Andrew Witty.
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Redacción. Madrid
Finalmente, GlaxoSmithKline tendrá que pagar una multa de 3.000 millones de yuanes (unos 380 millones de euros) por el escándalo de los sobornos en China, tras un juicio a puerta cerrada que ha durado un día.
Se trata de la primera sentencia de uno de los casos por los que las autoridades están investigando al laboratorio inglés, y el que destapó la red de presuntas corruptelas que se han descubierto de la compañía en los últimos meses. GSK tiene también frentes abiertos en Polonia, Jordania y Líbano, entre otros países.
El tribunal del país asiático ha condenado, además, a cinco empleados a penas de entre dos y cuatro años de cárcel, aunque todo parece indicar que no tendrán que ingresar en prisión.
La compañía ha emitido una declaración de disculpa. Andrew Witty, su consejero delegado, ha señalado en la misma que ha sido “un asunto profundamente decepcionante”. “GSK lleva en China cerca de cien años y permanecemos totalmente comprometidos con el país y su gente”, concluye el comunicado.
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