Pedro Herranz, Juan Fran Cuello de Oro, Alipio Gutiérrez, Jaime Llaneza y Álvaro Hernández en el II Ciclo de Jornadas sobre Novedades en Dermatología.
La
desinformación en redes sociales está teniendo un impacto preocupante en la
salud dermatológica de la población. Los
bulos no solo confunden a los pacientes con enfermedades en la piel, sino que agravan su sufrimiento físico y emocional. Estas patologías, a menudo invisibilizadas o “frivolizadas”, no se limitan a lo estético, sino que impactan en la calidad de vida, generan
estigmas y abren la puerta a
pseudoterapias que prometen "soluciones mágicas" y que, en muchas ocasiones, lo que hacen es empeorar afecciones como la dermatitis atópica o el eccema. Así lo ha explicado
Pedro Herranz, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de La Paz durante el
II Ciclo de Novedades en Dermatología, organizado por LEO Pharma y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).
Las
patologías cutáneas tienen una alta visibilidad. Este es uno de los motivos que, para Herranz, las convierte en el blanco perfecto para trivializaciones y
tratamientos erróneos. En este contexto, la desinformación de las redes sociales ha llegado para agravar la situación. “El paciente acude a informaciones inexactas porque no tiene acceso inmediato a su médico”, comenta. “Esto lo lleva a automedicarse y, en ocasiones, a empeorar su condición”, explica el dermatólogo, que señala la importancia de acortar, cuanto antes, las
listas de espera en Dermatología.
El estigma social de las enfermedades dermatológicas
Las
enfermedades crónicas de la piel, como el eccema o la
dermatitis atópica no solo son un problema estético, sino que afectan a la funcionalidad diaria de los pacientes. “No estamos hablando de un eccema ocasional por el frío. Estas son enfermedades serias que tienen un
impacto personal grave”, recuerda el especialista. Tal y como ha detallado, se trata de patologías que suelen derivar en un “círculo vicioso” que combina síntomas dolorosos como grietas, picor y descamación con la
frustración de no encontrar soluciones efectivas.
Esto lo explica en primera persona
Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA), que considera que las enfermedades de la piel enfrentan una doble problemática: son percibidas como patologías leves y estigmatizantes a la vez. “Es un problema muy grande y
está banalizado porque se le resta importancia al considerarse algo común”, detalla. Sin embargo, esta percepción ignora la gravedad que sufren algunos pacientes. “Cuando tienes eccema crónico en las manos, cualquier contacto puede sentirse como si se te clavaran alfileres, un
dolor agudo y constante”, añade.
De acuerdo con el especialista, Llaneza comparte que estas patologías afectan mucho más allá de lo físico. “No solo es un problema médico, sino también
emocional y
social. Hay pacientes que evitan mirar al espejo, que sienten vergüenza al dar la mano o que se aíslan por completo”, relata. Esta situación se agrava por la
falta de acceso a tratamientos efectivos y el desconocimiento generalizado.
Alipio Gutiérrez, secretario de ANIS; Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica y Pedro Herranz, jefe del servicio de Dermatología del Hospital La Paz.
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Fortalecer Primaria para mejorar la atención dermatológica
Para combatir estos problemas, el Herranz enfatiza la necesidad de que las instituciones sanitarias y las asociaciones de pacientes generen
contenidos fiables y accesibles. “El paciente informado sabe que puede confiar en fuentes como la
Academia Española de Dermatología, que ofrece información absolutamente fidedigna y contrastada”, afirma. Sin embargo, reconoce que no todos tienen acceso o formación para discernir entre fuentes confiables y
contenidos virales en plataformas como TikTok.
Es por esto que subraya la importancia de
fortalecer la Atención Primaria para
garantizar un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. “La Primaria es la base de nuestro sistema y debe ser el primer punto de contacto para los pacientes; por este motivo es crucial que los profesionales no frivolicen estas enfermedades y las aborden con la seriedad que merecen”, algo que reconoce que ya hacen, tras señalar que son profesionales “preparadísimos”, pero que en ocasiones se enfrentan a la
presión asistencial.
Un desafío adicional es que
muchos pacientes, desilusionados por la falta de soluciones,
abandonan las consultas. Para Llaneza, son los farmacéuticos quienes juegan un papel fundamental en este aspecto, pudiendo “reintroducir” a los pacientes en el sistema asistencial para que accedan a una atención integral que incluya el
apoyo psicológico y la adaptación laboral. Por este motivo, pide una mayor
coordinación entre especialidades, incluyendo Dermatología, Psicología y Atención Primaria.
“Un
paciente desesperado es la persona más vulnerable que hay; yo mismo caí en esas promesas falsas de curación”, confiesa Llaneza. Por esto, aconseja que es crucial
conocer fuentes fiables, para saber a dónde dirigirse, y acudir a un profesional de confianza en caso de dudas.
Educación sanitaria ante los bulos de internet
El encuentro también ha contado con la participación
Álvaro Fernández, conocido en redes sociales como
Farmacéutico Fernández, que recuerda que “
no todo el que sale con una bata en redes sociales es sanitario”. En este sentido, Fernández, tras basarse en su experiencia, advierte que muchas veces la
desinformación sanitaria está “muy bien contada”, lo que dificulta que el público pueda distinguirla de la información confiable.
Junto a esto, Fernández destaca que las personas más jóvenes, debido a su menor conocimiento sanitario, son particularmente permeables a este tipo de mensajes. "Cuando alguien está
desesperado, es más fácil de engatusar; está dispuesto a
probar cualquier cosa si le prometes que se va a curar”, explica.
Los
daños emocionales de la desinformación también son un aspecto que el farmacéutico ha querido destacar. “Si le dices a un niño que su amigo con eccema le va a contagiar, eso genera un daño emocional enorme, todo por
ignorancia”.
Aunque las redes sociales son una
fuente habitual de desinformación, Fernández también ve en ellas una herramienta para
mejorar la educación sanitaria. Además, recomienda tener siempre un filtro crítico ante cualquier
contenido que prometa soluciones milagrosas: “Si algo te lleva a un curso de 300 euros, es demasiado taxativo o suena demasiado bueno para ser cierto, probablemente sea
falso”, bromea. Por ello, llama a acudir siempre a fuentes confiables: “
El mejor doctor es un doctor, no Google”, explica. “Si tienes dudas, pregunta en la farmacia o consulta a un médico; la información de salud debe venir siempre de quien esté calificado para ello”, añade.
La jornada ha contado también con la participación de
Juan Fran Cuello de Oro, director general de LEO Pharma Iberia, encargado de presentar a los participantes, y de
Alipio Gutiérrez, secretario de ANIS, quién ha moderado los distintos bloques que se han tratado en relación con las enfermedades cutáneas.
Alipio Gutiérrez y el influencer 'Farmacéutico Fernández'.
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II Ciclo de Jornadas sobre Novedades en Dermatología.
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