Margaret McCartney, médica y escritora británica, apunta que ser amable es más fácil con más recursos.
El
Consejo Médico General de Reino Unido incluyó la
"amabilidad" dentro de su guía de
Buena Práctica Médica 2024. "Tratar a los pacientes con amabilidad, compasión y respeto puede influir profundamente en su experiencia asistencial", recoge el escrito. Ante estas palabras,
Margaret McCartney, médica y escritora británica, ha mostrado su rechazo: "La amabilidad es una palabra que se ha convertido en un
arma". La especialista señala que "es mucho más fácil ser amable" cuando el
sistema sanitario tiene buenos recursos humanos y materiales a su alcance.
"Yo solía pensar que la amabilidad era el aspecto en el que debería centrarse el
Sistema Nacional de Salud, dada la despreocupación y el desdén rutinarios que se transmiten de arriba abajo al personal de primera línea",
escribe McCarthey en el British Medical Journal. La facultativa expone que esto hace que el "
personal sanitario, sometido a presión, se sienta reprendido por no mostrar siempre suficiente amabilidad, mientras no se le dan los
recursos para demostrarla". "Es mucho más fácil ser amable cuando no se está presionado por el tiempo, cuando el ordenador no va lento y no hay que reiniciarlo dos veces al día, o cuando no hay que decir a la gente que la lista de espera para operarse es de un año. La amabilidad es subjetiva. Demostrar que existe o no es un juego de tontos", sentencia la escritora.
Aprender a dar malas noticias
Para McCarthy, este
término es
"especialmente tóxico" cuando se filtra a través de la redes sociales y se dirige a mujeres. "El trabajo de un médico no consiste necesariamente en ser amable, simpático, popular o agradable", apunta. Según la facultativa, a veces es necesario estar en desacuerdo, desafiar, objetar e incluso rechazar. En su artículo de opinión, la escritora insta a aprender sobre
técnicas de comunicación para saber cómo dar
malas noticias, y expone el ejemplo de no recetar
opiáceos o benzodiacepinas inadecuados.
"La verdadera "bondad" no solo tiene en cuenta el presente, sino también el próximo año o diez años, y las repercusiones de las decisiones que se tomen ahora. La "amabilidad" miope piensa en los resultados de
satisfacción del paciente al final de la consulta de hoy. Pero, ¿qué pasa con la protección de la infancia, la denuncia de un colega, la aplicación de la
Ley de Salud Mental o incluso la
gestión de los recursos del SNS?", se pregunta McCarthy.
La especialista finaliza su reflexión explicando que antes pensaba que ser amable era una recomendación adecuada. Ahora, la considera
"peligrosa". "Acabará utilizándose como
amenaza contra los médicos que hagan cosas necesarias que puedan parecer, o sean, duras", señala. "No estoy recomendando una práctica "poco amable", aunque reconozco que este es el entorno en el que es normal que trabajemos muchos de nosotros, porque a menudo
carecemos de los recursos necesarios para hacer nuestro trabajo", añade McCarthy. Según ella, el Consejo no debería hacer este tipo de recomendaciones". "Deberíamos hacer del cuidado de nuestro paciente nuestra primera preocupación. Si creemos que para ello debemos actuar de forma que pueda percibirse como "poco amable", que así sea.
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