A pesar de haber lotes desiertos, el suministro está garantizado



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Marcos Domínguez. Madrid
La última central de compras, referida a vacunas que figuran tanto dentro del calendario como otras, se ha saldado con más de un tercio de los lotes desiertos. En gran parte de los acuerdos marcos puestos en marcha en el último par de años es habitual ver que los laboratorios no se han presentado a alguna de las licitaciones, lo que erosiona la capacidad de ahorro puesta esperada por esta herramienta.

Fuentes de la industria, consultadas por Redacción Médica, han puesto de manifiesto que las administraciones no suelen tener en cuenta a los proveedores a la hora de establecer estos mecanismos, lo que no mueve a participar precisamente. Se quejan de que no ha habido diálogo para establecer unas condiciones razonables para acceder a la licitación.

Desde un laboratorio especializado en vacunas señalan que varias categorías han establecido precios máximos por debajo de los mínimos fijados por las compañías en Europa, por lo que las filiales españolas no podían reducir más la venta.

En otros casos, sin embargo, la razón del fracaso es que la vacuna directamente ha dejado de producirse. Esto ocurre con respecto a la de la hepatitis A, que aparece en cuatro de los lotes desiertos, en sus indicaciones infantil y adulta sola y en combinación con la de la hepatitis B. Crucell, el laboratorio que proveía del producto, ah dejado de fabricarlo.

No obstante, las mismas fuentes de la industria aseguran que el suministro de las profilaxis está garantizado tanto por su venta fuera del acuerdo marco como por su importación como medicamento extranjero.

Poco presupuesto para salud pública

Otros profesionales consultados explican que, aunque sí ha habido voluntad por parte de la Administración de contar con la industria, “se manejan dentro de unos presupuestos muy pequeños, sobre todo los de salud pública”. De todas formas, hay confianza en que en un futuro haya más flexibilidad en este aspecto.

El problema actual es que en algunas de las vacunas menos usadas, el número de dosis fabricadas por el laboratorio no es suficiente como para abastecer varios mercados, por lo que el laboratorio opta por aquellos que sí son rentables, y la adquisición se debe realizar de forma individual y no a través de central de compras.

La industria no ve mal las adquisiciones por la vía centralizada, sino la coyuntura en la que se realizan. “Puede ser un buen instrumento para racionalizar las compras”, apunta esta fuente, de un laboratorio europeo, “pero la consecuencia es que aprietan demasiado”. Para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, concluye, “tendrán que ser muy transparentes y hacer partícipes a los proveedores”.

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