Edita Manasyan, artista y estudiante de cuarto de Enfermería.
Para
Edita Manasyan el arte no solo es un hobby, sino
su “razón de ser”. Pocos aspectos de la vida le gustan tanto como expresar lo que siente en uno de sus lienzos, aunque hay uno que, incluso, podría estar a la altura:
la Enfermería. Y es que esta futura enfermera está en el último año de carrera y tiene pensado presentarse el año que viene al
EIR, pero
sin dejar de lado su faceta más artística. Un objetivo difícil del que es consciente, pero al que no pretende renunciar. “Quiero conseguir compaginarlas”, ha reconocido.
Manasyan procede de un entorno de “bajos recursos” y no
pudo permitirse entrar en la universidad tras terminar Bachillerato, aunque esa
idea de querer ayudar a los demás siempre estuvo dentro de ella. “Tuve que empezar a trabajar muy joven”, ha recordado. Así, hasta los 26 años estuvo ejerciendo como administrativa en un puerto, pero acabó “muy quemada” y quería buscar otros caminos laborales que le permitiesen ser feliz.
Trabajar como dietista y querer entrar a Enfermería
Y, como si de un cuento de Disney se tratara,
se enamoró y tuvo la oportunidad de migrar a Valencia junto a su pareja. Allí tenía “mucho” tiempo libre, así que decidió que quería volver a estudiar, pero por
miedo a no ser capaz de terminar una carrera universitaria decidió hacer un grado superior. “
Me formé como dietista y, al terminar, me llamaron del Hospital La Fe de Valencia, donde estuve trabajando durante la pandemia”, ha subrayado.
Fue precisamente en ese momento cuando se dio cuenta de que sería capaz de superar cualquier reto académico que se propusiese, incluso, aprobar una carrera universitaria, y decidió que
quería formarse como enfermera. “Me preparé la
EBAU mientras seguía como dietista y, al segundo intento, conseguí entrar”, ha reconocido.
Falta de apoyos para pintar y para hacer Enfermería
En cuanto a su otro 'amor',
el arte, Manasyan asegura que, desde que tiene uso de razón, le acompaña en su vida. Por desgracia, en su familia hubo "mucho
prejuicio" sobre la idea de convertirse en artista y ese futuro no era una opción viable para ella. “A mí siempre me han dicho que eso es muy bonito, pero ya está, porque
no se puede vivir de ello”, ha lamentado.
Pero, desde hace dos años, empezó a tomarse mucho más en serio el arte y sus pinturas, y acabó descubriendo que sí sería posible vivir de ello. Eso sí, con trabajo y esfuerzo, al igual que está haciendo con la carrera. De hecho, ha recordado que, cuando anunció que entraría en Enfermería, personas de su alrededor
no la apoyaron lo suficiente en su decisión. "Me decían que ya era muy mayor y que mejor me dedicase a formar una familia.Me tocó ser un poco
la oveja negra hasta demostrar que sí era posible. Entonces ahí ya llegaron los apoyos”, ha enfatizado.
Compaginar el arte con la Enfermería
Si Manasyan tuviese que decidir alguna de las dos profesiones, por el momento, no está segura por cuál se decantaría. “Mi vocación todavía estoy descubriéndola”, ha reconocido.
La Enfermería “le encanta” y ha hecho un “gran sacrificio” al entrar en la universidad, pero
su “razón de ser” realmente es el arte. “Yo nací para eso. Pero creo que las personas
no estamos hechas para encasillarnos solo en una cosa. Creo que la vida es probar, saber de todo un poco y luego elegir”, ha aclarado.
Aunque ahora se ha “profesionalizado” con el arte y va teniendo encargos gracias a sus dotes artísticos y a su visibilidad en redes sociales, reconoce que todavía no puede vivir de ello. Así que, continúa queriendo acabar la carrera de Enfermería y presentarse al examen EIR para formarse como especialista.
“Mi intención es mantener estas dos facetas”, ha concluido.
“
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