Los nacidos antes de tiempo padecen enfermedades crónicas con bastante frecuencia.
24 ene. 2017 9:20H
SE LEE EN 3 minutos
Los niños que nacieron de forma muy prematura se muestran mucho más propensos a padecer problemas de salud crónicos durante la adolescencia, en comparación con aquéllos menores que nacieron a término, según los resultados de un trabajo del Hospital Universitario de Umea (Suecia) que publica Pediatrics.
El estudio se centró en aquellos niños que habían nacido entre la semana 23ª y 25ª de gestación, llamados grandes prematuros, que nada más nacer tienen más riesgo de sufrir problemas para respirar o digerir los alimentos y que, más a largo plazo, también presentar, a veces, problemas de visión, audición, habilidades cognitivas o problemas de conducta.
“Los niños que nacen extremadamente prematuros entre las 23 y 25 semanas de gestación se enfrentan a un mayor riesgo de problemas de salud crónicos, como anomalías en el desarrollo neurológico (en su mayoría leve o moderado), asma y problemas de conducta”, ha reconocido Aijaz Farooqi, autor de la investigación.
En su estudio incluyó a 134 niños de entre 10 y 15 años que habían nacido de forma muy prematura y compararon su situación con la de otros 103 niños de la misma edad que habían nacido a término.
15 veces más probabilidades que los nacidos a término
En comparación con el grupo control, los adolescentes del grupo de prematuros tenían 15 veces más probabilidades de tener deficiencias físicas o mentales graves y cinco veces más probabilidades de precisar de atención médica o educativa adicionales.
En términos generales, el 64 por ciento de los prematuros del estudio tenían limitaciones funcionales, en comparación con el seis por ciento de los adolescentes nacidos a término, entre las que se incluían retrasos en el desarrollo mental o emocional, así como más problemas para jugar y sociabilizarse con otros niños.
Ayuda para tareas cotidianas
Además, el 60 por ciento de los adolescentes prematuros necesitaban ayuda para realizar actividades cotidianas como caminar, comer, vestirse o usar el baño, en comparación con sólo el 29 por ciento de los adolescentes nacidos a término.
Y alrededor del 64 por ciento de los adolescentes nacidos prematuros necesitaban someterse a un seguimiento médico de forma periódica, con cuidados especiales de enfermería, o necesitaban ayuda escolar adicional, frente al 25 por ciento del grupo control.
Aunque el estudio no ha indagado en qué factores problemáticos para los bebés prematuros siguen persistiendo en la adolescencia, Farooqi cree que los problemas en el desarrollo del cerebro o del sistema nervioso central pueden ser parte del problema.
No obstante, este experto admite que el estudio es pequeño y no fue diseñado para ver cómo el momento del nacimiento podía influir en la salud en la adolescencia.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.