Fuente: Shanti Souriant Y Renaud Poincloux, IPBS, CNRS / U.
Más de 1,2 millones de personas en el mundo están coinfectadas por '
Mycobacterium tuberculosis', la bacteria que causa la
tuberculosis y el
sida (VIH-1). Esta combinación es
mortal:
dificulta el diagnóstico y el
tratamiento del paciente y aumenta la patogenicidad de estos dos agentes infecciosos. Un equipo internacional liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigación Científica (
CNRS, por sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (
Inserm, por sus siglas en inglés) de Francia reveló que, en presencia de tuberculosis, el VIH-1
se mueve de una célula a otra a través de
nanotubos que se forman entre los
macrófagos, lo que aumenta drásticamente el porcentaje de células infectadas.
Investigadores del Instituto de Farmacología y Biología Estructural (CNRS/Université Toulouse III-Paul Sabatier) y el laboratorio internacional IM-TB/VIH, un consorcio entre el CNRS y el Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (Conicet) (Argentina), junto con el Centro de Fisiopatología de Purpan de Toulouse (CNRS/ NSERM/Université Toulouse III-Paul Sabatier), han demostrado que los
macrófagos, que
actúan como
células huésped de la tuberculosis y el
VIH-1, se unen para
formar nanotubos cuando se exponen a
Interlucina-10, una molécula secretada en presencia de tuberculosis.
La
abundancia de estos
macrófagos M (IL-10) específicos en los
pulmones se correlaciona con la
gravedad de la enfermedad. Las
partículas del VIH-1 viajan a través de estos
nanotubos en
forma de túnel para
infectar las células vecinas y multiplicarse. Usando diferentes enfoques para inhibir su formación, los científicos lograron reducir la transferencia viral entre macrófagos, lo que llevó a una caída en la producción de VIH-1, según detallan los autores en un
artículo publicado en 'Cell Reports'.
En un caso de
TB grave, el desarrollo de nanotubos entre macrófagos se acelera, lo que aumenta la
propagación del virus del sida y la
producción viral como
resultado. Debido a que se puede medir la presencia de este tipo específico de macrófagos, podrían facilitarse el
diagnóstico y el
tratamiento de los pacientes que padecen ambas enfermedades. Esta investigación abre el camino a
nuevos enfoques terapéuticos dirigidos a
limitar los incrementos de carga viral en pacientes con tuberculosis.
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