Los estudios no confirman ventajas evidentes entre la doble o triple inoculación contra dicha patología

La Comisión de Salud Pública señala que la vacunación de una tercera dosis contra el sarampión no es obligatoria en sanitarios
Fachada del Ministerio de Sanidad.


7 dic. 2024 15:00H
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Los sanitarios no tendrán que inocularse por tercera vez contra el sarampión. Además, no se recomienda el empleo de la vacuna triple vírica -que también protege contra la rubéola y la parotiditis- independientemente del tiempo pasado desde la administración de la segunda dosis.  Así, lo ha determinado la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial tras conocerse los resultados del 2º Estudio de Seroprevalencia de España, en el que se arroja luz sobre la situación real de la inmunidad humoral de la población frente a determinadas patologías.

Varios estudios científicos han corroborado que las personas vacunadas con dos dosis tienen síntomas mucho más leves en caso de contraer el sarampión. Asimismo, la respuesta de memoria tras la reexposición acorta el periodo infeccioso, por lo que dificulta la posibilidad de transmitir la patología. Y es que la carga viral es mucho más baja que en individuos no inoculados.

Esta información se une a los escasos beneficios derivados de la administración de la tercera dosis. Si bien esta es capaz de mejorar la respuesta a la enfermedad en los años siguientes -a expensas de la inmunidad humoral y en personas que tenían títulos previos bajos-, no existen datos sobre la persistencia de anticuerpos a largo plazo en comparación con aquellos que habían sido vacunados en dos ocasiones.


"No existen datos sobre la persistencia de anticuerpos a largo plazo por la recepción de tres dosis en comparación a los que reciben dos"



De esta forma, no se considera oportuno administrar una tercera dosis de la vacuna triple vírica entre el personal sanitario. Una decisión apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés), organismos que no cuentan con ninguna recomendación respecto a este cambio en el calendario de inoculaciones.


Fomentar la prevención y la correcta vacunación


Eso sí, no significa que haya que descuidar la vigilancia de este mal en el ámbito sanitario. Y es que en este entorno es más fácil contraer la enfermedad por el mayor riesgo de exposición y en el que es más fácil transmitírsela a pacientes vulnerables. Es más, el Centro Nacional de Epidemiología ha encontrado un 10 por ciento de casos de sarampión en profesionales de la salud, por lo que se deben extremar las preocupaciones. Escenario que se extrapola a países como Italia, Portugal o Países Bajos, donde se han notificado brotes de sarampión en las plantillas hospitalarias.

Motivo por el que se recomienda extremar las medidas de precaución para evitar la circulación de la patología entre el personal. Por ello, se intensificará la vigilancia epidemiológica si aumenta el número de contagios, además de considerar a todos los contactos como susceptibles.


"En caso de brote de sarampión se recomienda extremar las medidas de precaución en centros sanitarios"



Asimismo, el estudio demuestra que buena parte de los brotes pueden tener su origen en personas sin vacunar. De esta forma, la mejor manera de detener el avance de la enfermedad es a través del control de las pautas de vacunación, por lo que se debe revisar que los profesionales contratados cuentan con sendas dosis administradas.

Así, se demandará contar con la pauta completa documentado en caso de no haber contraído la enfermedad. Si la administración del tratamiento no consta en las fichas se pedirá hacer serología, con la misión de conocer el nivel de anticuerpos.


Recomendaciones para la población general


La Comisión de Salud Pública insiste en la necesidad de que toda la población cuente con las dos dosis para hacer frente al sarampión, siempre que no hayan padecido la patología. Eso sí, no valora introducir tampoco la tercera dosis, por lo que no se modificaría el programa de vacunación en el calendario común.

A su vez, tampoco considera imprescindible la realización de serología frente a sarampión de manera sistemática en la población general.
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