Investigadores describen dos casos en los que el bebé interfirió en los resultados del electrocardiograma de la madre

El 'peligro' no conocido hasta ahora del 'piel con piel'


8 nov. 2019 0:00H
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Un estudio, en el que ha participado Nicolas Brogly, del Hospital Universitario La Zarzuela y el Hospital La Paz, de Madrid, ha desvelado un potencial peligro en el 'piel con piel' entre el recién nacido y su madre en el quirófano tras un nacimiento por cesárea

Así, los autores de la investigación han visto dos casos en los que un recién nacido entraba en contacto con los electrodos de la piel de la madre, colocados para mostrar sus signos vitales en el monitor tras la cesárea. 

Las tendencias recientes promueven el 'piel con piel' entre las madres y sus hijos para mejorar la experiencia del parto y el éxito de la lactancia, incluso cuando el parto es por cesárea dentro de un quirófano.

Amamantando un electrodo


El primer caso que encontraron es de una mujer de 37 años que había dado a luz a su primer bebé. Su historial no incluía ninguna dolencia cardiaca. Después de ocho horas de ingreso en la sala de Obstetricia del Hospital Universitario La Zarzuela, los médicos procedieron a realizarle una cesárea porque la cabeza del bebé era demasiado grande para atravesar la pelvis de su madre. 

A la mujer le pusieron anestesia epidural estándar y monitorizaron sus signos vitales. Poco después, nació el niño, sano y sin complicaciones de sangrado. 


"La alarma en el monitor podría llevar a un diagnóstico erróneo de arritmia supraventricular"


Después del examen inicial del bebé, lo pusieron en el pecho de la madre para proceder al 'piel con piel'. "Poco después, la alarma de frecuencia cardiaca se activó en el monitor debido a un aparente aumento de esta frecuencia en la madre", explica Brogly. "Sin embargo, la madre permanecía consciente y sin quejas", añade. 

Además, los signos vitales de la madre se mostraban normales, incluyendo su pulso radial, que no mostraba signos anormales o una frecuencia cardiaca alta. También su presión arterial permanecía normal. La posición de los electrodos del electrocardiograma fueron comprobados para investigar la potencial interferencia de la actividad eléctrica del corazón del bebé con la de su madre en el 'piel con piel'.

"El bebé estaba amamantando el electrodo derecho del electrocardiograma, que fue inmediatamente cambiado a otro lado de la piel de la madre", explica Brogly. "El ritmo anormal del electrocardiograma, que era una combinación del electrocardiograma de la madre y del bebe, entonces desapareció". 


Cable en la mano


El segundo caso fue atendido por Leonie Slegers y su equipo en el Hospital St Antonius, Woerden (Holanda). En este caso, era una madre de 36 años que había tenido a su segundo hijo. Estaba embarazada de 40 semanas y tampoco tenía ningún historial de dolencia cardiaca. Aunque el procedimiento estaba siendo normal, la cabeza del bebé no descendía. Así que los médicos procedieron a la cesárea. 

La mujer estaba estable a pesar de la operación, y el niño nació sano. Se lo colocaron a la madre en el pecho con mantas calientes. Poco después, el electrocardiograma cambió. Se veía una taquicardia. En la paciente, todavía con el bebé en el pecho, y mientras mostraba signos vitales normales, el electrocardiograma mostraba dos ritmos diferentes. 

"Una rápida inspección del bebé mostró que tenía el cable derecho del electrocardiograma en su mano. Con un movimiento cuidadoso se colocó el cable en el hombro derecho de la madre, y el electrocardiograma se puso normal", añadió. 

"Ambos casos mostraron que mientras que el bebé amamantaba o tocaba el electrodo del electrocardiograma, la actividad eléctrica del corazón del bebé podía unirse a la de la madre. Esta nueva fuente de interferencia eléctrica representa un riesgo tanto para la madre como para el bebé. La alarma en el monitor podría llevar a un diagnóstico erróneo de arritmia supraventricular, lo que podría haber llevado a la administración de fármacos antiarrítmicos, o incluso peor, haber utilizado el desfibrilador en la madre para estabilizar su ritmo cardiaco", añade Brogly. 

Y concluyen los autores: "Mientras planeamos el 'piel con piel' en el quirófano, recomendamos que los electrodos del electrocardiograma no estén en contacto con el bebé para permitir la monotorización cardiaca de la madre mientras se evita la interferencia con la piel del recién nacido". 
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