cada vez mayor entre los europeos y va a ser una cosa que nos vendrá bien.
María López Ibor: Es cuestión de intención y de ponerse a trabajar. Las ideas y la evidencia está, falta la intención.
Otro punto que has mencionado antes es el de la estigmatización. ¿Cómo se puede evitar? Porque entiendo que parte de esas políticas y de esos planes tienen que ir derivados a la prevención.
César Antolín Diego: Decir que ahí tienen mucho que ver el mundo del periodismo, que es quién tiene que ayudarnos a que se destigmatice.
María López Ibor: Creo que el estigma en la Psiquiatría sigue estando. En 2001 fue el primer año que la Organización Mundial de la Salud le dedicó el año internacional a la Salud Mental y ahí decía: “sí a la atención de los pacientes y no a la exclusión”. También señalaba que el estigma es la principal barrera. Para empezar, el estigma está en los pacientes. Ellos mismos se estigmatizan porque piensan que tienen la enfermedad por una debilidad de carácter o algo que han hecho. Entre los profesionales también existe un cierto estigma. Y la sociedad también tiene que combatirlo. Se han hecho muchos programas que han fallado, porque si empiezas a hablar mucho de Salud Mental hay personas que comienzan a decir que no le interesa, y otros muchos que por el contrario pueden aumentar la demanda. Pero al final, todos los programas que van desde más abajo, desde las personas que lo padecen y sus familias, contribuyen a destigmatizar.
César Antolín Diego: Es importante también dar espacio a las asociaciones, pues son personas con experiencia propia en la enfermedad. Observo cómo muchas personas públicas están dando a conocer sus casos. Hablo por ejemplo de un presentador que ha contado su experiencia con un brote psicótico y lo ha expuesto, algo que tiene una gran potencia para desestigmatizar y naturalizar estos casos.
Hilario Blasco Fontecilla: A este hilo se suma el tema de los 'influencers' como comunicadores. En este sentido los profesionales sanitarios hemos cometido un error, porque hemos dejado que esos nichos sean ocupados por personas legas en la materia. Es verdad que la difusión exige mucho esfuerzo para “masticar la información”, para que sea aprehensible por el público en general. Pero es algo que tenemos que darle la vuelta. No podemos dejar en manos de gente que no es competente, al margen de otras implicaciones legales, esta información. La comunicación es un nicho que tenemos que ocupar los profesionales y debemos dejar parcelas de la asistencia y dedicarlas a la psicoeducar y formar a través de las distintas plataformas digitales y redes sociales. Si no lo llenamos nosotros ese lugar lo va a ocupar gente sin formación.
Los participantes han debatido sobre la estrategia nacional en Salud Mental que prepara el Gobierno.
|
Transformación digital e innovación
María López Ibor: Dentro de nada es el Día de la Salud Mental y este año el lema es "La salud mental, un derecho necesario. Mañana puedes ser tú". Las conclusiones van de la mano de que cada vez sabemos mejor detectarlas, prevenirlas y recuperar a los pacientes. Es cuestión de trabajar en ello.
Francisco Ferre Navarrete: Hay varios horizontes interesantes. Uno es el que se abre con la especialidad de la Psiquiatría en la infancia y en la adolescencia; y otro es la innovación. La Salud Mental en unos años se va a canalizar porque la transformación digital va a arraigar en ella, pero hay problemas que vamos a seguir teniendo, uno de ellos es el estigma. Yo soy más pesimista y considero que es muy difícil eliminarlo. No solo es cuestión de la prensa, también todos nosotros, los propios psiquiatras, tenemos que trabajarlo.
Otro tema es la cronicidad, que afecta a toda la Medicina no solo a la Psiquiatría y es donde nuestros pacientes son más vulnerables. Es un tema que me ha preocupado siempre y me sorprende tanto en la estrategia como en nuestro trabajo diario. No miramos a la línea de futuro que plantean las personas mayores. La Psicogeriatría es la gran olvidada y cada vez vamos a ver a más población con trastornos mentales a avanzadas edades. Marco el futuro en la cronicidad y las personas mayores, que son los grandes olvidados.
Hilario Blasco Fontecilla: Otro aspecto que no aparece en el Plan es la relación entre la Salud Mental con el resto de enfermedades médicas. Sabemos que los pacientes en Salud Mental tienen muchísimas más consecuencias médicas como la obesidad, tabaquismo u otras adicciones a las que hay que darles importancia. El margen de mejora es muy amplio.
Hemos comentado la escasez de recursos humanos y otro tipo de recursos que es fundamental aumentarlos. Aunque también me gustaría señalar otro dato a modo más humorístico, pues no son solo los recursos humanos. Argentina tiene una de las mayores tasas de psicólogos del mundo y, sin embargo, los argentinos no por ello son más felices. No solo se trata de aumentar los recursos sino, también, dentro de los recursos que tenemos y a través de la innovación, hacerlos lo más eficientes posibles.
César Antolín Diego: La estrategia ahonda mucho en lo social porque probablemente sea muy popular. Hay que hacer hincapié en lo ‘bio’ y en lo ‘psico’, sobre todo en lo primero, gracias a las capacidades que nos dan las nuevas técnicas.
Según los ponentes, otro aspecto que no aparece en el Plan es la relación entre la Salud Mental con el resto de enfermedades médicas.
|
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.