Un centenar de internistas se actualizan en nuevos antirretrovirales e ITS

Más de un centenar de médicos internistas del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) se han congregado en la XIII Jornada de Enfermedades Infecciosas de la SEMI para actualizar conocimientos y abordar novedades en este campo en Madrid, en donde han departido particularmente sobre “nuevos fármacos antirretrovirales de administración intramuscular; sobre infecciones de transmisión sexual (ITS); sobre infecciones nosocomiales; sobre el uso adecuado de antibióticos y nuevos antibióticos para gramnegativos y grampositivos y resistencias bacterianas, o sobre el uso de corticoides en la patología infecciosa, entre otros”.

Dicha reunión ha sido inaugurada por Juana Carretero Gómez, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI); por Julián Eloy Solís García del Pozo, presidente de la Sociedad de Medicina Interna de Madrid-Castilla La Mancha (Somimaca), y por Antonio Ramos Martínez, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas (GTEI) de la SEMI. Con esta jornada, en palabras de Ramos, se pretende “mejorar la atención a nuestros pacientes mediante la optimización de los conocimientos en patología infecciosa de los médicos internistas y residentes de medicina interna de España”
.

El papel "clave" de Interna en la patología infecciosa

En dicha reunión se ha puesto de relieve el papel destacado del médico internista, un especialista polivalente y con visión integral del paciente, en el campo de las enfermedades infecciosas. Precisamente, un reciente estudio publicado a finales de marzo en Revista Clínica Española (RCE) pone de manifiesto que el 57 por ciento de las altas por patología infecciosa en hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS) corren a cargo de Servicios de Medicina Interna y que las personas dadas de alta con diagnóstico relacionado con algún tipo de infección se ha incrementado un 9 por ciento (ha oscilado del 10 al 19 por ciento) en los cuatro años analizados en el estudio. Medicina Interna atiende a más de la mitad de estos pacientes con este tipo de diagnóstico. 

Por detrás, le siguen Neumología con el nueve por ciento y Cirugía General (5 por ciento). Geriatría también da atención a este tipo de pacientes, concretamente al tres por ciento. A este respecto, Antonio Ramos, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas (GTEI) de la Sociedad Española de Medicina Interna SEMI, reitera que “la mayoría de las infecciones graves adquiridas en la comunidad ingresan en Servicios de Medicina Interna, y entre ellas se deben destacar las infecciones respiratorias, las urinarias, las infecciones de piel y partes blandas y las agudizaciones de patología crónica por alguna infección”.

En relación a las infecciones de transmisión sexual (ITS), Ramos ha indicado que “siempre suponen un reto para el médico clínico especialmente por la aparición y diseminación de nuevas enfermedades como la viruela del
mono y el cambio de perfil de estas infecciones en el contexto del uso de profilaxis preexposición frente al VIH (PREP)”.

Resistencias bacterianas y antibióticos

Durante el transcurso de la reunión, también se incidió en que “la relación entre las resistencias bacterianas y el uso de antibióticos es compleja y con cambios constantes”. En este sentido, cabe destacar, según afirma Ramos, “el aumento de infecciones nosocomiales por enterobacterias y no fermentadores resistentes a carbapenemas”. Se puso de relieve la importancia de concienciar sobre “el buen uso de los antimicrobianos en general, y de los antibióticos en particular, para preservar, en la medida de lo posible, su utilidad en la práctica clínica”.

También se destacó que se han ido incorporando “al arsenal terapéutico algunos antibióticos para cocos grampositivos resistentes como la ceftarolina, oritavancina o ceftobiprol y para gramnegativos como el
meropenen/varbobactam, ceftazidima/avibactam, cefiderocol y ceftolozano/tazobactam”.

Patologías infecciosas emergentes

El cambio climático va a suponer que “se sobrepasen los límites geográficos de determinadas enfermedades como el dengue o la malaria en relación a sus localizaciones tradicionales”. Ello supondrá un “reto también para los
internistas”, según se expuso, al tiempo que se recalcó que otro factor a considerar será la reducción “del hábitat de determinadas especiales animales y su mayor contacto, por tanto, con el ser humano, una realidad relevante en esta
problemática”.

En relación a las infecciones transmitidas por garrapatas como la fiebre hemorrágica por el virus Crimea-Congo también suponen un reto diagnóstico importante así como las infecciones fúngicas, que aunque infrecuentes en las salas de Medicina interna, “tienen gran mortalidad y requieren un esfuerzo diagnóstico y terapéutico importante”.

Por otro lado, durante el transcurso de la reunión también se puso de manifiesto la importancia de “reducir al mínimo posible la incidencia de las infecciones nosocomiales limitando, en función de las posibilidades, el uso de dispositivos invasivos como los accesos venosos o las sondas vesicales para que este tipo de infecciones ocurran con menos frecuencia”. Se recalcó que resulta “especialmente llamativa la relación entre infección de vías venosas y el desarrollo de endocarditis nosocomial, que se asocia con un mal pronóstico”.

También, durante la reunión, se recalcó la “importancia de la actualización permanente en la detección y tratamiento de la infección por SARS-CoV-2 en pacientes inmunodeprimidos, mayores y portadores de enfermedades crónicas” y que “es especialmente relevante conocer el papel de los antivirales (actuales y futuros) y de los anticuerpos monoclonales y su efecto de acción directa sobre los macrófagos. Debemos acostumbrarnos a convivir con este virus en los próximos años, aunque, afortunadamente, afectando a un reducido número de pacientes”.