Los investigadores aspiran a reducir la dependencia a los medicamentos antivirales y el coste del tratamiento.
29 dic. 2017 9:20H
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Gracias a la terapia génica ha sido posible desarrollar unas células madre formadoras de sangre (células madre/progenitoras hematopoyéticas) capaces de transportar los genes del receptor de antígenos quiméricos (CAR) para crear células que puedan detectar y destruir a las células infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Estas células modificadas no solo destruyen las células infectadas, sino que persisten durante más de dos años en el organismo, algo que sugiere la posibilidad de crear una inmunidad a largo plazo contra el virus que causa el sida.
En la actualidad, los medicamentos antivirales pueden suprimir la cantidad de VIH en el cuerpo a niveles casi indetectables, pero solo una respuesta inmune efectiva puede erradicar por completo el virus. Sin embargo, durante años, el esfuerzo de los científicos han estado buscando una forma de mejorar la capacidad del cuerpo para combatir el virus mediante el diseño de células madre formadoras de sangre que ataquen específicamente las células infectadas por el VIH.
Dos años de células CART sin efecto adverso
Aunque las células CART han surgido como una poderosa inmunoterapia para diversas formas de cáncer y se muestran prometedoras en el tratamiento de la infección por VIH-1, por el momento no se puede asegurar que esta terapia pueda no proporcionar inmunidad de larga duración.
Los científicos que han logrado el avance, miembros de la Universidad de California, en Estados Unidos, descubrieron que, en animales de prueba, la modificación de las células madre formadoras de sangre dio como resultado más de dos años de producción estable de células CART sin ningún efecto adverso.
Además, estas células se distribuyeron ampliamente por los tejidos linfoides y el tracto gastrointestinal, que son los principales sitios del cuerpo para la replicación del VIH y la persistencia en las personas infectadas.
Primer injerto exitoso en médula ósea
Según los autores, estos hallazgos son los primeros en demostrar que las células CART pueden injertarse con seguridad en la médula ósea, madurar y convertirse en células inmunes funcionales en todo el cuerpo. Esto podría conducir al desarrollo de un enfoque que permita una inmunidad segura y duradera para el VIH.
Los investigadores esperan que este tipo de terapia pueda reducir la dependencia de los individuos infectados de los medicamentos antivirales, disminuir el costo de la terapia y permitir la posible erradicación del VIH de sus escondites en el cuerpo. El enfoque también tiene potencial contra otras infecciones o tumores malignos.
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