Vicente Arrarte, Gustavo Vitale y Manuel Anguita.
El
infarto de miocardio es un incidente cardiovascular con unos efectos temibles entre la población española. Unas 100.000 personas lo sufren cada año, y un tercio de ellas fallecen antes de llegar al hospital. De los que sobreviven, un 13 por ciento muere en los 28 días posteriores y en los dos años posteriores fenece otro 13 por ciento.
A pesar de que estos datos reflejan su gravedad, esta enfermedad no se encuentra entre las
principales preocupaciones de los españoles. La población tiene más miedo al
cáncer o a las enfermedades neurodegenerativas como el
alzhéimer o el
párkinson que al propio infarto, según explica
Manuel Anguita, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien lamenta que la sociedad “no esté sensibilizada ante el riesgo que supone la enfermedad cardiovascular”.
De hecho, un 30 por ciento de las personas que sufren un infarto asegura que el haberlo padecido no altera en absoluto sus hábitos de vida, indica Anguita, basándose en los datos de la
encuesta Salud cardiovascular y estilo de vida de la población española, realizada por Ipsos a través de 1009 entrevistas telefónicas e impulsada por
Astrazeneca. El cardiólogo incide en que “tenemos que poner en marcha más medidas de información a los pacientes”, que también incidan en mejorar la adherencia a largo plazo a la medicación, que la mitad de los enfermos suele abandonar al pasar un año.
Vicente Arrarte, presidente electo de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la SEC; Gustavo Vitale, medical lead del área caradiovascular y coordinador interino del Departamento Médico de Astrazeneca en España, y Manuel Anguita, presidente de la SEC.
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Ticagrelor, también en 60 mg
La encuesta se ha dado a conocer durante la presentación en España de la presentación en 60 mg de
ticagrelor (
Brilique), de Astrazeneca, un antiagregante que se ha aprobado para el tratamiento ampliado de
pacientes con antecedentes de infarto de miocardo más allá del primer año y que presenta alto riesgo de padecer un acontecimiento aterotrombótico.
Se trata de un fármaco, según
Vicente Arrarte, cardiólogo del Hospital General de Alicante y presidente elector de la sección de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardíaca de la SEC, que reduce la
morbimortalidad un 20 por ciento tras un año del evento cardiovascular. “Hay una disminución clara de los eventos cardiovasculares “, afirma. “Los pacientes de mayor riesgo son los que más se van a beneficiar de ticagrelor 60 mg”, particularmente los diabéticos (un 30 por ciento de ellos se pueden beneficiar del nuevo tratamiento”.
Por otro lado, Arrarte reitera la importancia de los
programas de rehabilitación cardíaca y de “empoderar” al paciente cardiovascular en el manejo de su enfermedad. “El infarto de miocardio es la punta del iceberg de una enfermedad como es la ateroesclerosis. El paciente tiene que ser consciente de esto”.
Un momento de la presentación de la encuesta y el medicamento de AstraZeneca, en Madrid.
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