Carlos A. Jiménez, presidente de Separ.
22 jul. 2019 10:35H
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Las nuevas formas de fumar “no son eficaces para ayudar a los fumadores abandonar este hábito nocivo ni tampoco son seguras, ya que pueden favorecer la aparición de enfermedades respiratorias crónicas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), o el empeoramiento de las mismas en los pacientes que ya han sido diagnosticados de éstas”.
Lo ha advertido en la ponencia ‘Nuevas formas de tabaquismo, como factor de riesgo para desarrollar EPOC’, Juan Antonio Riesco, neumólogo del Hospital Universitario de Cáceres y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), durante el 52º Congreso Separ 2019, celebrado en Santiago de Compostela.
“Actualmente, se sabe que el principal factor de riesgo para desarrollar EPOC es el consumo de tabaco. Esto sucede porque existen sustancias originadas durante los procesos de combustión y pirólisis que se producen al encender y consumir el cigarrillo, principalmente los radicales libres y otras sustancias químicas que conducen al desarrollo de fenómenos de estrés oxidativo”y éstos, a su vez, dan lugar a la liberación de sustancias que favorecen el desarrollo de los mecanismos de inflamación y otros implicados en la etiopatogenia de la EPOC”, ha indicado.
En los últimos años han aparecido nuevas formas de fumar: desde los cigarrillos electrónicos, a los sistemas electrónicos de liberación de nicotina (ENDS, por sus siglas en inglés), los dispositivos IQOS (I Quit Ordinary Smoking, lo que significa ‘Dejo de fumar tabaco convencional’), los JUUL (un nuevo dispositivo de vapeo), o las pipas de agua electrónicas.
“Sabemos que se está produciendo un importante cambio en las formas de fumar y, en los últimos años, se han incorporado los cigarrillos electrónicos (de diferentes generaciones), los ENDS, los IQOS (tabaco de baja combustión), el JULL (nuevo dispositivo de “vaping”), la marihuana (que origina un número importante de fumadores duales con tabaco convencional añadido) y las pipas de agua”, ha detallado Riesco.
Perfil de seguridad
“Existe cierta confusión social acerca del perfil de seguridad de estas nuevas formas de tabaquismo, ya que se intentan introducir como formas de fumar de bajo riesgo o incorporando los conceptos de reducción de daños”, añade Riesco. Principales hallazgos de los estudios Los estudios de investigación alertan sobre la producción de las mismas sustancias presentes en el tabaco convencional, particularmente en los estudios in vivo e in vitro y en modelos celulares experimentales, donde se observan que estas formas de fumar no son inocuas para la salud e incorporan sustancias químicas que producirán los mismos cambios observados en la EPOC.
“Se detectan sustancias oxidantes y componentes químicos como la acroleína y el acenafteno, especialmente tóxicos para el pulmón. Además, en algunos estudios aparecen incluso en mayor cantidad que los detectados en el tabaco convencional”.
Recientemente, se han publicado estudios observacionales en humanos que, utilizando modelos multivariables, sitúan a estas nuevas formas de fumar con un OR (riesgo relativo) para desarrollar EPOC similar al del tabaco convencional. Los estudios en jóvenes han demostrado que el consumo de cigarrillos electrónicos se asocia a una mayor producción de síntomas bronquiales (bronquitis crónica) con hiperreactividad bronquial.
Los estudios en EPOC (en concreto, de dos cohortes mundialmente conocidas de pacientes con EPOC: la cohorte SPIROMICS y la COPD-Gene) han revelado que los pacientes con EPOC con ecigars no sólo no dejan de fumar, sino que, además, empeoran la severidad de su enfermedad con mayor pérdida de función pulmonar, aumento del riesgo de exacerbaciones y mayor frecuencia e intensidad de la sintomatología. Estos datos también se han observado en pacientes cardiovasculares (estudio E-Heart).
"No son eficaces"
“En definitiva, con los datos de los estudios de investigación no sesgada e independiente podemos afirmar que las nuevas formas de fumar no son eficaces para ayudar a los fumadores a dejar de fumar ni tampoco son seguras, ya que pueden favorecer el desarrollo de asma o su empeoramiento en pacientes ya diagnosticados”, ha destacado Riesco.
“Además, no podemos olvidar que no influyen positivamente en la prevención y en la desnormalización de la conducta de fumar, favoreciendo que algunos no fumadores se inicien en el consumo de estos productos y también debemos estar atentos a la aparición de un nuevo perfil de fumador llamado dual (consumo de tabaco clásico más alguna de las nuevas formas comentadas)”, advierte Riesco.
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