Ángel López en su consulta. Fotografía de Paco Puentes.
La
comunicación médico-paciente es el punto de partida hacia una
relación óptima entre ambas partes que marcará en buena medida el
transcurso del tratamiento y el sentir del enfermo a lo largo del mismo. Son muchos los facultativos que tienen en cuenta esta premisa en sus consultas, y algunos se centran en aspectos tan concretos como una
distribución del mobiliario que resulte más cercana y acogedora.
Un ejemplo es el de
Ángel López, médico rural que ha trasladado este razonamiento a su consultorio. Su caso es particular, ya que asegura haber llegado a "un término medio" con sus supervisores en la
colocación de las sillas: "Les convencí así, la mitad para ellos y la mitad para mí".
En las imágenes de su puesto de trabajo se aprecia una división en
dos zonas diferenciadas: una de ellas mantiene la colocación habitual, con la mesa entre su silla y las de los pacientes. La otra, sin embargo, es un espacio más abierto en el que ambas partes pueden hablar de forma más cercana, sin barreras intermedias.
Efectivamente, hizo falta convencer, ya que el
Servicio de Salud Laboral así como los profesionales de
Ingeniería Hospitalaria pusieron una serie de restricciones al escuchar la propuesta. La primera de ellas hace referencia a la
protección de datos sanitarios de los pacientes, dado que "la pantalla del ordenador donde está la
historia clínica es visible desde la silla", explica.
Además, era el primer profesional de su área que planteaba este cambio, algo que también influyó en la toma de decisiones. No obstante, una vez que pudo conversar con sus superiores, asegura que "no hubo ningún impedimento", y que sólo fue necesario argumentar las razones que respaldaban esta decisión.
Decisiones de los pacientes en consulta
El especialista asegura que decidió reubicar el mobiliario de "una forma intermedia" entre la tónica habitual y "los que la pegan a la pared para evitar barreras entre el médico y el paciente", y que fue complicado dar con una 'tecla correcta' que cumpliera este requisito: "Probé de las dos formas durante meses, y
según las opiniones mayoritarias de mis pacientes, concluí que ellos la preferían así", recuerda.
Como ventaja de este modelo, identifica la posibilidad que tienen los propios enfermos de
elegir por sí mismos al entrar: "Unos se sientan al otro lado y otros a mi lado", explica. También ha observado que este cambio es especialmente beneficioso para perfiles concretos, ya que
facilita el acceso a personas con sillas de ruedas o andadores así como a los carritos de bebés.
Por norma general, López ha observado que la acogida ha sido positiva, ya que la mayoría de los pacientes se sienta junto a él desde que diponen de esta opción. También ha percibido beneficios profesionales a nivel individual: "Mi
longitudinalidad es muy grande y la comunicación ha evolucionado a mejor", recalca.
Propuestas para mejorar la comunicación en Primaria
No obstante, este
médico de Familia tiene en mente otras modificaciones que, en su opinión, ayudarían a una mayor
humanización de la consulta. Desde mover el ordenador para alejarlo de la línea de visión de los pacientes, pasando por una
identificación correcta del profesional en la puerta que incluya hasta sus perfiles en redes sociales.
También apuesta por colocar algunos
elementos decorativos, como "una foto del médico sonriendo en la puerta o en la misma consulta, para los días que estés tan estresado que ni siquiera puedas sonreír", o customizar las ventanas y emular vistas a la naturaleza. Él mismo reconoce que, si pudiera, adornaría la consulta como si estuviera en el salón su propia casa.
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