Miñones pincha como candidato perdiendo un diputado en A Coruña

La noche electoral del 23 de julio ha dejado claro que José Miñones no es un activo para el PSOE, ni como ministro ni como candidato; quizá todo lo contrario. El actual ministro de Sanidad, cabeza de lista de los socialistas por la provincia de A Coruña, se ha dejado un diputado respecto a las elecciones del 10 de noviembre de 2019; es decir, que de los 3 conseguidos entonces por Pilar Cancela, la provincia se ha quedado en dos mientras el PP ha ganado uno más, quedando con 4. Así, el PSOE se enfrenta a una configuración de un Ejecutivo de izquierdas donde la labor de Miñones ha complicado a Pedro Sánchez los apoyos para repetir un Gobierno de coalición.

Los resultados de Miñones son malos, a pesar de que el ministro de Sanidad ha dedicado gran parte de su tiempo al frente de la cartera gubernamental sanitaria para viajar a su tierra a hacer campaña por los socialistas. De hecho, de todos los viajes oficiales que ha hecho desde que llegó al cargo, once han sido a Galicia respecto a cinco que fueron a otras regiones.

Un tiempo que ha invertido en hacer campaña en un territorio cómodo, a la vez que como ministro de Sanidad evitó acudir a Ceuta y Melilla, territorios cuya sanidad gestiona directamente el Ministerio de Sanidad y cuyos sindicatos médicos han denunciado a Miñones ante el Supremo. Una denuncia que justifican por la inacción a su juicio por parte de un ministro que tomó posesión a finales de marzo y que, por tanto, ha vivido en el cargo prácticamente toda la huelga de estos facultativos asfixiados por la carencia de medios y profesionales.

Un sanitario que decepciona a los médicos

“Al final, el ministro de Sanidad es para Ceuta y Melilla lo que es un consejero de Sanidad para cualquier comunidad autónoma. Nuestro consejero no tiene esas competencias asistenciales porque no están transferidas”, explicaba en declaraciones a este medio José Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta. El mismo que explicaba que la decepción había sido todavía mayor al tratarse de un profesional sanitario (es farmacéutico), del que esperaban mayor sensibilidad con las cuestiones sanitarias.

Ahora, con el resultado electoral, la decepción se amplía a su rol como ‘activo’ político de un PSOE que querrá gobernar a pesar de los resultados de un Miñones que, eso sí, se asegura una silla en el Congreso de los Diputados.